La locura de la Stasi, el arma represora más eficiente del comunismo: «Espiaban a sus propios espías»

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Axel Klausmeier , director de la Fundación Muro de Berlín, nos recibe de traje impoluto momentos antes de dar una de las muchas charlas que impartirá en la capital; todas ellas, por cierto, sobre el evento clave que sacudió Alemania durante la Guerra Fría: la caída del telón de acero que dividió la capital germana durante tres décadas, que se dice pronto. El germano es uno de los estandartes que enarbola estos días la Fundación Canal de Madrid en el marco de su última exposición: ‘El Muro de Berlín. Un mundo dividido’. Y con razón, pues rebosa conocimientos sobre este evento y sobre los diferentes actores que participaron en él. Entre ellos, un cuerpo rodeado de tanto misterio y oscuridad como la Stasi. Hoy, le preguntamos por ello.–¿Hay alguna historia relacionada con la Stasi en la exposición?Existen algunos elementos de la Stasi dentro de la exposición, pero literalmente está en todas partes, puesto que siempre que hacemos referencia al Muro hablamos de ella. Aunque sus miembros no fueron parte de la construcción, sí que estuvieron implicados en toda la planificación detallada. Además, colaboraron con los distintos poderes del estado comunista en su edificación y protección. Estaban la Stasi, la policía, los guardas de la frontera y el Ejército. Todos trabajaban juntos para asegurarse de que la frontera no tenía agujeros y de que nadie pasaba. La Stasi incluso tenía un regimiento en todos los puntos de cruce.Noticia Relacionada 50 años después estandar Si Un teniente de la Stasi responde por el asesinato de un polaco en el Muro de Berlín Rosalía Sánchez No fue hasta 2023 cuando la fiscalía de Berlín vio la oportunidad de llevar este caso concreto ante los tribunales. Según su portavoz, Sebastian Büchner, hasta 2016 no hubo una pista decisiva hallada en el archivo de registros de la Stasi–¿Cuáles fueron las tareas de la Stasi y cómo fue sistema de represión contra aquellos que intentaban cruzar el Muro?La Stasi no solo se dedicaba solo a la represión, sino también descubrir quién era sospechoso, quién era políticamente no fiable, quién era enemigo del estado comunista, quién trabajaba para la oposición y quién quería dejar el país de manera ilegal. Pero la tarea clave era espiar la vida diaria de las personas y asegurarse de que las ideas contra el Gobierno no llegaban a la mayoría. –¿Hasta dónde llegaba su locura?La Stasi espió a la policía de fronteras hasta que la guardia del Muro fue creada. Es decir, desde 1953 hasta 1961. Tenía agentes en todos los regimientos de la policía fronteriza . Después de la construcción se creó un cuerpo específico, y la Stasi infiltró también espías en él. Pero lo cierto es que rizaban el rizo: ¡tenían informadores que espiaban a sus espías para asegurarse de que todo estaba bien! En un regimiento ordinario, con oficiales de baja graduación, había cuatro agentes de cada diez combatientes. Y, cuando había personajes de alto rango, este número llegaba hasta los diez. Por eso digo que estaban en todas partes y que informaban de todo lo que se hacía. –¡Espiaban a sus propios soldados!Sí. La Stasi informaba de todo lo que hacían los soldados que no eran voluntarios, sino que habían sido enviados al Muro de forma obligatoria. Daban parte de lo que escribían a sus familias, de lo que enviaban… Si en una carta decían que la comida era mala o que no tenían vacaciones, el peso del estado caía sobre ellos.–¿Intentó algún miembro de la Stasi saltar el Muro de Berlín?Sí. Incluso a uno le dispararon. El problema de la Stasi es que, con frecuencia, estaba formada por ciudadanos ordinarios. En los puntos de cruce de la frontera solo había regimientos de la Stasi y, al estar tan cerca, era muy fácil para ellos pasar al otro lado.–¿Le dispararon? Nos tiene que contar ese hecho…[Ríe] Sí, hubo un miembro de la Stasi que estaba trabajando en la frontera y que fue víctima de sus compañeros. Le habían obligado a formar parte de este cuerpo y, cuando creyeron que quería huir, abrieron fuego contra él. Lo curioso es que no pretendía marcharse, todo fue un malentendido. Lo que aprendemos de esto es que, para el Partido Comunista , las vidas no contaban. La idea de seguridad de la frontera era más importante que la vida de las personas.Axel Klausmeier Abc–La exposición se vertebra a través de historias curiosas y personales. En una fotografía se ve cómo se celebró una boda a dos lados del muro. A un lado, los novios, a otro, los invitados…Tuvo lugar en el número 8 de Bernauer Strasse. La situación era que las casas estaban en el este, pero la acera ya constituía el oeste. La línea de la frontera era la fachada misma de la casa. Esta es la historia de una pareja joven que se iba a casar: la mujer era de la zona comunista y conoció a su esposo en la capitalista. Era una situación que se daba a diario. La fecha de la celebración estaba fijada y los padres no podían asistir porque estaban al otro lado. Para mi es algo muy doloroso porque demuestra cómo se vieron afectados los ciudadanos. –Tenemos asociado el Muro de Berlín a la barbarie, pero los datos nos dicen que, el año de más mortandad, se contaron 18 fallecidos…Hoy hemos llegado a una escala en la que los desastres y las atrocidades dejan un número de fallecidos muy elevado; en una noche pueden morir mil personas. A cambio, en 28 años de Muro fallecieron 140 personas por la división de una ciudad. Pero debemos tener en cuenta que estas vidas se perdieron por decisiones políticas. Existen cifras más altas en otros lugares del mundo, pero el Muro es la imagen más expresiva de la Guerra Fría . En esta exposición queríamos demostrar que el foco no fue solo Berlín; estas 140 víctimas son la punta del iceberg en un contexto mucho más global de conflicto.–¿Cómo es posible que el mundo pasara de considerar al enemigo un aliado en la IIGM, a un enemigo pocos años después?Estos dos bloques, el capitalismo de las democracias occidentales y el comunismo de la URSS, estaban ya en las antípodas antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Se aliaron porque querían luchar contra el fascismo, pero después, en la Guerra Fría, su objetivo mutó y consistió en proteger las esferas de poder y de influencia. Después de formar esta coalición antifascista y ganar a la Alemania nazi, dividieron Europa y el mundo en dos bandos. Si no, mire Cuba. En Berlín este cambio fue muy rápido y se produjo tan solo tres años después del fin del conflicto.Exposición, ubicada en Madrid ABC–¿Se extendió esta mentalidad a todo el mundo?En África, por ejemplo, Angola y Mozambique; en Sudamérica, Nicaragua, Chile y Argentina. Cuándo un país se decidía por un lado, el otro intervenía. Es normal, Estados Unidos no quería que hubiera influencia comunista en los diferentes continentes.–¿Está replicando Rusia lo vivido en la Guerra Fría y el comunismo, o considera a Putin un zar del siglo XXI?Lo es. Y lo más llamativo es que él fue un oficial del KGB y comenzó su carrera en Alemania, destinado en Dresde. Putin luchó defendiendo a una URSS poderosa que, después, colapsó, y él nunca superó el dolor que supuso la victoria de Occidente. Esta derrota explica, para mi, muchas sus acciones y de sus esfuerzos. En su mente está ser poderoso y amenazar a sus enemigos siempre que pueda. A cambio, el presidente Obama dijo que Rusia era solo un poder regional del que no merecía la pena hablar. Esto muestra la visión norteamericana de infravalorar a los demás. Se equivocó, como nos muestra todos los días.

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