José Cabrera, psiquiatra forense: «Estoy en una prórroga de la adolescencia»

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José Cabrera, psiquiatra forense: «Estoy en una prórroga de la adolescencia»

José Cabrera, psiquiatra forense, pregonará el 14 de mayo las Ferias de San Isidro en Talavera de la Reina. El doctor contesta un cuestionario de ABC enviado por correo electrónico porque se encuentra en una zona sin casi cobertura telefónica. Habla de su infancia, de su atareada vida a los 67 años, de la salud mental, de la muerte de su esposa, de Pedro Sánchez y también de su única gran preocupación: «Solo tengo miedo a que no me quieran». – Usted vivió de pequeño durante dos años en Talavera porque su padre ejerció como médico. ¿Qué recuerdos tiene de aquella etapa?-Mi padre, Mariano José Cabrera, fue durante algunos años, no recuerdo exactamente, médico psiquiatra de la Seguridad Social de entonces en Talavera hacia los años 60. En esa época, mi madre era farmacéutica en Madrid y éramos cuatro hermanos (dos chicos y dos chicas). Ella no podía venirse a Talavera y mi padre vivió en la ciudad con mi hermano Alfonso y conmigo, mientras mi madre se quedaba con las niñas y atendiendo la farmacia. Recuerdo que tuvimos dos domicilios, uno en la calle Banderas de Castilla y otro en la calle del Toro Encohetado. Me acuerdo de las misas en la Virgen del Prado, jugar en sus jardines, bañarme en el Tajo y en el Alberche; de las ferias de ganado y, sobre todo, de mis años de primera escolaridad en el colegio de doña Rosa, por entonces llamada la Escuela Única, ya que había niños de varias edades en la misma clase y nuestros libros eran la famosa Enciclopedia. Talavera siempre estará en mi recuerdo y, en especial, la estatua a Joselito ‘el Gallo’ tras su muerte por los pitones de ‘Bailaor’.- ¿Cómo fue que le ofrecieran ser pregonero de Talavera?-De mi trabajo como perito de la mano del ilustre abogado y amigo Javier Gallego, que tan unido está a Talavera, surgió amistad con Maypi, la concejala de Festejos, y de ella la cercanía al hoy alcalde, José Julián Gregorio. Entre todos me sugirieron el pregón que, por supuesto, acepté de inmediato. ¡Faltaba más! Un honor y un placer. Así fueron las cosas de sencillas y bonitas.- ¿Puede adelantar algo de su pregón?-Es difícil adelantar algo de lo que voy a decir en cada conferencia, charla o pregón, porque hace años que no preparo nada y me dejo llevar del instinto y el corazón. No tengo edad de preparativos, pero sí puedo asegurar que lo que diga para animar a los talabricenses a disfrutar de las fiestas nacerá directamente de mi cariño a su tierra y a esta España que atraviesa tiempos de zozobra.- ¿Cómo es el día a día a sus 67 años?-Es un torbellino de llamadas, entrevistas, trabajo de despacho, juicios y un ir de aquí para allá mientras el cuerpo aguante. No acabo de entender que tengo ya una edad de calma y sosiego, y vivo como si fuera a morir mañana; no puedo remediarlo. Estoy en una prórroga de la adolescencia.- ¿Qué se puede hacer por mejorar la salud mental?-Amar, amar a los tuyos, hijos, hermanos, familiares, amigos, compañeros, vecinos,….. y ayudar a todo el que lo necesite. Dejar de mirarse el ombligo y mirar a los demás. Escuchar siempre, dar abrazos, sonreír y, si el de enfrente va de enemigo, hacerle saber cuál es tu posición y tus ideas. Para mí, mejorar la salud mental se resume en cuatro creencias: Dios, la Patria, el Amor y la Lealtad. Todo lo demás es circunstancial.- Desde el punto de vista de un psiquiatra forense, ¿tiene alguna opinión sobre el periodo de reflexión de Pedro Sánchez?-Pedro Sanchez no necesita reflexionar, tiene las cosas muy claras; solo precisa espacio y tiempo para coger carrerilla. Estos días han sido mera estratagema de dilación para su propio beneficio. Que nadie se equivoque, los tiempos de la ingenuidad han muerto.- ¿Cómo se encuentra la política española? ¿Alguna sugerencia de un especialista con su bagaje profesional?-La política española se ha enfrascado en una dinámica de despropósitos desesperados por perpetuarse en el poder y se ha olvidado de los ciudadanos. Solo hay un consejo para los políticos de hoy: vuelvan a la verdad, salgan a la calle, hablen con la gente, sean personas.- Usted parece no tener pelos en la lengua. ¿Ha sido siempre así?-Pues la verdad es que nunca tuve pelos en la lengua, ¿para qué? Siempre fui así: en mi vida personal, familiar, laboral y, en general, en todas partes. No tengo distintas caras, solo una y transparente. Creo que genéticamente estoy condenado a ser espontáneo, soy esclavo de la realidad, y la magia y los sueños solo los uso para descansar.- ¿Se considera un personaje público que cae bien?-Nadie vale tan poco como para no tener enemigos, y los tengo. Pero son más los amigos, y en la balanza de la vida prefiero creer que caigo bien. Por lo menos me paso el día haciéndome selfis, je, je.- ¿Le ayudó su formación profesional para superar la muerte de su esposa?-Nadie está preparado para este tipo de tragedias. Creo que solo mi fuerte fe y mi experiencia médica me ayudaron. Y luego una ola de personas que me querían y me apoyaron incondicionalmente. Ningún hombre es una isla…, como diría John Donne.- ¿Qué le preocupa a José Cabrera?-Solo tengo miedo a que no me quieran, es mi única gran preocupación. Pueril, ¡quizás! Quizás, pero auténtico como la vida misma.

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