Luisa Nascimento, de 57 años, llegó a su casa en las afueras de Caxias do Sul, en el interior de Rio Grande do Sul, temprano en la mañana del pasado lunes. Traía una mochila y dos bolsas de plástico con ropa. Era todo lo que había logrado llevar consigo cuando el agua que inundaba su comedor ya alcanzaba su cintura.«Estuve en casa de parientes durante seis días. Pensé que hoy ya podría regresar, limpiar todo y ver qué quedó, pero ahora ya no podré», dice, señalando al cielo. La lluvia, que había trastornado su vida, volvía a caer de manera implacable.En la tercera semana de intensas precipitaciones , este estado brasileño ya cuenta con 147 muertos, 127 desaparecidos y más de 500.000 personas desplazadas. En refugios temporales, se encuentran más de 80.000 personas. La población de Rio Grande do Sul es de 11,3 millones de habitantes.Noticia Relacionada estandar No El sur de Brasil suma cien muertos y casi 1,5 millones de afectados por las graves inundaciones EP Las lluvias causan 128 desaparecidos, 372 heridos y casi 250.000 personas desplazadas de sus hogaresAislada durante díasLa capital, Porto Alegre , estuvo prácticamente aislada durante varios días. De las cuatro principales carreteras que la conectan con el resto del país, solo una estuvo abierta. El aeropuerto Salgado Filho continúa inundado. El más cercano, en la ciudad de Florianópolis, está a 400 kilómetros de distancia. A toda prisa, las autoridades de la capital gaucha improvisaron una pista donde solo los vehículos con asistencia para los habitantes pueden transitar.En las calles del centro histórico de la ciudad, construida hace 252 años, lanchas y motos acuáticas patrullan y aún buscan a residentes aislados. «Increíblemente, todavía hay gente que no quiere abandonar sus hogares. Tienen miedo de que sean robados u ocupados », afirma el oficial José Gregório, de 32 años, a bordo de una pequeña embarcación que navegaba en aguas turbias, donde flotaban desde botellas de plástico hasta materiales de oficina y bolsas de basura. En la capital gaúcha, el nivel del agua se encuentra a 5,4 metros sobre el nivel del mar, rompiendo el récord de la mayor inundación que la ciudad haya experimentado, en 1941, cuando alcanzó la marca de 4,75 metros.Wagner Souza sale de su casa inundada acompañado de su gato Lilico EFELa gran desembocaduraPara los próximos días, se espera que esta cifra sea superada. La ciudad está ubicada a orillas del río Guaíba, que tiene dimensiones de un verdadero lago, ya que allí desembocan cinco ríos cuyas aguas han crecido debido a las lluvias incesantes de los últimos días. La famosa Orla do Guaíba, una especie de rambla que es el emblema de la ciudad, está bajo el agua.«La población de Porto Alegre ha aumentado y se ha densificado considerablemente en pocos años, y el ‘boom’ inmobiliario ha provocado que la ciudad esté llena de cemento y tenga menos árboles, lo que también contribuye al aumento de las temperaturas y las precipitaciones », afirma Clarice Misoczky de Oliveira, arquitecta y académica de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Como habitante de Porto Alegre, la profesora tuvo que abandonar la urbey está temporalmente en la costa del estado.En el municipio de Canoas, vecino a la capital, Socorro Maia, de 28 años, camina por las calles junto a su hijo, Felipe, de 7 años. «Estamos yendo a encontrarnos con el resto de la familia, mi esposo y mi hija menor estaban al otro lado de la ciudad cuando quedamos atrapados en casa», cuenta esta empleada doméstica. Pasaron ocho días sin contacto, debido a la falta de conexión telefónica. «Los cables de mi calle se cayeron, el teléfono móvil no tenía cobertura, se fue la luz, y no paraba de llover. No es la primera vez que perdemos muebles y ropa», cuenta.Según la agencia de verificación de hechos brasileña Lupa, más del 90% de los lugares afectados por la actual inundación ya habían experimentado una situación similar en el pasado. «Aquí ya estábamos acostumbrados. Lo primero es desenchufar todo y levantar el tanque de gas del suelo. Pero esta vez la inundación fue mucho más rápida y perdimos el televisor y la nevera», cuenta el mecánico Sebastião Teixeira, de 42 años, quien también caminaba por las calles de Canoas con su familia hacia un refugio.Rescatistas navegan en busca de víctimas EFEEmpleado de un taller de automóviles, él y su esposa se negaron a salir de casa en los primeros días. «Nos quedamos con el agua hasta las rodillas, los bomberos vinieron, nos pidieron que saliéramos, estaban evacuando toda la calle, pero sabemos lo que puede pasar si la casa se queda vacía. Aparecen personas para saquear, ocupar, y luego somos nosotros quienes perdemos todo».Ir a uno de los refugios públicos también parece ser una opción arriesgada para muchos. Según el departamento de Defensa Civil de Rio Grande do Sul, fue necesario aumentar la vigilancia policial en estos alojamientos, ya que se reportaron robos y abusos sexuales contra mujeres.Aún no ha sido posible contabilizar el alcance de la tragedia que sigue en curso, pero se estima que la mayor parte de la pérdida total de viviendas se encuentra en el área metropolitana de Porto Alegre, Canoas, São Leopoldo, Lajeado, Eldorado do Sul, Muçum y Estrela.Hombres cargan y mueven paquetes a lo largo de una calle inundada en el centro histórico de la ciudad de Porto Alegre AFPDurante al menos diez años, ha habido consenso entre científicos y ambientalistas de que la actual tragedia ambiental podría ocurrir. En un informe nacional finalizado en 2015, durante el mandato de Dilma Rousseff , ya se preveía que el encuentro de las capas de altas temperaturas del centro de Brasil con el frío polar de los inviernos de Argentina y Uruguay podría causar inundaciones en Rio Grande do Sul. Poco se ha hecho para frenar este proceso en las gestiones de la misma Dilma, Michel Temer y Jair Bolsonaro . Por el contrario, el resultado ha sido un aumento del desmonte en la región del Pampa Gaúcho del 27% entre 2021 y 2022, según el estudio de MapBiomas Brasil, además del aumento de la densidad demográfica en las grandes ciudades.Unidad nacionalTan pronto como comenzó la crisis actual, hubo una iniciativa de los gobiernos nacional y estatal de trabajar juntos. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva , del Partido de los Trabajadores, viajó a Porto Alegre para reunirse con el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, quien es del PSDB (centro-derecha). Les acompañaron el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, y el de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, ambos también de diferentes partidos políticos. La idea era mostrar una imagen de unidad nacional.Lula afirmó que no habría restricciones para la ayuda que el Gobierno nacional ofrecería al Estado. El pasado lunes, anunció una condonación de tres años de la deuda que Rio Grande do Sul tiene con la federación, pero que, después de eso, la cantidad tendría que ser pagada con ajustes de acuerdo con la inflación. Por su parte, Leite afirmó que esperaba más recursos y la condonación total de la deuda.Un hombre se transporta sobre una tabla en una calle inundada, en el barrio de Humaita, Porto Alegre EFEA lo largo de las semanas, las fricciones fueron volviéndose más visibles. Durante su gestión, el gobernador gaúcho modificó más de 480 aspectos de la legislación ambiental del Estado. Entre ellas, permitió la auto-licencia de áreas protegidas, la eliminación de la vigilancia de nacientes de ríos y la liberación del uso de agrotóxicos en el cultivo de soja. Leite formaba parte de la base de apoyo político del expresidente Jair Bolsonaro, conocido por su negacionismo climático.Tanto Lula como Leite tienen la intención de disputar las próximas elecciones presidenciales. En el entramado político, la tragedia del sur también juega un papel importante. Quien logre manejar mejor la situación y salir más fortalecido y popular de ella, tendrá más posibilidades en la contienda electoral. Esto es especialmente relevante para Leite, quien cuenta con menos exposición en los medios de comunicación y podría beneficiarse significativamente de una gestión eficaz y empática durante esta crisis.Bomberos de Rio Grande do Sul rescatan un caballo del techo de una casa en la ciudad de Canoas, estado de Rio Grande do Sul, Brasil AFPSi hay una imagen de unidad nacional en esta tragedia es la del rescate del caballo Caramelo, que pasó días en el techo de una casa en el municipio de Canoas. La imagen del animal resistiendo la fuerza de las aguas y el viento movilizó las redes sociales, los bomberos, voluntarios y equipos de rescate. Sedado y transportado en una balsa, Caramelo se encuentra bien.
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