Muchos estudiantes judíos en la Universidad de George Washington, que linda con la Casa Blanca misma , quedaron estupefactos el pasado 12 de octubre al ver su campus amanecer repleto de unos panfletos que rechazan la distinción «entre civiles y militares» en Israel. «Un colonizador es un agresor, un soldado y un ocupante, incluso si está descansando en nuestras playas. Si apoyas a Palestina comprende que eso implica apoyar nuestro derecho a defendernos y liberar nuestra patria por cualquier medio necesario». Habían pasado apenas cinco días desde que Hamás matara a 1.200 personas en su ataque sorpresa.Los autores de ese comunicado son los integrantes de la delegación en esa universidad de una vasta red de activistas en toda la geografía estadounidense llamada Estudiantes para la Justicia en Palestina (en inglés, Students for Justice in Palestine). Ante la reciente aprobación de la ayuda militar a Israel, ese grupo incitó concentraciones, sentadas y acampadas en varios campus , con disturbios y 47 detenciones en el de Columbia. Aprovechando su raigambre en cientos de facultades, ha fomentado nuevas concentraciones de protesta ante los arrestos. También exige a los rectores que corten cualquier lazo académico o de otro tipo con Israel.Noticia Relacionada estandar Si Los campus universitarios de EE.UU. estallan en protestas propalestinas Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva YorkEs difícil identificar a los líderes del grupo. No hay una asociación como tal llamada Estudiantes para la Justicia en Palestina. Es un grupo anónimo que organiza conferencias telefónicas y lleva una página web con documentos para descargarse. Supervisa de una forma muy desapegada a cientos de pequeños grupos organizados de forma libre en la gran mayoría de universidades. Desde el grupo nacional, se difunden carteles y lemas, se publican argumentarios para repetir en las protestas y se convocan «días nacionales de la ira», como aquel 12 de octubre, en el que se distribuyeron carteles en que aparecían glorificados unos paracaidistas, en referencia al modo en que los terroristas de Hamás entraron en Israel para matar civiles. Intimidades en sus facultadesNo pocos estudiantes judíos e israelíes se han sentido intimidados, y han denunciado en sus facultades el acoso al que se ven sometidos por su fe. Esto, junto con protestas que han acabado en vandalismo en meses recientes, ha llevado a más de una universidad a tratar de suspender a esos grupos. Pero a los rectores les es muy difícil aplicar ese veto, porque las agrupaciones en realidad no están registradas, y no cuentan con estatutos que permitan conocer una razón social o un coordinador. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, trató de prohibir todas las delegaciones en universidades de su estado, acusándoles de «auxilio al terrorismo». Aun así, las protestas siguieron.Los organizadores del grupo no dan entrevistas, y cuando lo hacen siempre en con la condición de anonimato. Eso no les ha impedido identificar a conferenciantes, invitados o estudiantes israelíes, en muchas ocasiones señalándolos públicamente en su estrategia de forzar, mediante la protesta, el boicot de todo lo que tenga que ver con Israel. «Día nacional de la ira»Recientemente el grupo mantuvo una conferencia en la que repasaba puntos prioritarios en las próximas semanas, dado que la ayuda a Israel se había aprobado en el Capitolio. ABC pudo conectarse a esa llamada, en la que simplemente se animaba a quienes se conectaran a mantener la «resistencia a la entidad sionista» [Israel] con sentadas en los campus, que se deberían declarar «zonas liberadas». «¡Desafiar la hegemonía sionista y popularizar nuestra resistencia es una parte crítica para avanzar nuestro movimiento nacional!», proclamaron. Pronto, dijeron, se convocaría otro «día nacional de la ira».Para la Liga Antidifamación, una organización que se dedica a seguir y combatir el antisemitismo, estos llamamientos y las acciones en las que desembocan provocan «un ambiente hostil para los estudiantes judíos». Jonathan Greenblatt , que dirige ese grupo, califica los actos de Estudiantes para la Justicia en Palestina de «amenazantes y perturbadoras». Sobre las prohibiciones, Greenblatt afirma que son útiles: «Cuando apoyas la violencia contra los judíos o la aniquilación del estado de Israel, pierdes el privilegio del reconocimiento oficial en el campus. Esperamos que más universidades sigan ese ejemplo».Eso no ha afectado a las delegaciones del grupo en decenas de universidades por todo EE.UU. Tras las detenciones en Columbia, un grupo en la universidad de Rice, acampó, comenzó a construir una réplica del «muro del apartheid», y declaró aquello como «zona liberada». «¡Viva Palestina Libre!», proclamaron desde el cuidado césped, al calor de Houston, Texas. Hubo comida, sesión de cine, café y hasta un taller guiado para escribirles cartas a los presos palestinos.
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