Cataluña como sujeto político ha dejado de existir. El independentismo en su derrota se ha llevado por delante al catalanismo. No al sentimental pero sí al político y esto era previo al escrutinio de anoche porque fuera cual fuera el resultado y a pesar de los muchos aspavientos de propios y extraños, la intentona separatista ni está ni se la espera porque simplemente la sociedad catalana ha dimitido de ella. La baja participación (57 por ciento), ocho puntos inferior a la de las elecciones generales de julio, evidenciaba el general desinterés por el destino del terruño. Los marcadores que -por primera vez en unas elecciones al Parlament- importaban eran estrictamente en clave política nacional. El primero, si Salvador Illa ganaba y podía ser presidente, confirmando la estrategia de apaciguamiento de Sánchez con los indultos y la amnistía . El segundo, si el PP conseguía superar a Vox y alentar la carrera de Alberto Núñez Feijóo hacia La Moncloa. Noticia Relacionada estandar No Aragonès asume que pasa a la oposición: «Les corresponde a PSC y Junts liderar la nueva etapa» A. CabezaAmbos factores se han dado, con la propina del hundimiento de ERC y esa carta de jubilación anticipada que le ha sido entregada a Carles Puigdemont con sus pobres 35 escaños, a siete de distancia de los socialistas. La «restitución del presidente legítimo» a la que el forajido apeló durante la campaña no sólo no ha tenido lugar sino que su partido se ha quedado casi igual, como si los últimos tres años y medio no hubieran pasado: ajustada metáfora de la política catalana. Ni Puigdemont será presidente ni podrá hablar más en nombre de los catalanes . Se va a retirar sin haber ganado jamás unas elecciones al Parlament -él que tanto exige democracia-.Sánchez ha logrado con Illa el cambio de paradigma en Cataluña por el que tanto se ha desgastado. Victoria histórica del PSC, que por primera vez se impone en votos y escaños en unas elecciones autonómicas. La debacle de Esquerra es notable pero en verdad tampoco tan grave, porque era una anomalía que estuviera en franjas tan altas y lo normal es que tarde o temprano volviera a ser la tercera fuerza en sus labores de partido bisagra. Tripartito a la vista con los republicanos desde fuera, lo que no deja de ser como volver a la casilla de salida anterior al principio de esta pesadilla.Noticia Relacionada estandar No Alianza Catalana entra en el Parlament: las claves de su programa A. CabezaEl PP ha obtenido un buen resultado respecto de los anteriores comicios -de 3 a 15 diputados- pero escaso comparado con Vox (11), de quien no logra despegarse con claridad por falta de un discurso claro y propositivo en Cataluña. Hace falta más peso en una comunidad tan importante para ganar unas elecciones generales. La continuidad de Feijóo al frente de su partido no resulta discutida pero tampoco garantizada y depende de ese plebiscito entre Sánchez y él que indiscutiblemente serán las europeas del mes que viene.El independentismo se ha quedado, además de sin propósito, sin mayoría absoluta por primera vez desde 1980. Caras anoche de funeral en los presentadores y tertulianos de TV3. Profunda, meritoria, democrática, victoria del Estado en Cataluña. Que no nos pase como con el fin de ETA, que no lo celebramos porque lo rubricó un presidente socialista.
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