Juan Gonzalo Ospina: «Están ocurriendo cosas muy extrañas que podrían dar un giro al caso de Daniel Sancho»

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Juan Gonzalo Ospina: «Están ocurriendo cosas muy extrañas que podrían dar un giro al caso de Daniel Sancho»

Los restos de Edwin Arrieta son también los restos de la verdad, mortales ambos. Corresponde ahora a los abogados completar los huecos con el relato más próximo a sus intereses, espectáculo oculto en el interior del Tribunal Provincial de Koh Samui, cuyo desenlace decidirá la suerte del protagonista, el español Daniel Sancho . En representación de los familiares de la víctima actúa Juan Gonzalo Ospina (Bogotá, 1986), con empaque que sugiere parentesco con afamados intérpretes como Alejandro Talavante o Pedro Sánchez . Impecables trajes de sastre ante el tórrido calor plasman las incongruencias de este crimen paradisiaco y visten al dandi, por más que el afeitado revele a la vez las facciones de un ambicioso joven afincado en el privilegio capitalino, barrio de Salamanca arriba. El letrado atiende a ABC en su hotel de la isla tailandesa, donde como en tantas horas de televisión declama sus argumentos con soltura, pues interpreta un libreto hecho asimismo a medida, no en vano comparte origen colombiano con el desaparecido, «algunos conocidos» con el desaparecedor. Así, –figurada– calavera en mano de acuerdo al ideal dramático, Ospina interpreta su monólogo, sabedor de que en esta función él es el único actor que, a diferencia de todos los demás, conoce su papel a la perfección.—¿Alberga algún grado de duda sobre la culpabilidad de Daniel Sancho?—Como abogado penalista que tiene el rol de representar a la familia Arrieta en defensa de sus derechos e intereses, que es como estoy respondiendo a estas preguntas, creo que es irrefutable que Sancho es culpable de haber cometido un asesinato , entendiendo un asesinato como causar la muerte de una víctima. Subsidiariamente, y siguiendo las tesis de la Fiscalía, de la Policía tailandesa y el sentir de mis clientes, hay una posibilidad elevada que hay que detallar en el juicio oral de que se trate de un asesinato con premeditación. Como jurista que soy siempre pienso manifestarme desde un grado de prudencia y ecuanimidad, lo que no me impide hacer esta reflexión.Noticias Relacionadas El juicio de Daniel Sancho, suspendido hasta la semana que viene Jaime Santirso Silvia Bronchalo pide al Gran Buda de Koh Samui en Tailandia por el buen futuro de su hijo, Daniel Sancho A. B. Buendía—De entre los elementos fácticos que configuran su opinión sobre lo ocurrido, ¿cuál es el más contundente a la hora de sustentar desde un punto de vista procesal esa supuesta culpabilidad de Sancho?—La culpabilidad no es discutible en tanto en cuanto Sancho mató y descuartizó a Arrieta , cargo que ha reconocido. En relación a la culpabilidad de un asesinato con o sin premeditación, creo que el punto clave, como dice nuestro Tribunal Supremo, es una concatenación de indicios y circunstancias objetivas e irrefutables que llevan a un hecho probado indiscutible. Y para llegar a ese análisis deberíamos tener una visión amplia de los hechos. En primer lugar, ¿llegó o no llegó Sancho a Koh Phangan antes que Arrieta? Sí. Segundo, ¿tenía o no tenía reservada una habitación de hotel con sus cosas personales y aún así decide llevar a Arrieta a la habitación de la muerte? Sí. Es decir, ¿no es más cierto que busca una segunda habitación de hotel en un bungalow apartado donde única y exclusivamente lleva los cuchillos, la sierra, las bolsas y las cintas, según se ve en las cámaras de seguridad? Este creo que es el punto determinante de la premeditación, porque considero raro que alquiles una habitación donde no lleves tus enseres personales, solo unos cuchillos, una sierra, bolsas y cintas y casualmente ahí matas y descuartizas a una persona. Tercer elemento, ¿queda probado de manera indiscutible que Sancho recoge a Arrieta en el puerto de Koh Phangan? Sí, están las cámaras de seguridad y los mensajes de WhatsApp. Por lo tanto, ¿es irrefutablemente cierto que Sancho y Edwin están juntos antes de la muerte? Sí. ¿Se les ve salir juntos en una moto? Sí. ¿Entran en un resort? Sí. Y después, ¿es cierto que no vuelven a salir? Sí. Entre las cinco y la siete y media de la tarde se produce la muerte y posteriormente se ve a Sancho salir con las bolsas hasta que regresa a descansar y luego desayuna. Todo esto es un plan que se trunca con los mensajes de WhatsApp de Darling [hermana de Arrieta] y le lleva a presentar una denuncia falsa en comisaría, cuando la policía ya sabe que él es el sospechoso porque han encontrado la bolsa de basura donde había puesto el tronco con los genitales de Arrieta y habían visto las cámaras de seguridad. Cuando es interrogado ofrece un relato indiscutiblemente falso. Con estos elementos en España tienes una sentencia condenatoria, seguro, porque no hay explicación racional.—¿Es este un caso sencillo?—No, es un caso muy difícil, por dos elementos. El primer elemento es el cadáver. Si hubiera aparecido el tórax con un apuñalamiento no habría nada de lo que hablar. La suerte de la defensa, de Sancho, es que casualmente destruyó el tórax. No hay tórax. Entonces, el único que podría darnos información de este crimen es Arrieta, pero no está. De Arrieta lo único que tenemos es un cráneo que por providencia divina aparece en el mar días después de haber sido arrojado, ojo al dato, hay mucha magia en este caso. Ese cráneo nos trasmite que ha sufrido violencia, varios golpes, a base de puñetazos u objetos contundentes.—La ausencia de partes del cuerpo supone que no se puede certificar de manera firme la causa de la muerte.—Puede haber asesinato sin cuerpo. En el caso de Marta del Castillo , por ejemplo, no hay cuerpo y hubo asesinato. Aquí hay algo de cuerpo. Posiblemente para sostener la tesis de una premeditación hubiera jugado a nuestro favor que no hubiera aparecido nada o que hubiera aparecido el torso.«Creo que es irrefutable que Daniel Sancho ha cometido un asesinato» Juan Gonzalo Espina Abogado de la familia de Edwin Arrieta—¿Y el segundo elemento que complica el caso?—El móvil. El móvil, según testigos y familiares de Arrieta, era indiscutiblemente económico. En su documental Rodolfo Sancho reconoce tener entendido que Arrieta le prestó dinero a su hijo, en agosto lo dijeron también amigos de Daniel. El préstamo de dinero para un restaurante es una realidad indiscutible pero no hemos sido capaces de aflorarlo más a petición de la familia. ¿Por qué? Porque ellos son gente humilde, tranquila, mayor, que se encuentra de la noche a la mañana en el ojo del huracán de los medios de comunicación de España. Cuando nos contactan y nos exhiben mensajes de personas que saben que Sancho no quería devolver el dinero prestado a Arrieta, solicitamos aportarlos al procedimiento, pero la familia fue muy reacia. Si yo como acusación hubiera tenido la oportunidad de traer a esos testigos colombianos que sí sabían del préstamo del dinero hubiera sido mucho más sencillo dejarlo acreditado en una sentencia condenatoria. Sancho preparó esto para no devolver el dinero de Arrieta, pero la familia no ha querido desviar para nada la atención de los hechos. Aquí hay gran parte de información que por responsabilidad, prudencia y talante la familia de Arrieta no ha querido aportar.—Como representante legal de la familia, ¿le preocupa la existencia de hipotéticos testigos que, con verdad o no, ofrezcan un retrato de Arrieta como una persona problemática en sus relaciones íntimas?—Sí, claro. Aunque es más apropiado decir que, como abogado penalista, me inquieta, porque venir a declarar a una corte de Koh Samui va a tener consecuencias muy contundentes. Tenemos los mensajes de Arrieta con Sancho y con amigos de Sancho, por lo tanto le aseguro que caerá todo el peso de la ley sobre cualquiera que venga aquí a declarar, iniciaré un proceso penal en España, en Colombia o en Tailandia si procede por estafa procesal, por fraude, por falso testimonio. Por lo tanto me inquieta, porque sé que en los próximos días vamos a escuchar una justificación de este crimen atroz que lo único que hará será alimentar el dolor de una familia que está totalmente destrozada. —La muerte de Arrieta se produce entre las cinco y media y las siete y media de la tarde del dos de agosto. Esto es derecho-ficción, pero me interesa saber dónde estaríamos si, después de cometer este supuesto asesinato, Sancho hubiera cogido un vuelo internacional rumbo a España en lugar de permanecer en la isla. ¿Cuál sería su situación legal ahora mismo?—España, ante la existencia de la pena de muerte en Tailandia, posiblemente no lo hubiera entregado. Sancho estaría tranquilamente en su casa a la espera de que España decidiera si lo entregaba o no. España podría haber optado por dos opciones: entregarlo bajo el apercibimiento de que no se impusiera una pena de muerte o no entregarlo. Eso hubiera sido una gran batalla legal de la que él podría haberse visto beneficiado.—La clave de este juicio reside en si medió premeditación o no. Si en efecto fuera un crimen planeado, la elección de Tailandia resulta muy desafortunada por ser un país donde hay pena de muerte, cuyas cárceles son famosas por sus condiciones insalubres y que carece de tratado de extradición con España. Quizá sea algo para lo que no quepa más explicación que una mezcla de soberbia y estupidez, como muestran también los chapuceros intentos de encubrir el crimen. Y, sin embargo, estuvo muy cerca de quedar impune.—Muy cerca. Darling no se pone en contacto con Sancho hasta el tres de agosto a las ocho o nueve de la mañana de Colombia, las nueve de la noche en Tailandia, o sea, casi veinticuatro horas después.—Tiempo de sobra para irse. El escritor Joaquín Campos dice que, si lo hubiera hecho, hoy estaría en un plató de televisión e intuyo que tiene razón.Sí, cobrando.—Cobrando, exactamente.  —Esa madrugada, tras matar a Arrieta y tirar las bolsas, Sancho se echa una siesta. Luego se va a desayunar. Yo creo que en su mente criminal no sabe de la rigidez de este país y del trabajo policial, no es consciente de que aquí hay cámaras cada dos metros. Yo opino que él pensaba que este delito iba a quedar impune. Estoy convencido de que él, todo el día tres, estaba totalmente tranquilo, como lo está estos días en el juicio.«Alguien con un mínimo de bondad golpea a otra persona y por muy en ‘shock’ que entre llama a pedir ayuda» Juan Gonzalo Ospina Abogado de la familia de Edwin Arrieta—A tenor del comportamiento que usted ha venido presenciando en la sala, ¿qué evaluación hace de su personalidad? ¿Cómo le retrataría?—Creo que es una persona que está viviendo y ha vivido una realidad paralela, por ser elegante. Creo además que es una persona con maldad, alguien con un mínimo de bondad golpea a otra persona y por muy en shock que entre llama a pedir ayuda. Vemos esa maldad en la reconstrucción jocosa y tranquila de los hechos, cualquier ser humano que se encuentre en esa situación rodeado de veinte policías estaría sumido en el llanto o con síntomas externos que visibilicen empatía. No lo hemos visto, y a eso se añade su forma de afrontar este juicio. Desde el primer día ha habido miradas firmes, tonos desafiantes y ni un solo perdón, ni un solo arrepentimiento. Entonces, yo estoy convencido de que es una persona que tiene una distorsión muy profunda de la realidad. —¿Qué opina de la atención mediática que ha suscitado este caso?—Le ha venido muy bien. En Tailandia todo es tranquilo si no te sales del guion, de lo contrario el código penal es un rodillo, por eso es uno de los países más seguros del mundo en las clasificaciones internacionales. Conociendo la seriedad en el respeto a las normas, estoy convencido de que sin la atención mediática el asesinato con premeditación sería algo indiscutible. Un extranjero no viene a descuartizar a otro a su país. La sensación que tuve en mayo cuando hablé con los fiscales y miembros de la policía era que sentían una cierta vergüenza, un cierto pudor. Me marché de aquí con una gran idea de país, un reconocimiento positivo. Ahora, te anuncio y posiblemente se destape, están ocurriendo cosas muy extrañas que a mí me llaman poderosamente la atención y que pueden darle un giro de trescientos sesenta grados a esto si son verdad. Y lo dejamos ahí. —¿Por qué representa a la familia de Arrieta pro bono?—Por varios motivos. El primero cómo llega a mí la familia de Arrieta , en el mes de septiembre después de que toda la población española desayunara con este crimen atroz. Yo empaticé mucho con el caso de Arrieta, soy hispanocolombiano, nací en Bogotá, y estuve siguiendo muy de cerca las noticias hasta que se produjo esa llamada, un amigo común me dijo que estaban buscando abogado y nos pusieron en contacto. En mi despacho Darling se vino abajo. Voy a menudo a las cárceles en España y hay una mirada con la que empatizo mucho como abogado penalista, que no sé si llamarla la mirada de la injusticia, que es la que ves en una persona inocente. Aquí vi lo mismo al otro lado, y les dije que les podía ayudar en lo que estaba en mi mano que eran dos cosas: emitir un comunicado a los medios de comunicación españoles para que no se difundiera información no veraz y buscar un abogado en Tailandia. Firmamos una hoja de encargo donde nos correspondería un porcentaje de una indemnización conforme a las tablas del Colegio de Abogados, nada de locos, el cual además estoy convencido de que no vamos a cobrar. —¿Por qué no?—Porque cuando no tienes sensación de arrepentimiento y eres una persona insolvente y pagar o no pagar no implica un cambio de tu estrategia jurídica más allá de si tienes bondad real, puedes no pagar, es parte de esa picaresca tan hispana. Ojalá me equivoque por el bien de los padres de Arrieta, si hubiera un mínimo atisbo de humanidad entiendo que les pagarían para que los años que les queden de vida no tengan que ir a peor fortuna, más allá del dolor que es inconmensurable.—¿Y qué hicieron después?—Nos pusimos a buscar despachos de abogados en Tailandia. El 80% de los juicios se ganan o se pierden con buenos abogados. Tuvimos más de veinticinco conversaciones, llegaron a pedirnos hasta 100.000 euros para defender este caso y cuando intentaba explicar que no había dinero, que la familia no tiene dinero y se va a cobrar de una indemnización hipotética, claro, todos nos colgaban el teléfono. —Pero, ¿por qué todos estos esfuerzos?—Primero, por humanidad. Yo no me enrolé en esto para poder estar entrevistándome con usted, sino para que dejaran de hablar mal de Arrieta y para encontrar un despacho de abogados en Tailandia, deje de contar. Sufragamos unos gastos simbólicos, lo que cuesta un viaje de avión desde España, y cuando finalmente encontramos un despacho traté de dar un paso atrás, pero cuando empieza el procedimiento me hacían muchas preguntas y tenía que estar muy encima, me vi arrastrado. Segundo, no soy ajeno al interés mediático que iba a tener este procedimiento, pero hay que relativizarlo mucho, lo importante no es el abogado sino el interés del caso, hemos defendido a la entre comillas víctima del caso Conde-Pumpido, estamos personados en el Tsunami, llevamos Barbate como acusación particular de los guardias civiles, tenemos jugadores de fútbol que está siendo investigados… Yo soy muy ajeno a esa publicidad superficial, como abogado penalista hay que ganar casos y facturar, todo lo demás es filosofía. ¿Hay interés público y mediático? Claro. ¿Va a haber un retorno? No lo sé, sinceramente, porque igual nuestros intereses no triunfan en Tailandia, pero no me mueve un fin espurio. —Vio usted una oportunidad y la tomó.—Sí, me mueve defender la verdad. Yo vi a esta señora superada, vi que le podía ayudar y que había premeditación en el asesinato. Y tercero y más importante, y quiero que lo ponga, me divierte. Humanidad, interés mediático y diversión. Yo amo la abogacía, no hay nada que me guste más que el derecho de defensa, me encanta entender cómo funcionan los sistemas jurídicos. Enseguida tuve claro que iba a ser un caso apasionante.—Le desafío a responder otra pregunta.—¡Venga!—Si aquel día en lugar de entrar en su despacho la familia de Arrieta lo hubiera hecho la familia de Sancho, ¿hubiera accedido a defenderles?—Por supuesto. Yo amo la abogacía, la profesión, y me debo al derecho de defensa de la víctima o del acusado.MÁS INFORMACIÓN Frank Cuesta habla, como nunca antes, de Rodolfo Sancho: «Me quedé flipando» Tailandia retiene a dos reporteros españoles que cubrían el juicio de Daniel Sancho Abogados millonarios gracias a defender los casos de los famosos—Antes decía que el ochenta por ciento del resultado de un juicio depende de tener un buen abogado. Si usted estuviera ahora defendiendo a Sancho, ¿cree que podría ganar este caso?—Hubiera optado por otra línea de defensa. Hubiera optado por pedir perdón, el arrepentimiento, porque una cuestión es la batalla formal y otra la diferencia material entre una condena por asesinato con premeditación o sin premeditación, en esas posibilidades nos estamos moviendo. En Tailandia no ejecutan a nadie. Aunque saliera una sentencia condenatoria de pena de muerte, se va a conmutar cien por cien por cadena perpetua y por el tratado que existe entre España y Tailandia se va a solicitar que Sancho cumpla la pena en España. Y yo le hago esta pregunta: ¿Era necesario tanto dolor? ¿Era necesaria esta exposición mediática? Los casos más importantes de nuestro despacho, pese a que a mí se me critique como abogado mediático, son los que pasan desapercibidos. Hemos defendido a grandes fortunas de este país, a personas con una implicación pública inconmensurable, llegando a puntos de entendimiento en defensa de sus derechos y ha pasado totalmente desapercibido. Por lo tanto aquí ha habido mucho dolor por la línea de defensa que se ha tomado, yo hubiera optado por otra.—El caso Segarra se ofrece de manera cada vez más clara como modelo. El acusado no reconoce los cargos, los pelea, los pierde, es condenado a pena de muerte, esta se conmuta después por cadena perpetua y ahora, ocho años después, Segarra podría volver pronto a España. ¿Es ese el horizonte que aguarda a Daniel Sancho, regresar a España dentro de una década?—Sí. Volverá a España y tendrá que cumplir cárcel, porque el cumplimiento permuta conforme a nuestra legalidad. Si por ejemplo fuera condenado a asesinato con premeditación, esto se castiga en España con [realiza una llamada telefónica a un miembro de su equipo para confirmar el dato; «el tipo que más sabe de Derecho Penal del mundo trabaja en mi despacho», bromea] entre quince y veinticinco años según el artículo 139 del Código Penal, de los que se descontaría lo cumplido en Tailandia. Salir antes o no ya dependería de las instituciones penitenciarias.

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