La nutricionista con siete enfermedades crónicas que ayuda a entender el sistema inmunitario

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La nutricionista con siete enfermedades crónicas que ayuda a entender el sistema inmunitario

«Te entiendo, lo he vivido. He estado en tu situación, por eso he creado mi propia forma de ayudarte… como me hubiese gustado ser acompañada cuando era paciente». Así tranquiliza a sus pacientes la dietista-nutricionista Elena Garrido ( @elenagarridonutricion ), especializada en nutrición clínica con patologías crónicas y con una experiencia personal y profesional única que es la que está detrás de su ansia por saber, divulgar y ayudar. Tras quedarse incapacitada con 26 años, con brotes continuos provocados por sus siete enfermedades crónicas (lupus, hipotiroidismo de Hashimoto, celiaquía, gastritis atrófica autoinmune, espondiloartritis, SOP, endometriosis, prediabetes), Elena Garrido decidió tomar las riendas de su vida investigando todo aquello que le ayudase a entender cómo funciona un cuerpo sano y averiguar por qué fallaba el suyo para, a partir de ahí, solucionar cada desequilibrio. Se hizo muchas preguntas y las buscó en los libros, pero necesitaba más. Su ansia de conocimiento le llevó a volver a la Universidad (ya era economista y trabajaba como ‘controller’ financiero) para estudiar nutrición, especializarse en nutrición funcional y en PNIEc (psico-neuro-inmuno-endocrinología clínica) con dos posgrados, acabar tres masters específicos y mantener una formación continua que, según asegura, le ha salvado la vida tanto a ella como a sus pacientes. «Estaba incapacitada para vivir sin depender de alguien que me asistiese. Cuando tenía brotes apenas me podía levantar de la cama, sentía mucho dolor y estaba constantemente medicada . Y cuando no los tenía simplemente intentaba vivir como podía, pero cojeaba y apenas podía subir el bordillo de la calle», revela. Noticias Relacionadas estandar No ¿Es lo mismo comer para adelgazar que comer sano? Busca las cuatro diferencias Raquel Alcolea estandar No Digestiones malas y tripa hinchada: así se comunica el cerebro con la microbiota Raquel AlcoleaPero además, tal como explica, su estilo de vida tampoco fue de gran ayuda pues, según confiesa, sus hábitos eran «horribles»: no sólo fumaba, sino que bebía casi a diario (en un contexto social que le llevaba a consumir unas cervezas al salir del trabajo, alguna copa de vino y varios ‘gin tonic’ los fines de semana). A esto había que sumar no solo su falta de ejercicio sino un sedentarismo total y unos hábitos nutricionales basados en comer lo que le quería cuando le apetecía. «Hacía años que había desterrado de mi vida las frutas y las verduras porque básicamente me alimentaba de lo que me iba apeteciendo en cada momento», revela. Pero llegó un momento en el que se obligó a sí misma a parar, a buscar soluciones y a cambiar el chip. Fue entonces cuando se puso a estudiar para entender lo que le estaba pasando a su cuerpo y para averiguar si había algo que estuviera en su mano para poder llevar una vida más independiente y encontrarse mejor. «Primero pensé en la biomedicina pero después una amiga cercana me hizo abrir los ojos a la posibilidad de estudiar nutrición. Al principio comencé por mi cuenta estudiando libros sencillos de divulgación pero en cuanto comencé a aplicar algunas cosas y noté cambios decidí que tenía que poner foco en ello», revela. Una consulta con lista de esperaAhora Elena Garrido tiene 34 años, no ha parado de estudiar, ni de formarse ni ha dejado de investigar (en la actualidad está preparando el doctorado en Microinmunología) y además sigue ayudando a muchas personas que, como a ella le sucedió, viven una situación difícil. Tiene una agenda de pacientes repleta, apenas sin hueco casi hasta final de año. ¿La clave de su éxito? La atención «sin reloj», la personalización exhaustiva y el acompañamiento son sus señas de identidad. «Cuando alguien entra en un consulta no sé cuánto va a durar la sesión, no miro el reloj, no llevo una hoja de ruta marcada ni sigo protocolos específicos, voy hilando las preguntas conforme a lo que me va contando esa persona y busco entender cómo funciona su cuerpo », afirma. Pero además lo que intenta transmitir a sus pacientes, según asegura, es que les guiará en todo aquello que dependa de ella, que la tendrán a su disposición a través de distintas vías para consultar dudas y que la relación será muy cercana, pero también les insiste en que los resultados dependerán más de lo que ellos hagan. Y aquí la experta aporta un matiz importante: el estrés , la excesiva autoexigencia y las obsesiones no tienen cabida en su método. «Prefiero que lo hagan de 7 o de notable pero manteniendo la calma y a su ritmo, a que vayan a por el 9 o a por el 10 y se sientan tremendamente estresados. Lo que genera el cortisol y los precursores del cortisol no es positivo ni para el cuerpo ni para la mente. Tienen que ser conscientes de la necesidad de hacer cambios pero éstos deben ser asumibles , no deben suponer un gran esfuerzo y a eso es a lo que les ayudo en la consulta, porque es justo lo que más eché de menos cuando era yo la que estaba mal», confiesa. Sesiones ‘masterclass’Ese camino de acompañamiento es, además, didáctico pues, tal como revela Garrido, durante las sesiones explica con detalle cómo se comporta cada parte del sistema inmunitario con dibujos en la pizarra, con esquemas, con un ‘e-book’ detallado con lo que deben priorizar y con los siguientes pasos que pueden dar si van observando buenos resultados. «Algunos pacientes me han dicho que graban las sesiones y que luego las vuelven a escuchar porque son como clases. La idea que pretendo transmitir con estas explicaciones es que entiendan cómo actúa su cuerpo y cuál puede llegar a ser el poder transformador de sus hábitos porque tal vez así encuentren la motivación necesaria para ponerse manos a la obra», aclara. Previamente a estas sesiones, según matiza, habrán contestado un cuestionario exhaustivo , que es la base sobre la que la experta trabaja en las primeras sesiones, que suelen ser las más largas. «Lo primero que les pregunto es qué es lo que más les incapacita o lo que más les molesta en su día a día y lo último que les planteo es si les he agobiado con tanta información. Eso sí, les suelo tranquilizar recordándoles que iremos poco a poco y que les acompañaré en el camino en todo momento», argumenta.Una frase repetida: «Como sano, pero sigo mal»A la hora de trabajar con sus pacientes la nutricionista explica que uno de los errores más frecuentes es pensar que están comiendo de forma saludable aunque en realidad estén equivocados. Eso sucede, por ejemplo, cuando se consumen o se compran alimentos aparentemente saludables pero que incluyen una serie de sustancias que pueden ser perjudiciales para la salud (como por ejemplo potenciador del sabor E-621).Aunque también se da el caso de personas que ya han aprendido a identificar cuáles son los alimentos saludables pero que cometen un error distinto ya que se equivocan en las proporciones. Sobre este punto aclara que en el caso de sus pacientes (la mayoría, mujeres en edad fértil) algunos de los fallos comunes consisten en comer pocas grasas (que son necesarias para tener las hormonas equilibradas), consumir pocos vegetales y tomar muchos hidratos de carbono (principalmente en forma de pasta, panes, bollería y arroces). «No defiendo una dieta única para todos porque está claro que la alimentación depende del entorno, de las patologías, del estado del cuerpo y de las circunstancias. No necesitará lo mismo, por tanto, una deportista de élite que una persona que trabaje en la oficina. Unos necesitarán potenciar los antioxidantes, otros las sustancias que ayuden a mejorar la elasticidad de las células… Pero lo que sí se puede tomar como una norma común es la importancia de comer limpio, con alimentos lo menos procesados posible», aclara. Los pasos para comer sano y encontrarse bien serían: entender los ingredientes para saber elegir alimentos saludables, cuidar las proporciones y contar con asesoramiento profesional para personalizar lo que se come de modo que responda a las necesidades individuales. Eso sí, la experta aclara que no trabaja con pacientes que busquen una pérdida de peso pues prefiere centrarse en ayudar a mejorar la salud general.Noticias Relacionadas estandar No Cómo alejarse del estrés para regresar a la calma y mejorar la concentración Belén Colomina estandar No Esto es lo que ocurre en el cuerpo cuando nos saltamos una comida Melissa GonzálezElla predica con el ejemploSi al comienzo de este artículo comentábamos que Elena Garrido sufre siete enfermedades crónicas tal vez sea el momento de conocer su estado actual y cómo ha influido en su evolución los cambios en hábitos que ha ido aplicando a lo largo de los últimos años. «Tengo analíticas perfectas, no tengo déficit de nada y no tengo síntomas. Estoy en total remisión de todo, con pruebas clínicas en rango y sin medicación. Es cierto que cuando se tiene una enfermedad autoinmune es importante conocer cómo funcionan las vías de inflamación , cómo funciona el sistema inmunitario y de qué manera está unido al sistema nervioso, al endocrino y al resto del cuerpo. Pero la clave es que si se tienen todos los micronutrientes equilibrados y buenos niveles de todo lo necesario para que el sistema inmunitario funcione correctamente, estarás preparado para cualquier eventualidad«, asegura. Y eso es precisamente, según añade, lo que propone la nutrición funcional : garantizar una base de salud para que el cuerpo pueda afrontar cualquier imprevisto y reacciones de la mejor manera posible. La alimentación antiinflamatoria, base imprescindibleAl igual que defiende su colega y amiga, Sandra Moñino, nutricionista experta en alimentación antiinflamatoria y fundadora de @nutricionat_ Elena Garrido asegura que este tipo de alimentación es la base que puede permitir ayudar a cualquier persona con una patología que requiera una modulación del sistema inmunitario. «Es beneficiosa para cualquier persona y en el caso de que haya retos inmunitarios complicados la clave será personalizarla al máximo», aclara. Por eso desde la nutrición funcional que practica Elena Garrido se trabaja para que el cuerpo logre asimilar todos los micronutrientes necesarios para realizar correctamente sus funciones. Y eso, según añade la experta, sin perder la vista la parte inmunitaria y el ámbito relacionado con la salud mental. De hecho en su equipo también cuenta con profesionales tanto del ámbito de la psicología como de la actividad física.

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