En un momento en que la desunión y la polarización muestran sus señales más evidentes por todo el mundo. En un momento en el que nos encontramos con una figura como Donald Trump para alimentar la llama del odio. Y con unas elecciones estadounidenses en otoño que hace que muchos recuperen el recuerdo de la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021. Es precisamente este momento cuando sale un estudio realizado por un equipo de la Universidad Estatal de California, en San Bernardino, que ha partido de preguntar si podría haber una guerra civil en EE.UU.. Sus autores han concluido que existen signos sociales que son ‘sorprendentemente similares’ a los de la década previa al estallido de la Guerra Civil estadounidense de 1861. Y ese indicio les resulta preocupante.Y viene a confirmar la idea que destacaba Maya Wiley, ex alcalde de la ciudad de Nueva York y presidenta de la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos, que decía a los medios: «Personalmente, no creo que caigamos en una guerra civil armada formal. Pero está en el aire. No me sorprende en absoluto que estemos viendo un miedo muy explícito sobre hacia dónde podrían ir las cosas». Ese miedo ya nos dice algo. Y es igual de real que el temor a lo que pueda pasar con la derrota o la victoria de Trump.mapa de estados unidos que recoge todos los casos de 2023, de incidentes antisemitas, , anti-lgbtq+, propaganda supremacista blanca, eventos supremacistas blancos, asesinatos extremistas, complots y ataques terroristas y iroteos entre extremistas y policías adsJosé Antonio Gurpegui, catedrático de estudios norteamericanos y director del Instituto Franklin en la Universidad de Alcalá, apunta a ABC que lo que le llama fundamentalmente la atención es que incluso exista ese debate, pero reconoce que el pecó de ingenuo cuando creyó que la toma del Capitolio sería el fin de Trump . La cuestión es si podemos permitirnos subestimar el significado de esta desunión social.Noticias Relacionadas Manual del dictador: cómo convertirse en un tirano y sobrevivir a costa de maltratar al pueblo ¿Qué pasaría si ganara Trump? Así agitaría los grandes avisperos del mundo Alexia Columba Jerez«Las cosas no pintan bien»Los resultados de este trabajo científico indican que no, porque los investigadores creen que un escenario de guerra se está volviendo ‘más plausible’, y es aún más probable que se produzcan insurrecciones que pueden dar lugar a años de malestar social, estancamiento administrativos o conflictos civiles . Y no es la idea de un solo estudio, de hecho el think tank británico Chatham House señala que más de la mitad de los autodenominados republicanos fuertes en Estados Unidos piensan que es probable que haya una guerra civil en Estados Unidos en la próxima década. Y el 40% de los demócratas fuertes están de acuerdo. A esto se une que el 23% de los estadounidenses apoyan la separación de su estado de la Unión.Fotografía de archivo fechada el 6 de enero de 2021 donde aparece Jacob Albert Chansley , un miembro del movimiento de teorías de la conspiración QAnon efeY ponen como ejemplo la creciente confrontación constitucional por la inmigración. «En enero, la Corte Suprema de Estados Unidos ordenó a Texas que retirara el alambre de púas que había colocado a lo largo del río Grande para impedir que los migrantes cruzaran. El gobernador de Texas, Greg Abbot, se negó a cumplir , alegando que el pacto entre los estados y EE.UU. se había roto por el fracaso del presidente Biden a la hora de detener la inmigración ilegal», indican. En suma, como destacan los investigadores de San Bernardino las cosas no pintan bien. Más aún, Barbara F. Walter, politóloga de la Universidad de California en San Diego, investigadora de las guerras civiles, dijo a ‘The New York Times’ que una o dos décadas de inestabilidad política y violencia podrían incluir asesinatos de políticos o jueces y el surgimiento de grupos de milicias.Guerra civil de ayer y de hoyLos científicos subrayan en su estudio que si bien la Guerra Civil de EE,UU, estalló en 1861 como resultado de la secesión de estados del sur por tensiones sobre la esclavitud, se sumaron también temas clave como las potestades del Gobierno, los derechos de los estados o los impuestos que fueron detonantes del conflicto. Y ahora, la sociedad estadounidense con los demócratas y los republicanos a la cabeza difieren en cuestiones que van desde el aborto, la inmigración, la posesión de armas o la legitimidad de las elecciones presidenciales de 2020 . Hoy tenemos unos estados más que nunca divididos por el color azul o rojo de los partidos. Una fractura que según Gurpegui se ve en zonas rurales, urbanas, de costa a costa y en el centro.Otros paralelismos que aborda el estudio tiene que ver con una ciudadanía que se identifica cada vez más con grupos o regiones de Estados Unidos, más que con la propia nación. Desconfiando de los hechos y creyendo solo a sus iguales, de ahí que haya menos diversidad ideológica en estos grupos. Instalando una desconfianza política que también se dio antes de 1861. «Sostenemos que la probabilidad de conflictos sociales y políticos prolongados que duren décadas, si no generaciones, son esencialmente inevitables y afectarán también a la administración pública . Sólo queda por ver el curso exacto de esta amarga división», apunta el estudio. Y estrenos como la película distópica ‘Civil war’ en la que se muestra un futuro con un Estados Unidos en guerra consigo mismo no hace sino incitar el debate.Tres factoresUna discusión que en realidad no es nueva, tres generales retirados en ‘The Washington Post’ ya advirtieron, en 2022, que el ejército estadounidense debía comenzar a prepararse para la posibilidad de una ruptura interna por las elecciones de 2024 . Y afirmaban: «en unas elecciones disputadas, algunos podrían seguir órdenes del legítimo comandante en jefe, mientras que otros podrían seguir al perdedor trumpiano…En tal escenario, no es descabellado decir que un colapso militar podría conducir a una guerra civil». Asimismo, el Grupo de Trabajo sobre Inestabilidad Política (PITF) , tiene a la politóloga Bárbara Walter que en su libro, «Cómo comienzan las guerras civiles», explica que hay tres factores que predicen qué países tienen más probabilidades de caer en un conflicto civil. El primero tiene que ver con la calidad democrática de una nación. ‘The Economist’ publica todos los años un mapa de la evolución de las democracias y de las autocracias, Estados Unidos lleva perdiendo puntos, desde 2021.Manifestación por apoyo a Trump se enfrenta a la policía afpEl segundo factor es el «faccionalismo» , en ese caso «la política pasa de ser un sistema en el que los ciudadanos se preocupan por el bien del país en su conjunto, a uno en el que sólo se preocupan por los miembros de su grupo», señala Walter. Y el tercer factor es la pérdida de estatus de un grupo dominante. Los que tienen más probabilidades de iniciar un conflicto son los que experimentan una derrota política, y una inversión de sus circunstancias. La conclusión de Walter en función de esos tres puntos al hablar de Estados Unidos es decir: «Somos una anocracia fraccionada que se está acercando rápidamente a la etapa de insurgencia abierta , lo que significa que «Estamos más cerca de la guerra civil de lo que a cualquiera de nosotros nos gustaría creer», declaraba a ‘The New York Times’.Walter se refiere a situaciones que ponen en peligro la seguridad básica. Al fin y al cabo estamos asistiendo al juicio penal de un expresidente que es la noticia de todos los días, al tiempo un hombre se rocía con gasolina y se prende fuego a las puertas de ese mismo tribunal, mientras los crímenes de odio se suceden.De hecho, cuando el presentador de la Fox, Tucker Carlson le preguntó al expresidente Trump si el país se dirigía a un conflicto abierto, este dijo: «No lo sé. Hay un nivel de pasión que nunca he visto. Hay un nivel de odio que nunca he visto y probablemente sea una mala combinación».Lo irónico, como destaca la prensa estadounidense y los expertos es que hablar de los temores a una guerra civil, ya sea en forma de trabajos científicos o películas, pueden para algunos precipitar una guerra que anime a ambas partes a armarse y anticiparse a un ataque del otro. Mientras que otros consideran que estudios como los de San Bernardino o la película ‘Civil War’ pueden usarse de la misma forma que sirvió en 1983 la cinta ‘ El día después’. Esta versaba sobre un holocausto nuclear en EE.UU, y puso en alerta al país y supuso una llamada a que actúen con sensatez. De hecho, Ronald Reagan le dio crédito a ‘El día después’, y escribió: «Si servirá de ayuda al movimiento antinuclear o no, no lo sé. Mi propia reacción fue que tenemos que hacer todo lo que podamos para tener un elemento disuasivo y que nunca haya una guerra nuclear». Su visionado inspiró el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio con Rusia que contribuyó al mantenimiento de la paz y del final de la Guerra Fría.Como destaca Chatham House, los amigos y aliados de EE.UU deben comprender que el país hoy se ha convertido en un Estado desunido. «Hay dos Estados Unidos y están en guerra. Están peleando por cuestiones políticas y constitucionales, y por el papel que debería desempeñar en el mundo. Y las elecciones estadounidenses de 2024 son sólo otra batalla en esta guerra ».Y los académicos de San Bernardino recuerdan que «en otras palabras, la década de 1850 puede no ser necesariamente una profecía, pero sostenemos que una comparación proporciona amplia evidencia de que tendremos un período prolongado y amargo de disfunción civil que probablemente será multigeneracional, incluso si no llega a ser una guerra civil de verdad«.
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