Llegaba el Atlético de perder una vez más fuera de casa y ahí estaba al día siguiente De Paul, que perdona antes un córner que una gala , para retratar con una sonrisa y la precisión de un cirujano, aunque sin darse cuenta, la cruda realidad del Atlético. Su mediocridad moderna, la desesperante falta de exigencia. «El Atlético habrá hecho un muy buen año», declaró feliz el centrocampista, convencido como aparentaban de que la temporada rojiblanca es estupenda según sus aspiraciones. Una afirmación que explica mejor que cualquier análisis el rumbo preocupante de los colchoneros. El dueño del club a la cabeza y luego su empleado mejor pagado, también esa afición de aplauso fácil hoy tan indignada, han logrado convencer a los futbolistas de que no pasa nada por perder. Ni siquiera hacerlo de cualquier forma, ante equipos menores y con actuaciones humillantes. Basta con asegurar la plata (el objetivo finalmente tóxico de entrar en Liga de Campeones) para tener contento al personal. Y así se deja de pensar en los títulos y en las victorias y se pasa al confortable conformismo. Está dicho, si ganar deja de ser una obligación, perder se vuelve una invitación.Noticias Relacionadas opinion Si De cara Lunin y Oblak, de impasables a coladeros José Miguélez opinion Si De cara Joao Félix, el Mono Burgos y el Circo del Sol José MiguélezDijo De Paul tan campante en Marca que ganar el sábado al Athletic sería el broche a una gran temporada. «Le daría mucho valor al año del Atlético, que fue jugar otra vez una semifinal de la Copa del Rey; cuartos de final, hicimos una muy buena Champions, y nos faltó por ahí interpretar algunos momentos; clasificando también al Mundial de clubes, que no era para nada fácil, y clasificar otro año más a Champions, que aunque parezca fácil no lo es, haría que el Atlético de Madrid habrá hecho un muy buen año».Lo pronuncia un campeón del mundo, a quien se le presupone una ambición desmedida, pero finalmente un acomodado jugador más del actual Atlético de Madrid, al que la jefatura ha conseguido empequeñecer. Habla De Paul (justo el día que el club ha anunciado a sus socios que en mayo se les cargará el recibo del curso que viene) pero podría mover la boca cualquiera, incluidos Gil Marín y Simeone . Lo diferente es que De Paul lo ha dicho con el último cadáver aún caliente, en Vitoria, pero dentro de unas semanas, como cada año, el mensaje será general. Y llegará adornado con panegíricos mediáticos hacia el redentor y su hazaña de meter por 13ª temporada consecutiva al equipo en Champions. Y buena parte de esa afición que hoy con los oídos encolerizados incendia las redes cantará también sumisa y contenta. Y mientras, derrota a derrota, el Atlético se volverá un escalón más pequeño.
Leave a Reply