La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa, en sus siglas en inglés) tiene problemas de neutralidad en el desarrollo de sus funciones y necesita mejorar sus sistemas para evitar que haya en su plantilla miembros o simpatizantes de Hamás y de otros grupos terroristas, según el informe independiente presentado este lunes en la ONU por Catherine Colonna, exministra de Exteriores de Francia. El informe, sin embargo, también defiende que Israel no ha aportado pruebas sobre sus duras acusaciones de que parte de los empleados de Unrwa están afiliados o tienen vínculos con Hamás.La Unrwa atiende las necesidades de casi seis millones de palestinos en Gaza y Cisjordania, además de refugiados acogidos en Jordania, Líbano y Siria. Es una organización transversal: gestiona campamentos de refugiados, dirige más de 700 escuelas donde estudian más de medio millón de niños, ofrece atención médica y reparte comida y suministros.Israel denunció en marzo que al menos una docena de empleados de la Unrwa participaron en los ataques terroristas de Hamás del pasado 7 de octubre, que dejaron más de 1.200 muertos y desencadenó una respuesta militar de Israel en Gaza que todavía perdura. Las autoridades de Israel también dijeron que otra treintena de miembros de Unrwa participaron en los ataques con labores de asistencia y que Hamás está infiltrado con fuerza en la agencia de la ONU, donde el 12% de sus empleados están afiliados con esa u otras organizaciones terroristas.Noticia Relacionada estandar No Borrell asegura al primer ministro palestino que la UE seguirá «aliviando la catástrofe humanitaria» en Gaza Europa PressEl informe de Colonna denuncia que, pese a un Marco de Neutralidad «robusto» de la Unrwa establecido en 2017, los «problemas de neutralidad persisten» y afectan a diversos ámbitos: «Miembros de la plantilla que expresan públicamente sus posiciones políticas, libros de texto en los países anfitriones y sindicatos de empleados politizados que amenazan a los gestores de la Unrwa y provocan problemas operativos».Falta de personalEl informe reconoce que hay medio centenar de investigaciones sobre neutralidad en marcha, pero que la Unrwa no tiene capacidad de llevarlas adelante con solvencia y rapidez . Otro ejemplo de la dudosa estructura para hacer frente a problemas de neutralidad es que su Oficina Ética, donde se registran problemas de neutralidad, solo tiene tres empleados, frente a una plantilla de 32.000 personas.El informe denuncia también que los procesos de verificación del personal contratado son «insuficientes». La Unrwa «adolece de apoyo de servicios de Inteligencia para llevar a cabo una verificación eficiente y comprensiva», pero, además, se ve lastrada por problemas políticos en el seno de la ONU. Por ejemplo, la Unrwa verifica que sus empleados no estén incluidos en listas de organizaciones o individuos sancionados por el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero en esa lista, por los equilibrios políticos que lastran al órgano, no están incluidos ni Hamás ni Jihad Islámica.El informe cita las acusaciones específicas de Israel , pero asegura que las autoridades de este país «todavía no han aportado pruebas que las soporten».También asegura que la Unrwa había entregado de forma periódica a Israel listas de los empleados para su verificación y que «el Gobierno de Israel no ha informado a la Unrwa de ningún problema en relación con su plantilla por esas listas desde 2011».La Unrwa «adolece de apoyo de servicios de Inteligencia para llevar a cabo una verificación eficiente y comprensiva», según el informeRecomendacionesIsrael aseguró a los autores del informe que no consideraba esas listas como un proceso de verificación de neutralidad , ya que las recibirá sin información de los números de identidad de los empleados. Sí que recibieron esa información en los listados de marzo de 2024 y fue entonces cuando Israel denunció la presencia de miembros vinculados a Hamás.El informe de Colonna contiene una batería de recomendaciones a todos los niveles para combatir esos problemas de neutralidad persistentes en lo que tiene que ver con la verificación de sus empleados, el uso de las instalaciones o la educación. En este último punto, admite que hay una «grave violación de la neutralidad», aunque en una cantidad «marginal», en textos educativos, incluidos contenidos antisemitas.Israel atacó el informe tras su publicación . «El informe Colonna ignora la severidad del problema y ofrece soluciones cosméticas que no enfrentan el enorme alcance de la infiltración de Hamás en Unrwa», criticó Oren Marmorstein, portavoz del ministerio de Exteriores.
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