Cada vez existe una mayor concienciación sobre algunas enfermedades de la salud femenina que históricamente se desconocían o se habían minimizado. Un perfecto ejemplo de ello es la endometriosis , una dolencia benigna pero que puede llegar a ser incapacitante y sobre la que en los últimos años se ha ido haciendo mucha pedagogía. Seguro que muchas han sufrido molestias relacionadas con la menstruación y seguro que muchas también han escuchado en los últimos tiempos que la regla no tiene que doler. La endometriosis es la enfermedad que se produce cuando crecen tejidos fuera del útero: esto acaba provocando dolores que pueden ser muy intensos, afectar a órganos de la zona como el intestino o la vejiga o incluso provocar dificultades de embarazo.A la práctica, sea con conocimiento o no, muchas mujeres se han acostumbrado a reglas con abundante sangrado y dolores y a tener que pasarlas con antiinflamatorios para no ver afectado su día a día. El consumo habitual de estos medicamentos también puede tener sus riesgos, como conoció, por desgracia, la brasileña Jaqueline Gmack. Ella acabó en coma tras tomar ibuprofeno para aliviar los dolores menstruales y ahora está contando su historia en un documental, ‘Más allá de la piel: la lucha de Jaque Gmack contra Stevens-Johnson’, para alertar a otras mujeres de ello.«Como si me estuviesen quemando»Jaqueline, que tiene 31 años y es de la ciudad de Papanduva, estaba acostumbrada por desgracia a estos dolores y tomaba ibuprofeno de costumbre para paliarlos. Este tipo de analgésicos son habituales para tratar las molestias menstruales. Lo que nadie se esperaba es que el medicamento le provocara una grave reacción que la dejó en coma 17 días . Fue en 2011 y la situación empezó 48 horas después de haberse medicado, cuando empezó a notar un picor en el ojo. No le dio mucha importancia pero al día siguiente se despertó con la boca plagada de ampollas que no paraban de ir a más.Por todo ello, la brasileña decidió acudir a urgencias. «Era como si me estuviesen quemando », relata ahora. Allí mismo el cuadro empeoró, hasta dejarla casi sin visión y acabó cayendo en coma. Ella ya no recuerda más que su despertar 17 días después. «No sabía lo que me había pasado», remarca Jaque, que se encontró con todo su cuerpo vendado. «Mi visión estaba completamente borrosa y tenía un tubo en la garganta, pero no sentía ningún dolor..», relata en su documental que reconoce que entonces fue consciente de que «estaba muy débil y me había pasado algo muy grave».Durante esas dos semanas críticas, los médicos descubrieron que el ibuprofeno le desencadenó una hipersensibilidad cutánea aguda que afectaba a su piel y membranas mucosas, una afección que se conoce como síndrome de Stevens-Johnson o como necrólisis epidérmica tóxica. Se trata de una enfermedad muy poco común que puede llegar a causar la muerte a raíz de la administración de fármacos como los antiinflamatorios pero también antibióticos o medicamentos para la epilepsia.Noticias Relacionadas estandar No Una sexóloga desmiente los mitos del squirting: «Voy a tumbar lo magnificado que está» V.L estandar No Un farmacéutico explica por qué los mosquitos pican a unas personas más que a otras A. CabezaEn el hospital la estuvieron tratando para controlar sus dolores y ayudar a la regeneración de piel, que se le acabó desescamando. «Los médicos me dijeron que era un milagro que hubiera sobrevivido», relata la joven, que en su documental confiesa que su familia impidió que durante los primeros días se pudiera mirar al espejo por el ‘shock’ que sufriría. «Cuando finalmente me miré al espejo, vi a alguien que no reconocí », asegura.Ahora, como muchos de los que sufren esta enfermedad, acaban acarreando graves secuelas de por vida. Jaqueline ha quedado con daños graves en los ojos y varias cicatrices, que le han llevado a someterse a 24 operaciones, entre ellas una para no perder el ojo izquierdo y que le ha dejado con un 60% de visión. Ahora, feliz por haber superado esta pesadilla todavía sigue con chequeos oftalmológicos quincenales.
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