El catedrático de Microbiología de la Universidad de Barcelona (UB) Miquel Viñas (Puigcerdà, 1953) ha dedicado más de la mitad de su vida a investigar las bases moleculares de las resistencias bacterianas . Habla siete idiomas y ha trabajado, entre otras universidades internacionales, en la Baylor College of Medicine (Houston, EE.UU.) y la Jacobs University (Alemania), aunque el grueso de su carrera profesional lo ha desarollado en el campus de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB), vinculado al Instituto de Investigación Biomédica del Hospital de Bellvitge (Idibell), uno de los centros a los que apunta la guía de la Generalitat dirigida a ‘catalanizar’ el entorno científico. «Catalanoparlante de nacimiento» –como él se define–, Viñas expresa su «perplejidad» por la ofensiva del Govern para impulsar la lengua autonómica en la ciencia. «Quien hizo esta normativa ignora completamente cómo va eso de la investigación», señala a ABC y advierte de que la «obsesión» del Govern por el catalán «está frenando la llegada de talento internacional a Cataluña» . «El mundo de la investigación es un mundo sin fronteras en el que, básicamente, se habla en inglés. No se pueden poner puertas a campo», advierte.—¿Qué opina de la guía impulsada por la Generalitat para fomentar el uso del catalán en la investigación?—Es una muestra más de cómo nos consideran nuestros gobernantes. Yo, que soy catalán y catalanoparlante de nacimiento, y que amo mi lengua y mis tradiciones como el que más, no puedo entender esta obsesión en meterse en la vida de los demás de modo tan obsceno. Y esta impresión alcanza valores más elevados cuando se piensa en las consecuencias. El mundo de la investigación científica es un mundo sin fronteras en el que, básicamente, se habla en inglés. Le podemos poner los apellidos que queramos, pero es así. La razón es obvia, el mundo sajón controla la producción científica y quien diga lo contrario, miente. —En el marco de su ofensiva para ‘catalanizar’ los centros de investigación la Generalitat ha anunciado que implantará «un sistema de indicadores» para evaluar el grado de cumplimiento de las recomendaciones de la guía, ¿cómo valora esta fiscalización?—Es simplemente control político-policial. El catalán es la lengua materna de buena parte de los catalanes, y los que pertenecemos a este grupo estamos encantados de nuestra pertenencia, pero en ciencia las cosas son de otra forma. Tenemos que competir y cooperar con la comunidad científica internacional, publicar en revistas prestigiosas, y eso se hace en inglés, nos guste o no. Quien hizo esta normativa de promoción del catalán en la ciencia ignora completamente cómo va esto de la investigación. Y eso tiene su reflejo en los centros. Aquí trabaja gente catalana, de otras autonomías, y de multitud de países, y lo relevante es entenderse, discutir y avanzar en la creación de conocimiento. Lo de menos es en qué lengua se hace.«Quien hizo esta normativa del catalán en la ciencia ignora completamente cómo va esto de la investigación» Miquel Viñas Catedrático de Microbiología e investigador de la UB—La guía se enmarca en el plan de refuerzo del catalán impulsado por la Generalitat en varios ámbitos, entre ellos la universidad, donde se ha propuesto que el 80% de la oferta de los grados universitarios en un horizonte próximo sea exclusivamente en catalán, y que esta lengua avance también en másteres y posgrados…..—A mi modo de ver esto es un enorme error. El prestigio de una lengua no puede depender de decretos o iniciativas tomadas en el orden político. La mayoría de los catalanes somos bilingües funcionales y hablamos indistintamente en catalán y en castellano. Pasamos de uno a otro inconscientemente. En el ámbito universitario , los estudiantes de máster que recibíamos venían mayoritariamente de otras regiones de España y de países de Iberoamérica. Así como en la investigación la lengua es el inglés, en la enseñanza de los ciclos superiores se debe contemplar el uso de las lenguas propias, pero la imposición del catalán en este terreno significará el fracaso de muchos másteres por falta de postulantes. Difícilmente un estudiante británico o estadounidense vendrá a cursar un máster aquí , pero no así un chileno, un argentino, o un paraguayo, y ese colectivo es el que nos interesa y justifica nuestro trabajo. La imposición genera contestación y desafección y esto es lo que está ocurriendo con el catalán, quienes dicen defenderlo y promocionarlo están generando desprestigio; muchas veces, o siempre, lo que se impone vence pero nunca convence. A mi modo de ver estas normativas tendrán (o quizás estén teniendo ya ) un efecto devastador. Por una parte cada vez vendrán menos estudiantes de máster (o de tercer ciclo) procedentes de las otras regiones españolas o de los países iberoamericanos y esto es un empobrecimiento neto. No quisiera parecer insustancial pero la ciencia es el eje del progreso. Con estas normas del Govern se frena la llegada de estudiantes de máster y de investigadores de excelencia. La Generalitat está poniendo puertas al campo y es un grave error.—¿Cree que la imposición del catalán ha frenado o puede frenar la llegada de investigadores de nivel a Cataluña?—Inicié mi carrera científica en 1976 en la Residencia Sanitaria de Bellvitge, posteriormente trabajé en la Universidad de Zaragoza, y luego en el Baylor College of Medicine (Houston, Texas). He trabajado también en la Universidad de Wurzburg en Alemania y en la Jacobs University en Bremen (Alemania) y , ocasionalmente en otros centros de investigación en diversos países. En ninguno de estos lugares me pidieron solvencias idiomáticas, sino conocimientos sobre lo que estaba haciendo. Tampoco me hicieron demostrar nada, de hecho yo no hablo una palabra de alemán y he trabajado en Alemania (creo) a plena satisfacción de quienes me acogieron. En mi trabajo en Cataluña, nunca la lengua fue un problema hasta que el problema lo generaron los políticos. Yo hablo catalán normalmente y cuando alguien no me entiende, mudo al castellano, al francés, al inglés, al italiano o al portugués. Aquí las imposiciones idiomáticas son una limitación particularmente para el propio sistema. Profesores incorporados a través de un programa de la Generalitat (el Serra-Hunter) que permite contratar a personas con muy buen currículo (la mayoría son extranjeros) se topan con la el llamado C2 (un nivel de catalán exigido). Hemos incorporado una joya, para hacer investigación puntera, y le condenamos a dedicar tres años a aprender catalán descuidando sus obligaciones científicas. Lo que se consigue es una desafección a todo lo catalán.
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