En la ventana de la que siempre será su habitación, su madre mantiene una vela roja encendida. Es la manera que tiene María del Carmen Jiménez de mantener la memoria viva y presente de su hijo mayor, a quien la noche de Halloween encontró muerto en la misma puerta de su casa de Palomares. La descripción que hace Mamen (como la conocen sus amigos) de aquellos minutos terroríficos, con la voz entrecortada, luchando por que la emoción no la deje muda, son claves para entender hasta la raíz el llamado crimen de Halloween: «Yo no sé si salieron a matar o no, pero sí sé que se fueron dejando a una persona convulsionando en el suelo y que eran conscientes de lo que estaba sucediendo y de lo que habían hecho».A todos los que estuvieron presentes en los últimos minutos de vida de Jesús Rosado los verá a partir de este viernes, cuando arranque el juicio contra el único menor de edad procesado en la causa . Hay otro joven, ya mayor de edad, en prisión preventiva que aún no ha sido juzgado por unos hechos ocurridos en la madrugada del 1 de noviembre de 2022. Una investigación muy hermética, de la que han trascendido muy pocos datos porque la mayoría de los implicados son adolescentes. Gracias al paso adelante que ha dado esta madre ahora, se van conociendo algunos detalles que simplemente no encajan.«Cuesta entender que eran cinco las personas que persiguieron a Jesús, eran cinco las que sabían la intención que llevaban, que no era buena en ningún sentido. Eran cinco los que estuvieron presente cuando le hicieron a mi hijo lo que le hicieron, que no impidieron nada, que no cumplieron con su deber de auxilio». Pero sólo dos jóvenes de ese grupo han acabado acusados mientras que el resto comparecerá en el primero de los dos juicios como testigos casuales. «Cuesta entender que estén todavía como testigos. Con el tema del tratamiento de los menores, la sociedad tiene que reaccionar. Cada vez hay más incidentes de jóvenes, ¿qué sociedad estamos construyendo para le cueste tan barato matar a un joven?»La víctima regresaba a su casa cuando fue atacada por un grupo que lo eligió al azar. Está plenamente confirmado el número de personas que estuvo en la paliza por las imágenes que captaron las cámaras de seguridad de la vivienda de un vecino. Esa grabación muestra cómo los agresores siguieron a la víctima y apenas tres minutos después de que salieran del objetivo, algunos de ellos volvieron a aparecer corriendo de regreso. La madre de Jesús Rosado se emociona a lo largo de la entrevista al revivir lo ocurrido en 2022 Raúl DobladoNo hubo una pelea previa, no se conocían. Jesús sólo se les cruzó en el camino. «Le pudo pasar a cualquiera». Es la sentencia de una madre que ha estudiado al detalle el caso para tratar de entender por qué le pasó aquello a su hijo. «Yo quería saber con datos, no quería montarme ningún tipo de película y necesitaba saber». El joven asesinado, que acababa de cumplir 18 años, estuvo aquella noche con su novia en Sevilla. La voz del último mensaje de audio que mandó a su madre es el recuerdo lacerante. «Me dijo que al final no iba a la fiesta que estaba prevista». Mantenía a su madre siempre informada.De madrugada cogió el metro de regreso hasta Mairena y desde allí, andando a Palomares. «Antes se pasó por el parque donde estaba uno de sus hermanos para coger las llaves de casa. No quiso llamarme y despertarme para que le abriera la puerta». Otra punzada al corazón para una madre en busca de respuestas a la sinrazón más salvaje . Mamen ha realizado el mismo recorrido, el último que hizo su hijo antes de ser atacado en la puerta de su casa. Por eso sabe que ese último camino de vuelta duró apenas 13 minutos, que fue el tiempo que emplearon los agresores en seguir y atacar a su presa.En la causa sólo serán juzgados, por ahora, dos jóvenes pero había tres adolescentes más presentes que no pidieron socorro y huyeron del escenario del crimen«Cuando Jesús llegó al parque, vio a un grupo que andaba por allí y no le gustaba nada. Le preguntó a su hermano si estaban con ellos y él les dijo que no. Cuando él emprendió el camino de vuelta , iba detrás de ellos. Al parecer, uno se giró y dijo ‘a por éste’ y lo dejaron pasar«. A través de la lectura de las actuaciones judiciales ha ido reconstruyendo los últimos instantes con vida de Jesús. Después las cámaras de seguridad captan al grupo siguiéndole hasta que tuerce la esquina para dirigirse a la callen Federico Moreno Torroba donde está su casa. «Si tú vienes hasta esta calle, donde no hay nada más porque esto es una vía residencial, ¿a dónde vas? La premeditación estaba más que clara igual que la alevosía en términos jurídicos».Una madre ante el hallazgo del cuerpo de su hijoA las 3.30 de la mañana, los ladridos de sus perros despertaron a Mamen, cuyo dormitorio está en la planta superior de la vivienda. Desde la cristalera se puede ver la acera de enfrente. Ella se asomó para ver qué ocurría: «Vi a dos personas andando de un lado para otro con los móviles en la mano». Las mascotas seguían aullando y ante el temor de que se despertara algún vecino, bajó corriendo descalza para preguntarles qué pasada. Fue entonces cuando abrió la puerta: «Aunque miras de frente, te encuentras que tienes algo a los pies y es entonces cuando vi un cuerpo. Secuencialmente fue mirando hasta que llegué a a su cabecita. Yo al principio no sabía quién era. ¿Unos botines blancos, un vaquerito celeste, una camisetita…? Cuando ya le vi la cabecita… no me salía la voz. Apenas pude decir ‘Jesús’…Los chicos de enfrente me escucharon y me preguntaron ¿pero lo conoces?«.El Ayuntamiento le puso el nombre de la víctima al parque que hay junto a su casa en recuerdo del joven Raúl DobladoEs imposible mantener a raya la emoción cuando se escucha el relato detallado de una madre ante el hallazgo del cuerpo de su hijo. Arrodillado ante él, le pedía que aguantara mientras los dos vecinos que lo habían encontrado tirado en el suelo seguían las instrucciones que por teléfono les daban los servicios de emergencia y le aplicaban técnicas de reanimación. «Mi niño estaba tumbado boca abajo con la carita hacia a un lado. Quiero pensar que estaba mirando hacia el balcón de mi habitación». Mamen descubrió entonces que a su hijo no le faltaba nada y que las llaves de su casa estaban a medio metro del cuerpo, como si hubiera intentado abrir la puerta. «¿Qué hace cualquier madre en esa situación? Pues echarse hacia su hijo y tocarlo. Vi que tenía su reloj, su pulserita, tenía una cadenita de plata muy sencilla. Veía que tenía aquí (señala el bolsillo de su pantalón), el bultito de su móvil, el bultito de su cartera. Tenía todo. No le robaron nada«. Esta vecina de Palomares tiene dos hijos más que también vivieron en primera persona el crimen. Hoy tienen 17 y 14 años y como a su madre, aquella noche le causaron un destrozo mayúsculo en sus vidas. «Me acuerdo que mi hijo Ángel llegó del parque y se paró en la esquina de casa. Lo primero que hizo fue mirar hacia arriba y preguntar si no había cámaras. Yo estaba sentada en el suelo con la mano de Jesús y su hermano ni siquiera pudo acercarse. Brunete tenía 12 años y no salió de su dormitorio. Tenía miedo de lo que estaba escuchando«.Una concentración en la puerta del juzgado La familia de Jesús, junto a amigos y todo aquel que quiera sumarse, se va a concentrar este viernes en la puerta del juzgado de Menores, a partir de las 9.30 de la mañana, para evidenciar que existe una preocupación social. El lema de la acción será el mismo que usaron en la manifestación que llevaron a cabo semanas después del crimen: «Que el mal no dure y el bien no se rinda». Quieren hacer ver que a cualquiera podría pasarle lo mismo que a Jesús, a quien mataron sin haberse metido en problemas. «No es ningún tópico. Mi hijo no bebía, era deportista que estaba todo el tiempo compitiendo. Era un remero que cuidaba lo que comía y que no se drogaba». La autopsia al cadáver de Jesús confirmó que no había ni rastro de alcohol ni de sustancias estupefacientes. «Se marchó con sus 20 euritos y regresó con el mismo dinero en el bolsillo». Jesús presentaba lesiones por arma blanca y por un objeto contundente. Una brutal paliza que aún hoy no tiene explicación alguna. Una violencia gratuita que ha movilizado a esta madre para tratar de sensibilizar a la sociedad. Y es que esa misma madrugada de 2022, en el barrio de Los Remedios, varias pandillas de adolescentes salieron de cacería agrediendo y robando a todo aquel que se encontraban en su camino. «A mis hijos les he transmitido lo que son los valores en la sociedad. Si no se respetan las normas, las leyes deben castigar a quien hace las cosas mal . Cuando los menores vayan a cometer algún tipo delictivo, deben saber que eso tiene consecuencias pero me da la sensación que cada vez hay más violaciones, robos con intimidación…pero como son menores pues van como un poco sobreprotegidos a efectos legales. Y ahí tiene que abrirse un debate social«.
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