Vibra con inesperado brío el ciclismo español con el triunfo de Pelayo Sánchez, asturiano de 24 años, ciclista del Movistar, corredor con pegada y ambición al estilo Valverde, un buen rematador que lo hizo de cine por las carreteras blancas, arena, polvo y gravel por Siena y la Toscana. Y le arrebató el triunfo a una celebridad del pelotón, el francés Julian Alaphilippe, que ha ganado de todo incluidos dos campeonatos del mundo en ruta. Es el primer triunfo español en el Giro 2024 , cinco años después del último (Pello Bilbao).«No me lo podía ni imaginar, esto es una locura », cuenta Pelayo en sus primeras declaraciones. Cualquier pronosticador le hubiera concedido un segundo puesto, tercero tal vez, después de la fuga en la etapa más bonita del Giro, ese tránsito por carreteras blancas, caminos de labranza y tránsito de tractores donde se ha consolidado una de las carreras más excitantes del calendario ciclista, la Strade Bianche.Pelayo Sánchez es un novato en este escenario que cautiva al personal, caminos de arena blanca y hermosa, piedras sueltas, chinitas o guijarros que forman una tormenta de polvo al paso de la legión de motos, coches y ciclistas.Noticias Relacionadas estandar No Ciclismo – Vuelta a españa Demi Vollering se corona como la mejor al ganar la Vuelta a España Sergi Font estandar No ciclismo La Vuelta a España negocia la salida desde Italia en 2025 José Carlos CarabiasSon los campos de cultivo convertidos en modernos escenarios para los gladiadores, ciclistas bien alimentados, su ejército de preparadores, nutricionistas, biomecánicos y analistas que por unos instantes rememoran la gloria del ciclismo plasmada en sus leyendas de blanco y negro, Coppi, Bartali, Bahamontes, Ocaña, Merckx. Ciclismo por rabia y honor.Pelayo Sánchez se ha criado en la abundancia de la modernidad, en el MMR de su tierra asturiana, en otro equipo del norte el Gomur-Cantabria y ya como profesional incipiente en el Burgos-BH, una de esas escuadras que sobreviven con bajo presupuesto y exportan ciclistas. En la Vuelta 2023 ya exhibió su coraje y facultades en la penúltima etapa, frente a Poels y Evenepoel. En las proximidades de Siena, una de las más bellas ciudades de Italia donde dan ganas de quedarse para siempre, Pelayo no se dejó amedrentar por la personalidad de Alaphilippe, un peso pesado en el pelotón que vive horas bajas después de las críticas de su director, Patrick Lefevere: «Bebe demasiado alcohol por influencia de su mujer. Es un buen tipo, pero después de firmar su megacontrato ya no mejoró».Alahilippe es doble campeón del mundo (2020, 21) y propietario de un palmarés superlativo ( seis etapas del Tour, Milán-San Remo, Clásica San Sebastián, Strade Bianche, tres Flechas Valona…). 41 triunfos y trece temporadas de experiencia.Algo debió ver el francés en el rendimiento de Pelayo Sánchez en la fuga que compartieron con el australiano Plapp. Intentó menoscabar la moral del español, le pegó bronca, le pidió relevos, estuvo vigilante hasta el punto que casi se van los dos al suelo en una rotonda.No se acobardóLejos de atemorizar al asturiano, lo incentivó. «He tratado de eliminar a mis rivales, pero eran muy fuertes y ha habido que jugársela al esprint», dijo con desparpajo Pelayo Sánchez.La iniciativa y el paso firme del Ineos, con Geraint Thomas , por los tramos de tierra mordió la escapada, pero no la tumbó. Pese a sus diferencias, Plapp, Alaphilippe y Pelayo comprendieron que debían aunar fuerzas para jugarse el triunfo en un trío.«He tratado de salvar energías desde el principio del Giro y también en esta etapa», explicó el asturiano. Su actitud fue resuelta y de profesional astuto. No malgastó watios en su intercambio de relevos, no se cebó en el último tramo de ‘sterrato’ en potente pendiente, manejó en la distancia corta al francés en el muro de entrada al pueblo final de etapa y después de ese desgaste se situó tercero, la mejor posición para afrontar un esprint de tres.«En el momento clave fui más rápido», contó en la meta. Saltó Alaphilippe desde la segunda plaza, descartando al australiano más generoso que ninguno, y a su rueda, como sellado con pegamento lo hizo Pelayo. resistencia en la arena, fuerza en las cotas y velocidad en la llegada. Con notable superioridad rebasó a Alaphilippe, lo condenó al subcampeonato que lo hubiera redimido a sus propios ojos y a los de sus director, y se llevó con solvencia la primera victoria de un español en el Giro 2024. «Qué locura. Estuve cerca en la Vuelta y los buscaba en el Giro, pero no lo podía ni imaginar».Son muchos puntos (180) para el Movistar , un equipo de mitad de tabla hacia abajo que no va sobrado de victorias, y un refuerzo moral para la escuadra de Unzué en un Giro que solo integra a cinco españoles en su pelotón.
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