Las redes sociales se han llenado en los últimos días en EE.UU. de fotos de políticos -sobre todo del partido demócrata- con sus perros. La razón: la gobernadora de Dakota del Sur, la republicana Kristi Noem , ha reconocido en una biografía que está a punto de publicarse que sacrificó a uno de sus perros con su rifle. La verdadera razón: estamos en campaña y cualquier cosa sirve para ganar una ventaja frente al adversario. O, en el caso de Noem, para descarrilar sus opciones de llegar a la Casa Blanca.La gobernadora de Dakota del Sur es una de las figuras ascendentes en el partido republicano: conservadora sin complejos, muy cercana a Donald Trump , con una imagen atractiva y un discurso agresivo. Noem está en todas las quinielas para ocupar el cargo más atractivo del ‘trumpismo’: candidata a la vicepresidencia en el ‘ticket presidencial’ de Trump y, quizá en el futuro, aspirante a heredera de su movimiento político.Todo podía haberse ido al traste por el disparo con el que descerrajó al can, según relata en su próximo libro ‘No Going Back: The Truth of What’s Wrong with Politics and How We Move America Forward’ (algo así como ‘Sin vuelta atrás: la verdad sobre qué está mal en la política y cómo hacemos avanzar a EE.UU.’ ). Se publica el mes que viene, pero ‘The Guardian’ tuvo acceso a las galeradas y reparó en el pasaje en el que Noem describe el episodio como parte de su vida rural, la que le conecta con buena parte de los votantes de Dakota del Sur y de otros estados del país.Noticia Relacionada estandar Si Conmoción entre las impulsoras de ‘MeToo’: «¿Todo esto no sirvió para nada?»El perro ajusticiado no era un can viejo o enfermo al que la granjera Noem quisiera evitar sufrimientos. Era un cazador, de raza Pointer, joven, de catorce meses, que no había salido bueno. En su descripción, ‘Cricket’ -ese era el nombre del perro-, era «agresivo», «no se podía entrenar», no servía para cazar , atacó a las gallinas de unos vecinos, era peligroso y trató de morder a la dueña en alguna ocasión. Le pegó un tiro y acabó en un hoyo. La misma suerte corrió una cabra malencarada de la granja que iba a por los niños de la gobernadora.Lo que es algo corriente en la vida rural se ha convertido en un escándalo nacional, azuzado por los demócratas para desprestigiar a Noem y, por extensión, a los republicanos y a Trump.Tim Waltz, el gobernador demócrata de Minnesota, estado vecino de Dakota del Sur, tiró la primera chinita. « Comparte una foto con tu perro que no tenga que ver con pegarle un tiro y tirarlo a un hoyo. Yo empiezo», escribió en la red social X, acompañado de su mascota, un labrador. Le siguieron muchas otras figuras demócratas, algunas con aspiraciones presidenciales en el futuro, como la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, o el gobernador de New Jersey, Phil Murphy.La campaña de Joe Biden y Kamala Harris a la reelección compartió también fotos del presidente y la vicepresidenta con sus perros. El caso de Biden es significativo, ya que uno de sus perros ha dado muchos problemas en la Casa Blanca, con ataques a miembros de la residencia presidencial.Riesgo de perder ‘puntos’ para ser candidata a vicepresidentaEl Comité Nacional Demócrata (DNC, en sus siglas en inglés), el órgano rector del partido, buscó sacar ventaja electoral desde el humo. Compartió un comunicado en nombre de «los perros del DNC»: «Si queréis representantes políticos que no alardeen de matar con brutalidad a sus mascotas como parte de un libro de autopromoción, escuchad a nuestros dueños y votad a los demócratas».El asunto no es broma. En EE.UU. hay 86 millones de hogares donde hay mascotas . Para muchos estadounidenses sus mascotas son más importantes que cualquier postura política y muchos no entenderán decisiones como la de Noem en el marco de la vida rural.El episodio ha provocado que Noem se arriesgue a perder posiciones en la carrera para ser candidata a la vicepresidencia. Hasta ahora se le consideraba segunda favorita, tras Tim Scott, senador por Carolina del Sur. Para algunos muy cercanos a Trump, el desliz la saca incluso de la carrera . Laura Loomer, una ‘influencer’, amante de conspiraciones y muy cercana a Trump, lo dejó claro: «No puedes matar a tu perro y después ser vicepresidenta».
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