Victoria Prego reúne muchas voces . Una, la que todos reconocemos, con su brillo y su mesura, su voz, es la que nos contó por primera vez la Transición. Aquella serie que Televisión Española emitió en 1995 es, aún hoy, el mejor resumen del milagro que aconteció en este país tras la muerte de Franco.Fue Victoria Prego quien nos lo contó, quien construyó el relato que mostró a los españoles quién era quién, quién hizo qué y por qué pasó lo que pasó: un proceso ejemplar de evolución hacia la libertad. Una libertad construida desde la concordia y basada en la reflexión serena de lo que ha sido nuestra historia.Ese trabajo, que Victoria elaboró junto a Elías de Andrés siguiendo las mismas virtudes de aquel proceso, tuvo el mérito de reunir muchas otras voces: las de los protagonistas que, pasado el tiempo, quisieron recordar. Recordar es demasiadas veces un acto violento y Victoria tuvo la sagacidad de rescatar lo relevante, mas no sólo para el espectador, sino también para la Historia, la nuestra, la de España.El trabajo de Prego acogió los dogmas del buen periodismo y convirtió aquella serie en un testimonio esclarecedor para la generación que lo vivió, en un relato estimulante para los hijos y en un ejemplo patriótico para los nietos.Aquel proceso solo tiene un riesgo: su mitificación. Frente a esa tentación que da alas a un populismo que anhela destruirla, trabajos como el de Prego son esenciales. No solo esa serie divulgativa, sino el libro que vino después, ‘Así se hizo la Transición’, es una versión ampliada del relato audiovisual, lectura obligada y cita recurrente en todos y cada uno de los libros que con posterioridad han publicado los más prestigiosos hispanistas, muchos de ellos ilustres terceristas de ABC.Son el periodismo y la política las dos ramas del conocimiento que se entrelazan en la trayectoria de Victoria Prego, licenciada en ambas disciplinas. Pero su trayectoria ni empezó ni acabó en la Transición. Con anterioridad ejerció la profesión en Televisión Española, donde fue corresponsal en Londres y donde, ya en España, presentó los informativos y un programa de entrevistas periódicas a Felipe González, presidente del Gobierno.Ya en los 90 formó parte de la dirercción de ‘El Mundo’, donde sus análisis políticos y sus crónicas contribuyeron siempre a informar al lector desde la moderación. Del mismo modo, fue pionera en el nacimiento de la tertulia radiofónica como espacio periodístico en España, un género en el que la hemos escuchado, y la seguimos escuchando, en tantos y tantos medios de comunicación. De nuevo su voz, esta vez a través de las ondas.En las facultades se enseña a los alumnos que el periodismo consiste en informar, formar y entretener, se les cuenta que los periodistas debemos ser los historiadores del presente, se les dice que la información se debe contrastar y que los juicios deben ser mesurados y distantes, se les exige una mirada propia. En sus cuarenta años de profesión, Victoria Prego lo logró todo y conquistó cada castillo en su momento. Tal vez por eso su voz ha sido la de todos los periodistas de Madrid y tal vez por eso recibió el respaldo mayoritario de los compañeros a los que representó como presidenta de la APM.En los últimos años trabajó en ‘El Independiente’ y en 2016 fue galardonada por ABC con el Premio Luca de Tena en reconocimiento a su trayectoria.Pero hay un mérito más -un mérito mayúsculo- en su trayectoria, quizá el más importante y el que lo explica todo: Victoria siempre fue la misma persona, con el jefe y con el recién llegado, con el maestro y con el discípulo.Su voz, esa que todos reconocemos, ha sido la voz del periodismo. En esta profesión el éxito no se conquista con el público, sino con el respeto de tus compañeros. Y esa voz tiene un nombre: prestigio. El mismo que deja y se lleva Victoria Prego. Descansa en paz, maestra y amiga.
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