Sólo dos semanas después de que su hombre de confianza, Peter Pelegrini, haya ocupado la Presidencia de Eslovaquia , el primer ministro prorruso da un paso más para deshacerse de la oposición. La coalición de populistas de izquierdas y ultranacionalistas que soporta a Robert Fico ha aprobado el polémico proyecto de ley para disolver el ente público de Radio Televisión de Eslovaquia (RTVS) y crear uno nuevo, con las siglas STVR, que estará bajo el control político. Desde su llegada al poder, el pasado otoño, su gobierno ha mantenido una relación tensa con varios medios de comunicación privados, como la cadena de mayor audiencia Markiza, y los periódicos Denik N y Aktualne.sk, a los que ha llegado a declarar un embargo informativo. Con este nuevo ente público pretende visiblemente contrarrestar la información que difunden y ampararse en un bloque de medios afines a través de los que distribuir incontestadamente los mensajes del gobierno. Noticia Relacionada estandar Si La violencia de género se convierte en el eurocrimen número 11 Érika MontañésEl proyecto había sido respondido por manifestaciones multitudinarias en las calles de Bratislava y también ha levantado reacciones por parte de las autoridades ccomunitarias, anteriormente preocupadas también por las primeras medidas tomadas por Fico, como cortar el grifo eslovaco de la ayuda militar a Ucrania o eliminar la Fiscalía especializada en delitos de corrupción para proteger a sus compañeros procesados. Esta fiscalía investigaba al exjefe de la Policía, Tibor Gaspar; al vicepresidente del Parlamento, Peter Ziga, así como al gobernador del Banco Central Peter Kazimir y el exresponsable de los Servicios de Inteligencia Peter Pcolinsky. Supervisa, además, investigaciones contra oligarcas sospechosos de prácticas corruptas con subvenciones agrícolas y contratas públicas, de delitos fiscales y de acosar a periodistas.Consejo consultivoEstos proyectos han sido intensamente criticados por los medios de comunicación eslovacos, incluido el ente público que ahora queda disuelto y que será gobernado a partir de ahora por un nuevo consejo con un mandato de seis años y formado por nueve miembros, de los que el ministerio de Cultura nombrará a cuatro y los cinco restantes los elegirán los parlamentarios. Además, se creará un consejo consultivo, llamado «comisión ética», también con nueve miembros, encargado de velar por el estatuto de los trabajadores y colaboradores, y otros principios éticos del ente. La financiación, sin embargo, no cambia: contará con una dotación presupuestaria equivalente al menos 0,12 % del Producto Interior Bruto eslovaco y además se aumentará la publicidad del 0,5 al 5 % del tiempo de emisión, lo que ha generado protestas de la Asociación de Emisores de Televisión de Eslovaquia (ATVS), por considerar que altera el equilibrio entre las emisoras privadas y los entes públicos.Los trabajadores de RTVS han denunciado, con una carta abierta, la interferencia que constitye la aplicación de esta nueva ley en el funcionamiento del ente público. Temen que esa aplicación genere un «enfrentamiento a largo plazo con los políticos». «No queremos hacer política. Solo queremos llegar a un trabajo que amamos todos los días y hacerlo lo mejor que podamos. Sin miedos, arrepentimientos y compromisos», dice la misiva.«El gobierno de Fico ha elevado la venganza a doctrina principal», dice Jakub Filo, editor jefe adjunto de SME, para quien «la coalición continúa su ataque frontal a las instituciones del Estado legal y democrático». Augura que, en el parlamento, seguirá a esta una ley contra las organizaciones no gubernamentales. «Sólo quieren vengarse y humillar aún más a aquellos a quienes han calificado de enemigos. Y hay que reconocer que hoy tienen todas las cartas para tener éxito en esta empresa», dice, sin embargo, ese revanchismo siempre ha resultado en un desastre masivo en el pasado. Y los mayores perdedores, paradójicamente, al final, siempre fueron aquellos que, «llenos de odio, venganza y humillación, aplaudieron con entusiasmo».
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