Más de ocho millones de bajas por enfermedad el pasado año y un coste que roza los 14.000 millones de euros convencieron a la Seguridad Social de que las mutuas de accidentes de trabajo estaban más capacitadas para controlar las ausencias al trabajo, en concreto las que tienen un origen traumatológico y concentran la mayoría de las ausencias por causa laboral que se producen en España. Sin embargo, desde principios de año el departamento que dirige Elma Saiz tiene paralizado el proyecto adelantado por este diario para la celebración de convenios de colaboración a suscribir entre la consejería de sanidad de cada una de las comunidades autónomas, las mutuas, la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social y el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Las reticencias sindicales estarían suponiendo un freno para que prospere el proyecto. Mientras, los datos sobre la evolución de las ausencias al trabajo siguen marcando récord tras récord. Durante el primer trimestre el número de procesos de baja en vigor en el último día del mes aumentó un 13% respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 726.926. La consecuencia inmediata fue un incremento del gasto en prestaciones de incapacidad temporal por contingencias comunes del 9,27%, lo que supone casi 200 millones más que el ejercicio anterior y una factura de 2.204 millones, según los datos de la patronal de las mutuas, AMAT.El impacto económico de las bajas por enfermedad no se circunscribe únicamente a la cuantía de las prestaciones por incapacidad temporal que paga la Seguridad Social y la mutuas , también supone un coste directo e indirecto para las empresas en prestaciones, cotizaciones sociales y mejoras de la ayuda pactadas en convenio, añadido también factores como la productividad o el coste de oportunidad. En los primeros tres meses del año las empresas pagaron 281,27 millones de euros más que en el mismo periodo del año anterior, en total fueron 2.003 millones.Factura para las empresasEl impacto de las bajas por enfermedad en los balances de las empresas es significativo, teniendo en cuenta que en los supuestos de enfermedad común o de accidente no laboral, el abono del subsidio entre los días 4 a 15 de baja en el trabajo corre a cargo del empresario. A partir del decimosexto día de baja la responsabilidad del abono recae en la Seguridad Social o mutua en su caso, aunque el pago lo siga materializando el empresario. Es decir, el empresario abona como si fuera una nómina y luego la Seguridad Social o la mutua le paga al empresario. De esta forma, el trabajador recibe este ingreso como si fuera una nómina, descontando del importe del subsidio la retención por IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social .Noticia Relacionada estandar No Brusco recorte de los dos primeros años en las pensiones de los que sigan en activo Susana AlcelayLa sombra de los abusos se cierne sobre el alud de ausencias al trabajo. La patronal que dirige Antonio Garamendi ha trasladado a los gobiernos, de forma reiterada, su preocupación por la situación generada por la gestión de las bajas laborales y lleva años ofreciendo el apoyo de las mutuas en los tratamientos y en los procesos de alta médica sin ningún éxito. Estas argumentan que son expertas en el trato de patologías traumatológicas para actuar contra el absentismo. Según los datos del sector, la duración media de los procesos de contingencia profesional diagnosticados como patologías traumatológicas que gestionan ascienden a 36 días. En cambio, cuando esos mismos procesos son una contingencia común, y son tratados en la sanidad pública, tienen una duración de 70 días. Larga duraciónLas señales de alarma vuelven a encenderse en la Seguridad Social y las empresas, teniendo en cuenta, además el elevado crecimiento de los procesos de larga duración. Las ausencias al trabajo por causas médicas superiores a un año han pasado de 34.000 bajas en el año 2019 a más de 100.000 en el pasado ejercicio. Y en el primer trimestre volvieron a repuntan un 41,29% al pasar de 79.962 en marzo de 2023 a los 112.978 en marzo de 2024, 33.016 procesos más. Como ya informó este diario, el descontrol del gasto en bajas laborales ha obligado al Gobierno a modificar las partidas presupuestarias para hacer frente a la factura. Hasta ocho veces tuvo que movilizar la Seguridad Social parte del presupuesto destinado a la cobertura de la incapacidad temporal en 2023 para poder sufragar los más de 14.100 millones en que se saldó el desembolso a cierre de año, un 20% más de lo estimado en la configuración inicial de las cuentas del sistema.Este desbordamiento de los gastos llevó al Ejecutivo a dar un paso hacia adelante y ceder a la petición de las mutuas de colaborar en el control del absentismo. En una nota informativa elaborada por el departamento que dirige Elma Saiz de la que ya informó ABC, se abría la puerta a suscribir convenios con las comunidades autónomas y las mutuas circunscritos a los procesos de IT derivados de patologías musculoesqueléticas de origen traumatológico.Procesos traumatológicosLa idea de la Seguridad Social es que la intervención de las mutuas se produzca en procesos que tienen una duración superior a lo estipulado y siempre será con el consentimiento del paciente . Los casos traumatológicos derivados de contingencias comunes concentran más del 80% de los procesos de baja en España. Por ello, las mutuas llevan años ofreciéndose a prestar asistencia sanitaria en este caso, en el que son especialistas, y a emitir altas médicas en las bajas por enfermedad común y accidentes no laborales. Como dato explican que más de 1.138.000 trabajadores de baja por patología traumatológica tardan un mes de más de lo que correspondería en recuperar su salud y poder reincorporarse a su empleo.
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