José del Carmen Reina siempre ha mantenido ante sus familiares que la muerte de Teodora, su exesposa, fue un accidente. Pero el relato de la Fiscalía lo echa por tierra: dibuja un asesinato frío, calculado y salvaje . «La estranguló a la vez que la desvistió parcialmente, penetrándola vaginalmente hasta eyacular en su interior. Como consecuencia del estrangulamiento, finalmente falleció».Era la mañana del 4 de abril de 2022 cuando ‘Teo’, como la conocían, perdía la vida a los 42 años, supuestamente a manos de José, con quien se casó en Lima (Perú) el 24 de febrero de 1995 y de cuyo matrimonio nacieron sus tres hijos . Este lunes, dos años y un mes después, comenzará en la Audiencia de Toledo el juicio con jurado popular en el que este peruano nacionalizado español se enfrentará a la prisión permanente revisable, la máxima pena privativa de libertad en España, por un delito de asesinato y otros 15 años de cárcel por agresión sexual. En la sala noble, que está reservada hasta el viernes, los miembros del tribunal oirán una narración aterradora por parte del Ministerio Público. Situará una de las primeras escenas en Mascaraque, una población de unos 500 habitantes a la que la pareja llegó después de vivir en Madrid . Hablará de la casa que los dos habían comprado antes de divorciarse y donde residían con su hijo de 14 años, un hermano de José, su esposa y sus dos vástagos.Pero Teodora, según el escrito de la Fiscalía, vivía en una jaula: quería marcharse de la casa familiar y José no lo aceptaba. «Además, se sentía ofendido y burlado por una relación sentimental que en 2021» tuvo ella con un compañero de trabajo, lo que generó «fuertes discusiones en los últimos dos años».Algunos familiares, en cambio, afirmaron a la Guardia Civil que en casa no había peleas. Que incluso seis meses antes de la muerte de Teodora, la pareja había comentado que iba a volver a casarse en Mascaraque y que había iniciado los trámites . «Ellos siempre estaban juntos», decían sus allegados.Hacer la maletaSin embargo, llegó el 4 de abril de 2022. Ante de las seis de la mañana, José llevó a Teodora a su trabajo en la cafetería-restaurante Luis 3, junto a la autovía de los Viñedos (CM-42) y a cinco kilómetros de su casa. Lo hizo en el Volvo modelo S80 que estaba a nombre de la mujer, quien a veces iba en bicicleta hasta el establecimiento, donde un mes antes había dicho que quería dejar su puesto.Teodora era una peruana agradable y afable, que trabajaba habitualmente en la cocina; y su exmarido, «muy tranquilo y amable», decían sus compañeros del restaurante, donde lo último que Teodora hizo antes de morir fue hornear pan y bollería.Ella permaneció en el trabajo hasta las 7:39, según la Fiscalía. A esa hora se marchó caminando hacia su casa, donde «tenía la intención de hacer su maleta y marcharse inmediatamente del domicilio familiar» .José volvió a buscarla a la cafetería porque se había enterado de que no tenía que ir realmente a trabajar. Como no la encontró, la telefoneó y habló con ella, además de hacerlo con el responsable de la explotación ganadera en la que José trabajaba. «Tengo un problema y no voy a ir a las 9», se excusó.Diez minutos antes de esa hora, Teodora llegó al domicilio, entró en su dormitorio y metió ropa en una maleta. Pero salió sin ella, sin la mochila que solía llevar y subió al coche donde José la esperaba. Condujo hacia Almonacid por el camino de la Barca, casi intransitable y poco concurrido, y por el camino del cementerio. Fue en esa zona, según el Ministerio Público, donde José «atacó de forma súbita y sorpresiva» a Teodora. La agarró fuertemente del cuello para matarla y la estranguló a la vez que la violó.Noticia Relacionada estandar No Muere apuñalado un joven de 19 años a manos de un menor de 16 en Azuqueca Mariano Cebrián/manuel moreno El presunto autor de la puñalada, que se produjo cerca de las ocho de la tarde de este jueves cerca de la estación de tren, ha sido detenido por la Guardia CivilCon ella muerta, la Fiscalía asegura que José condujo hasta el paraje conocido como Cerro Grande. En una zona llana, sacó del coche el cuerpo sin vida de Teodora y lo colocó en el suelo bocarriba y perpendicular al camino. «Para simular un accidente», sostiene la acusación, pasó el vehículo por encima del cadáver, al que causó múltiples fracturas.También cogió el teléfono de Teodora y borró el registro de algunas llamadas y mensajes. Después, telefoneó a Ambulancias Finisterre, porque lo conocía, y al servicio de emergencias 112. Dijo que había atropellado a su mujer sin querer.Fue detenido allí mismo cinco horas más tarde e ingresó en prisión provisional. A sus 52 años continúa en Ocaña I, donde José siempre ha repetido que el presunto asesinato de Teodora fue un accidente.
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