Uno de los proyectos más ambiciosos de Javier Tebas en los últimos años como presidente de LaLiga ha sido que aficionados extranjeros puedan asistir en directo en sus países a partidos del campeonato español, un sueño irrealizable, al menos hasta la fecha, debido a la rígida reglamentación de la FIFA que impide la disputa de encuentros de una liga nacional más allá de sus fronteras.Pese a esa prohibición, el dirigente se echaba la manta a la cabeza en 2018, el año en el que se anunció que el Girona-Barça , correspondiente a la jornada 21 de la temporada 2018-19, se jugaría en el Hard Rock Stadium de Miami (Estados Unidos). Junto a los presidentes de ambos clubes, firmaba una carta solicitando llevar aquel duelo al otro lado del Atlántico, pero terminaron desistiendo al estrellarse con la normativa de la Federación y, por extensión, del organismo que rige el fútbol mundial. Seis años después de la fallida intentona, Tebas ve una puerta abierta para cumplir su anhelo porque el Consejo de la FIFA (órgano de decisión) estudia dar autorización para que las ligas organicen partidos en otras naciones. La globalización lleva imponiéndose en el mundo del deporte desde hace años y en el fútbol, para dolor de los nostálgicos y los fieles de la tradición, también va abriéndose camino. La FIFA permitió hace tiempo el traslado de competiciones como las finales de copa o las supercopas (la española lleva disputándose fuera desde 2019), pero la organización de partidos de una liga nacional en otro país es la línea roja que jamás se ha cruzado. Un veto que no existe en competiciones tan mediáticas como la NBA (baloncesto americano) o la NFL (fútbol americano) y que el organismo presidido por Gianni Infantino, que este viernes celebra en Bangkok (Tailandia) su 74º congreso, se replantea ya seriamente.Noticia RelacionadaDe hecho, la FIFA ha puesto en marcha un grupo de trabajo formado por una quincena de personas en busca de respuestas a algunas de las incógnitas que se abrirían en el caso de que finalmente se diera luz verde al traslado de partidos de grandes ligas como la española o la inglesa (otra de las más interesadas) fuera de sus fronteras. El objetivo es analizar, por ejemplo, las repercusiones que tendría la medida para los aficionados de los equipos que tuvieran que jugar partidos en el extranjero o las posibles consecuencias sobre el desarrollo de la propia competición. También se quiere debatir sobre cuál podría ser el número idóneo de partidos fuera de un territorio a lo largo de una temporada. La decisión sobre si se levanta el veto, sin embargo, no será inminente porque la comisión de trabajo enviará sus recomendaciones y propuestas al Consejo de la FIFA en los próximos meses.«Efecto resonancia»Esa comisión de trabajo no es, sin embargo, el único paso dado por la FIFA, que recientemente llegaba a un acuerdo con Relevent Sports Group, empresa que firmó con LaLiga un contrato por 15 años para trabajar en la comercialización de la Liga española en Norteamérica, para no tener que acudir a juicio por la demanda antimonopolio que le había presentado la citada compañía.Javier Tebas insistía hace solo unos días en Argentina en el interés de LaLiga en que uno de los partidos de su competición se dispute en los Estados Unidos en la temporada 2025-2026. «Es un partido. No estamos inventando nada, el deporte americano como la NBA o la NFL juega partidos en Europa y la estrategia no es igual, pero es similar», dijo el presidente, que destacó el «efecto de resonancia» que tendría, por ejemplo, jugar en Miami. Otras ligas, como la inglesa, también apuestan por llevar partidos a otros países y su plan de expansión pasa en su caso por Estados Unidos, Brasil, Indonesia o la india.El traslado de partidos abriría nuevos mercados, aumentaría los ingresos de los clubes y de LaLiga y multiplicaría el número de aficionados al campeonato español y su seguimiento por televisión en el extranjero, pero en el fútbol no todo es dinero, el corazón y el sentido de pertenencia del socio ha sido el motor histórico de este deporte. «El problema es que ahora se nos ve como clientes, no como socios de un equipo. Yo pago un abono y quiere ver en mi estadio todos los partidos de liga que juegue mi equipo durante la temporada», reclama a este periódico Alberto Pérez, abonado del Atlético de Madrid. Consultada por ABC, la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE) se muestra también en contra. «Como organización de aficionados condenamos que FIFA que, recordemos, es el órgano internacional que debe velar por nuestro deporte permita la celebración de partidos de liga en países lejanos a las comunidades de aficionados de los clubes implicados, en lo que es una agresión más al carácter social y comunitario de nuestro deporte en aras del enriquecimiento de algunos operadores ajenos al fútbol», afirma esta asociación. «Las aficiones fuimos los fundadores y hemos financiado económica y sentimentalmente a nuestros clubes a lo largo de más de un siglo. Los clubes forman parte del tejido social y cultural de nuestros pueblos y ciudades por lo que deslocalizar sus encuentros deportivos a lugares lejanos va contra su misma razón de ser y trabajaremos para que nunca ocurra», añaden desde FASFE.Especialistas en derecho deportivo consultados por este periódico coinciden en que los clubes, antes de la renovación de los abonos, deberían informar a sus socios sobre el partido que podrían perderse a lo largo de la temporada. «Cuando firmas el abono hay un contrato con unas condiciones, lo que no se puede es cambiar las reglas a mitad de un partido. Tu no puedes suscribir un abono y que a mitad de temporada te quedes sin ver, por ejemplo, el Madrid-Barca porque se decide trasladar ese partido a otro país», afirman, «En el caso de que el servicio cambiara, el socio tendría derecho bien a cancelar el contrato o bien a exigir una compensación equivalente a no haber podido hacer uso de ese servicio tal y como estaba contratado».ApoyoA diferencia de FASFE, Jaume Llorens , responsable del área Internacional de Aficiones Unidas, asegura a ABC que su asociación no rechaza la disputa de partidos de Liga fuera de España. «Mantenemos una posición clara desde que se produjeron los anteriores intentos de LaLiga por celebrar un partido en EE.UU. Este posicionamiento fue decidido por los miembros de nuestra organización por amplia mayoría tras realizarse una votación al respecto. Y es que entendemos el fútbol como un fenómeno global que lleva a que todas nuestras Federaciones de Peñas cuenten con peñas erradicadas en el extranjero, por ejemplo. Y, por tanto, resulta difícil que nos opongamos radicalmente a que se lleve de manera puntual nuestro futbol más cerca de los aficionados y peñistas internacionales, muy numerosos en algunos países». «Eso sí, desde Aficiones Unidas consideramos imprescindible que estos partidos no se realicen de espaldas a los aficionados, es decir, que se cuente con ellos para decidir cuestiones tan básicas como la compensación que recibirán aquellos que, teniendo su abono contratado, no puedan ir al estadio, o aquellos que fueran a asistir como visitantes. Además, solo lo entendemos posible como un fenómeno muy puntual cada temporada, con un partido como mucho, y siempre y cuando no afecte a los mismos aficionados en diversos años consecutivos», añade Llorens.
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