Pedro Sánchez anunciará hoy si permanece o no al frente del Gobierno. Son varias las opciones y a su vez las derivadas. Pero todo se resume en si sigue adelante o si termina abruptamente su etapa como presidente, casi seis años después de llegar al poder. Su periodo de reflexión ha anestesiado la política española, ha cortocircuitado la campaña catalana y ha instalado a todos sus adversarios en la incertidumbre de una tensa espera. Pero también y muy especialmente a su propio partido, que asiste con enorme aflicción a la sublimación de la organización que ellos mismos han aceptado tener: todo pendiente y todo dependiente de la voluntad de un hombre. El partido la aceptará, sea la que sea. Pero empieza a extenderse el sentir de que cualquier decisión traerá consigo heridas de difícil cicatrización . Incluso en el caso de su continuidad, que vendría seguida de un enorme júbilo, comienza a identificarse una sensación de incomodidad con las formas del presidente. Siempre al límite.En las últimas 24 horas ABC ha contactado con 48 dirigentes del PSOE. Desde integrantes del Consejo de Ministros hasta mandatarios autonómicos, alcaldes, diputados nacionales, regionales y mandos provinciales. Y en todos los puntos cardinales del partido la sensación es de una enorme incertidumbre, aunque empieza a decantarse de forma mayoritaria hacia el convencimiento de que Pedro Sánchez hoy renunciará. Son pocos, muy pocos, los que piensan que el presidente va a continuar. Del total de dirigentes consultados apenas siete apuestan por su continuidad. O confían en ella. Y siempre aferrados a la idea de que Sánchez se reserve un nuevo golpe de efecto. Tampoco son muchos más, quince en total, quienes se mojan y piensan que presentará su dimisión. Es decir, la sensación en el PSOE a escasas horas de la decisión de Sánchez es mayoritariamente de confusión. Pero se asume ya que lo más previsible sería la renuncia y la decisión rupturista correspondería en estos momentos a la de continuar en el cargo. Sintomático.Noticia Relacionada opinion Si La Tercera del director Caudillo, pero enamorado Julián Quirós Sánchez será un caudillo, pero caudillo enamorado al fin. Y se nos presenta víctima de la deshumanización tras su política de tierra quemadaAlgunos de los dirigentes con más peso consultados, que integran el Consejo de Ministros, plantean cada vez claramente que la cosa «pinta mal» y creen que Sánchez «se va». Y las valoraciones críticas con la maniobra que inició el pasado miércoles –cuando cogiendo a todo el mundo por sorpresa publicó la carta en la que se preguntaba si «merece la pena seguir», ante lo que considera una injustificada campaña de acoso contra su mujer, Begoña Gómez– empiezan a proliferar. «Si finalmente no dimite, ¿para qué todo este espectáculo? ; y si lo hace ¿quiénes y cómo gestionarán la frustración y el desánimo que se van a generar?», reflexiona con amargura un miembro de la Ejecutiva Federal con un importante cargo institucional. Otro dirigente lamenta que pareciese un «entierro en vida», mientras que un miembro del Comité Federal con experiencia pasada en el Gobierno asegura haber salido del acto «bastante animado, con el chute de la gente». Pero un cargo provincial enmienda ese relato: «Todos estos actos no están influyendo tanto. Él debe tener alguna decisión tomada y la está meditando, nada más» .En el partido preocupa el escenario del adelanto electoral. «Si después de todo vemos a Feijóo en La Moncloa es una derrota que va más allá de un cambio de ciclo político electoral», advierte un importante referente municipal del partido. Un miembro del Comité Federal asegura tener «bastante claro» que Sánchez se marcha. Pero deja un resquicio: «Ya sabes cómo es Pedro» . Este dirigente visibiliza también un reproche: «No me cuadra que haga todo esto sin informar a nadie».Un partido en viloLos testimonios recabados demuestran hasta qué punto la decisión de una sola persona, o en este caso quizás de un matrimonio, mantiene en vilo a toda una organización. A un partido fundado en el siglo XIX y que ha gobernado en tres periodos distintos en la democracia nacida de la Transición. Desde el miércoles, cuando se conoció la carta que ha volteado el tablero político, han sido varias las manifestaciones de José Luis Rodríguez Zapatero pidiéndole a Sánchez que continúe, mientras que el otro expresidente socialista, Felipe González , guarda silencio. Aunque a estas alturas ni lo uno ni lo otro puede sorprender. «Mañana saldremos de dudas», es lo que aducen varios de los dirigentes socialistas consultados, casi como una forma de sacudirse de encima la incertidumbre del momento. Nadie o casi nadie tiene memoria personal de una situación así, pues hay que remontarse a 1981 y a Adolfo Suárez para encontrar una dimisión de un presidente –si es que finalmente ese es el camino que Sánchez emprende hoy– y no hay precedente de una situación en la que el jefe del Ejecutivo haya dilatado hasta cinco días su reflexión sobre un paso tan trascendental. No hay manual de instrucciones, en definitiva, para leer el momento . Las movilizaciones de este fin de semana, singularmente la del sábado en Ferraz, coincidiendo con un Comité Federal que el aparato del partido convirtió en un acto de súplica desesperada a su líder para que siga al frente del Gobierno, no han embridado el pesimismo que se respira con cada vez más fuerza. Y que incluso ya se transmite en público, como prueban las palabras ayer en el congreso del Partido Socialista de Galicia (PSdeG) del ministro de Transportes, Óscar Puente, quien veinticuatro horas después de realizar en Ferraz un encendido discurso en pro de la continuidad de Sánchez, admitió que «la cosa no está fácil» ya que, dijo, «le han dado donde más duele», en referencia a su familia. «Ante el escenario de ver a su mujer pasar por un calvario, pues está muy tocado» , señaló, al tiempo que acusó al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, de «estar detrás» de una estrategia para «socavar la vida personal» del jefe del Ejecutivo. Puente, incluso, reprochó a González su falta de apoyo público, lo que provocó una fuerte ovación de los militantes gallegos.Desde el miércoles por la noche es muy reducido el número de los que han podido hablar con Sánchez, e incluso entre ellos pocos han podido intercambiar algo más que palabras de mera cortesía o un incluso algún emoticono con el que el presidente agradecía las imágenes de las manifestaciones de respaldo que le llegaban. E incluso entre quienes en algún momento de los cuatro días de reflexión que terminaron ayer llegaron a estar esperanzados, el paso de las jornadas les ha llevado al pesimismo . «Al principio pensé: Pedro lo ha vuelto a hacer, le ha dado la vuelta a todo y nos ha descolocado a nosotros y a los adversarios. Ha provocado una reacción en masa de afectos y ha cerrado filas. En ese momento veía que la salida a esta situación era la moción de confianza, pero conforme han pasado los días creo que sí se va a marchar, casi convertido en un mártir ». Concretando la incertidumbre ante lo que pueda suceder hoy, que incluso afecta al formato que elegirá Sánchez para dar a conocer su decisión final –en principio una «declaración ante los medios», según él mismo anunció en su carta– se abren también varios interrogantes. Sobre todo el de saber si la eventual renuncia a la Presidencia del Gobierno será también una retirada total de la política por parte de quien hace diez años llegó por primera vez a la Secretaría General del PSOE. No se sabe con total certeza si Sánchez dimitirá también como líder socialista, ipso facto o convocando un próximo congreso extraordinario del partido, si renunciará a su acta de diputado por Madrid en el Congreso, o qué será de su cargo como líder de la Internacional Socialista, puesto que alcanzó en 2022, siendo el primer español en conseguirlo. Pero incluso más allá de eso, y siempre que la decisión sea la renuncia, se abre una incógnita de mucho mayor calado, para los socialistas y para España, la de quien será la persona elegida para suceder al presidente. Alguien que tendría que superar otro debate de investidura como el que Sánchez sacó adelante en noviembre, después de conceder la amnistía a Carles Puigdemont y al resto de los encausados por el ‘procés’, algo imprescindible para asegurarse los siete votos de Junts Per Catalunya en el Congreso de los Diputados.elecciones_correo_0679 Elecciones por correo ABC te ofrece la jornada de la campaña electoral catalana en 5 minutos NoLa quiniela de nombres pasa desde los más obvios a los que podrían considerarse un tapado o tapada, e incluso alguno casi extravagante que ha circulado estos días, como el del propio Zapatero. No tiene por qué ser diputado quien reciba la confianza de la Cámara Baja para pernoctar en La Moncloa y, además, formar un nuevo gabinete. Y aunque la vicepresidenta primera, María Jesús Montero , en quien el sábado en Ferraz estaban puestas todas las miradas, se antoja la candidata más obvia, ni siquiera, apuntan algunos socialistas, podría estar el sucesor o sucesora en el actual Consejo de Ministros.Una opción en absoluto descartable es la de la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría , una de las dirigentes con mayor proyección desde hace tiempo. Y a nadie ha pasado desapercibida la reaparición en estos días de la expresidenta del Congreso, Meritxell Batet , quien después de mucho tiempo (tras las últimas elecciones renunció incluso a su acta de diputada) habló ante los medios en Ferraz. Pero lo cierto es que la falta de sucesor natural es la gran preocupación de muchos: «El problema va a ser la gestión del día después. Las emociones y la situación en la que quedaría el país y el partido» , plantea un alcalde en ejercicio. El PSOE respira hondo. Solo Sánchez tiene la respuesta que buscan.
Leave a Reply