Las más de dos horas y media que ha durado la comparecencia de la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, en la comisión de investigación del Senado por el caso Koldo amenazaban con terminar sin ninguna novedad. El PP agita las contradicciones de la expresidenta de Baleares y ella insiste en que no supo nada del contrato de mascarillas con la empresa Soluciones de Gestión, la implicada en la trama, hasta que trascendió todo en los medios de comunicación. Ha sido al final, cuando coleaba ya la sesión, cuando Armengol ha provocado una gran polémica al pedir indirectamente el voto al PSOE en las elecciones europeas de este domingo, 9 de junio.Discutían ella y el popular Fernando Martínez-Maíllo sobre si los 3,7 millones de euros que pagó a Soluciones de Gestión el Gobierno de Baleares en 2020, cuando estaba presidido por Armengol, se desembolsaron por mascarillas ‘fake’, como sostiene el senador del PP, o por unas de menor calidad a las contratadas, pero igualmente útiles, como reitera Armengol. Tras acusar la presidenta del Congreso al PP y a Vox de activar «la máquina del fango» y de reproducir «bulos», expresiones que parafrasea del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y cuando ya agonizaba la sesión, la compareciente ha afirmado: «Mi mayor deseo es que el domingo participe muchísima gente en las elecciones y que deje claro que esta no es la forma de hacer política».Armengol había pasado ya por las comisiones de investigación sobre la compra de mascarillas del Congreso y del Parlamento de Baleares. Este último, precisamente, cerrará este viernes sus conclusiones. Pero ha sido en el Senado donde se ha vivido la mayor tensión en una comparecencia de la presidenta de la Cámara Baja. Durante la misma, han abundado las interrupciones y los reproches. Y ya al final su «alegato electoral», como lo ha definido después el senador del PP Luis Santamaría, ha provocado un crudo rifirrafe entre Armengol y el presidente de la comisión, el popular Eloy Suárez.«Señora Armengol, me parece absolutamente impresentable lo que ha hecho, parece mentira que usted siendo presidenta de una institución haya hecho lo que acaba de hacer. Créanme, señorías, que tomamos nota y ya veremos si tiene alguna consecuencia. Me parece impresentable», ha afirmado Suárez, antes de dar por zanjada la sesión. Fuentes presentes en la comisión garantizan que el choque ha seguido después, cuando este ha ido a despedirse de la presidenta del Congreso y le ha echado en cara su comentario. Ella, en respuesta, le ha dicho que lo que no es de recibo es que un presidente de comisión llame «impresentable» a la tercera autoridad del Estado.Fuentes del entorno de Armengol reconocen que el enfado de la presidenta era mayúsculo al final de la sesión, no por cómo se ha desenvuelto –consideran que su presencia este viernes en el Senado se debe a que es el último día de campaña de las elecciones europeas–, sino por el «insulto» a la institución que representa del presidente de la comisión. Desde el PP aclaran que en ningún momento Suárez ha llamado «impresentable» a la presidenta, sino que se refería a su sesgada llamada a la participación este 9-J. En cualquier caso, sobre esas posibles consecuencias anunciadas por el presidente de la comisión, Martínez-Maíllo ha dicho que será la Mesa del órgano, y no el Grupo Parlamentario Popular, quien decida qué hacer.Al margen de esta controversia, Armengol ha llegado a la Cámara Alta sonriente, con el guion aprendido, y como una veterana ya en comisiones de investigación, como compareciente, al completar este particular ‘hat-trick’. Ya en sus respuestas a María del Mar Caballero (Unión del Pueblo Navarro) y a Ángel Pelayo Gordillo (Vox) ha acusado a la oposición de tener objetivos espurios y ha deslizado que no es casualidad que haya sido llamada a comparecer este viernes, a dos días del 9-J, y que precisamente saque hoy sus conclusiones el Parlamento balear, donde PP y Vox tienen mayoría, a pesar de que por esa comisión, ha subrayado, no ha pasado Koldo García, el exasesor del exministro José Luis Ábalos, que da nombre a la presunta trama de mordidas por la venta de mascarillas durante la pandemia del Covid-19 a administraciones públicas.[EN AMPLIACIÓN]

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