Háganse la feria, merece la pena

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Háganse la feria, merece la pena

El parque del Retiro vuelve a llenarse estos días por la Feria del Libro . El paseo de Carruajes, desde Alcalá hasta Niño Jesús, es un ir y venir de curiosos, lectores y escritores, que se pasean de punta a punta las casetas de esta 83 edición. Como en todas las ferias, por el parque uno se puede encontrar de todo. Desde autores noveles que van repartiendo tarjetas de su libro autoeditado, hasta consagrados juntaletras que generan colas e ilusiones por conseguir una de sus firmas.Entre medias, un buen número de editores, distribuidores, agentes de zona, agentes literarios y varios personajes del mundo de la televisión, que se han hecho autores con la ayuda de un negro y la poca vergüenza de alguna editorial grande. Es una práctica que se mueve entre el intrusismo y el oportunismo, pues los editores se defienden alegando que, con un superventas de esos, que lo mismo presentan un programa del cuore que un método para perder peso con el ayuno intermitente, pueden financiar carreras literarias emergentes y de las que merecen la pena. O quizá sea la excusa para no reconocer lo absurdo de muchos de los títulos que editan , mientras la gente se va volviendo un poco más boba por cada página que no leen. Ya lo decía Manuel Azaña, «en España, la mejor forma de guardar un secreto es escribir un libro». Por otro lado, si la industria editorial se mantiene a flote gracias a poetas que no saben rimar, por muy guapitos que sean, adalides de las redes sociales que se pasan el día subiendo imágenes de su vida, o actores y directores de cine que se emocionan cuando el presidente escribe epístolas (pero se usa también de un negro para las memorias) pues qué le vamos a hacer, bienvenidos sean. Noticia Relacionada Feria del Libro estandar No Diez libros de cocina para estar a la última si eres un gourmetRecuerdo las mañanas de mi infancia pululando por la Feria del libro. Acompañaba a mi padre y me colaba en las casetas de Paco Umbral, de Cela, de Juan Marsé, de Antonio Gala, Manolo Vázquez Montalbán, Jaime Campany, Ana María Matute o Antonio Mingote. Algunos me hacían pasar por su propio hijo, y generalmente terminaba la jornada con cierta confusión porque algún buscafirmas se topaba conmigo en dos o tres casetas, y pensaban que me rifaban los autores, como le dijo Mingote a un par de señoras: «Sería un privilegio que ustedes compraran mi libro. Tengo que dar de comer a tres como éste y comprenderá lo incómodo de tener que traerlo hasta la feria porque el pobre es huérfano de padre, madre y todo». ‘Cuentos telúricos’Y cuando mi padre firmó la friolera de mil cuatrocientos libros y al toque se redujo su estampa a unas iniciales porque había perdido la firma de tanto repetirla. Todo sabía a papel y a tinta, y aunque ahora todo esté casi igual, todo es distinto porque no están casi ninguno de ellos. Ahora trato de que los míos vengan, aunque su padre no alcance los cien compradores. También hay muchos escritores que merecen la pena. Así que tiene sentido seguir pasando por sus casetas aunque este año no haya llegado a feria con ‘Borroka’, que va para octubre. Rodrigo Cortés, el último de los Cavia, sabe lo que duele la muñeca y va con un exlibris para que no le pesen las manos de todo lo que firma. ‘Cuentos telúricos’ es su nueva criatura, y le encontrarán con su sello y su tinta los fines de semana. O a Jacobo Bergareche, que tiene esa forma sintética de decirte las cosas que hay entre medias de todo, que es donde pasa la vida. Cocina como escribe, y también tiene un punto entre Hemingway y un sicario del clan Klinahan de esa Irlanda del hampa. También estará Milena Busquets con esos diarios que bailan entre la clase y el desenfado, la naturalidad bruta de la falta de complejos que se sabe distinta porque tú también sabes que se lo puede permitir. O Lucía Alba Martínez, que sí que parece un verdadero ‘Animalito’ de la prosa que emerge. Seguro que también habrá coñazos. madrid_dia_0703Pero si están por Madrid estos días de caseta y libro, vayan al parque del Retiro, háganse la feria. Que merece la pena.

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