Los españoles están llamados hoy a las urnas como integrantes de una de las veintisiete circunscripciones de las elecciones europeas . Unos comicios que se celebran con una incertidumbre fundamental sobre el resultado global, la de hasta dónde llega el auge de la derecha radical, que desde hace una década muestra una enorme pujanza e incluso gobierna ya importantes países de la Unión Europea (UE) . El ejemplo más destacado es el de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni , quien ha querido, en una operación política bastante ‘sui géneris’, encabezar ella misma la candidatura de su partido Fratelli d’Italia, planteando los comicios para los italianos como todo un plebiscito. Si ella y otros de sus correligionarios comunitarios, como los franceses de Marine Le Pen, los húngaros del primer ministro Viktor Orbán, los portugueses de Chega y, claro, Vox, logran o no romper la tradicional hegemonía de conservadores y socialdemócratas en Bruselas es uno de los titulares que deparará la noche. En España, Pedro Sánchez ha enfocado la campaña del PSOE, cuya candidata ha sido la vicepresidenta tercera Teresa Ribera, agitando el miedo a la «ultraderecha» y señalando al PP por no establecer un veto sobre las formaciones a su derecha. En la recta final de campaña lo ha hecho, incluso, dando carta de naturaleza al candidato populista antisistema Alvise Pérez, al que los sondeos vienen otorgando representación (dos europarlamentarios el CIS, uno el sondeo de GAD3 para ABC). Le ha citado sin excepción en sus tres últimos mítines, el miércoles en Benalmádena (Málaga), el jueves en Hospitalet (Barcelona) y el viernes en Fuenlabrada (Madrid). Utilizando la analogía de las matrioskas, ha dicho que de la del PP sale Vox y de la de los de Santiago Abascal la del «inframundo de Alvise». Un mensaje que no ha fiado a la improvisación. Noticia Relacionada evidentemente, sí opinion Si Cosificar a «free Bego» y tirar la basura Juan Fernández-Miranda Sánchez ha mutado en un líder radical, populista y victimista que busca camuflar su desgaste por el centro zampándose a SumarLos cálculos que maneja Ferraz son que si Vox supera hoy el 10% del voto y Alvise el 5% la candidata del PP, Dolors Monserrat, se vería superada al final del recuento por Ribera. Ese escenario, el peor para Génova y el mejor para Ferraz, tendría unas consecuencias imprevisibles en el escenario político nacional. Sánchez habría ganado su particular plebiscito después de una campaña bronca, en la que ayer el PSOE ni siquiera respetó la jornada de reflexión publicando un tuit contra el PP, acusándole de bloquear el CGPJ. Una campaña en la que fue citada a declarar su mujer, Begoña Gómez, y él contestó con una nueva carta a la ciudadanía que dio el pistoletazo de salida a una ofensiva contra el juez Juan Carlos Peinado, al que se acusó incluso de interferir en las elecciones. Luego llegó la aparición de su esposa en un mitin, el de Benalmádena el miércoles, convertido en un acto de exaltación de Gómez. Para Alberto Núñez Feijóo se abriría un abismo, dos años después de su llegada a Madrid, y tras una campaña donde se aprobó en el Congreso la amnistía, la principal medida contra la que ha hecho oposición.La distancia de hasta diez puntos porcentuales que las encuestas otorgaban al PP con respecto al PSOE se ha ido reduciendo, hasta incluso especularse con una suerte de empate técnico entre los dos grandes partidos. En Génova se respira tranquilidad y se confía en la victoria. En unas europeas nunca han ganado por un gran margen. Ni siquiera cuando el PP sacó mayorías absolutas en las generales se impuso en estos comicios por más de cuatro puntos, como ocurrió en 1999 o en 2014. En cualquier caso, y como ocurrió el 23J del año pasado, PP y PSOE recuperarán su papel preponderante con el 60% de los votos en conjunto, unas magnitudes que no se recordaban desde la irrupción de la llamada ‘nueva política’, justo en las europeas de hace una década, donde nació el fenómeno Podemos y Ciudadanos (CS) irrumpió por primera vez a nivel nacional. Este domingo CS quedará sin representación y dará un nuevo paso hacia su extinción, pese a la meritoria campaña de uno de sus históricos, Jordi Cañas. Podemos, por su parte, y con la exministra Irene Montero como candidata, aspira a amarrar una exigua representación (dos eurodiputados le vaticinan los sondeos) que le permita mantener su pugna fratricida con Sumar, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que en el mejor de los casos no obtendrá un resultado mucho mejor (3 ó 4 representantes) que el de los morados, y eso si no hay sorpresa y quedan por debajo, cosa que tampoco se descarta. La crisis del espacio a la izquierda del PSOE no es ajena, desde luego, a la estrategia de Sánchez por fagocitar ese voto, potenciando el perfil más izquierdista de su partido y su Gobierno. En la recta final de campaña el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares , decidió sumar a España a la denuncia contra Israel por genocidio en la Corte Penal Internacional –un paso más allá del reconocimiento de Palestina que también se hizo en campaña– y todo lo relativo al caso de Begoña Gómez ha llevado a los socialistas a activar un discurso antiestablishment (coqueteo con el ‘lawfare’ incluido) que suele estar presente en sus competidores por la izquierda. «Somos la única papeleta que puede frenar a la ultraderecha», proclamó Sánchez en su último discurso en Fuenlabrada, desechando así a Sumar como opción viable para un elector de izquierdas, como sí hizo en la campaña de las generales del año pasado, donde incluso en un debate a tres con Abascal se pudo ver cierta estrategia compartida con Díaz. Vox, contra el PP Las disputas en el otro bloque, el del centro-derecha, no han sido menores. Vox, con Jorge Buxadé como candidato, ha enfatizado como pocas veces antes sus diferencias con el PP, que son muy acentuadas, y mucho más en el ámbito europeo. La narrativa de los de Abascal ha tratado de situar a los populares como una mera comparsa de los socialdemócratas continentales, y por ende, del PSOE, en todo lo que tiene que ver con cuestiones tan cruciales como el futuro del campo o los problemas migratorios. Un trazo grueso que la popular Dolors Monserrat ha tratado de combatir en los debates donde ha coincidido con Buxadé, mientras Feijóo ha planteado propuestas como la de exigir a la UE agilizar la expulsión de inmigrantes con penas de cárcel.El líder del PP ha exhibido una alta sintonía con la presidenta de la Comisión Europea y candidata a la reelección, Ursula Von der Leyen, y junto a ella ha advertido de los peligros de la ley de Amnistía para el Estado de derecho, que la UE siempre vigila con celo. Los españoles elegirán hoy 61 eurodiputados. Siete más que en 2019, cuando el Reino Unido aún no había formalizado el Brexit. El PP mejorará notablemente sus 12 asientos actuales, con hasta 24, y el PSOE aspira a mantener sus 20. Vox podría pasar de 3 a 6 y los nacionalistas, como es habitual, estarán en la nueva Eurocámara. GAD3 otorga a la candidatura de Ahora Repúblicas, integrada por ERC y Bildu, 3 eurodiputados, y uno respectivamente a Junts y al PNV, que se presenta bajo la marca Coalición por una Europa Solidaria (CEUS). A las 9 de la mañana se abren las urnas, que se cerrarán a las 20:00 horas. La suerte está echada.
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