El último proyecto político de Yolanda Díaz empezó a morir ayer sin haber nacido del todo. La palabra que todo el mundo en el entorno de Sumar pensó al conocer la decisión de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo de abandonar sus cargos orgánicos fue «disolución», pero nadie se atrevió a pronunciarla públicamente. La realidad es que el conglomerado que Díaz ha liderado en los últimos catorce meses nunca llegó a cuajar en partido político y, desde ayer, es un auténtico polvorín formado por partidos políticos con intereses cruzados: Los Comunes, Más Madrid, Compromís e Izquierda Unida, a lo que hay que añadir el descontento de Comisiones Obreras con el ‘modus operandi’ de la vicepresidenta. Para el PSOE, Sumar ha pasado de ser un socio de coalición a convertirse en un problema para su estabilidad. «Es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante», dijo ayer en una comparecencia telemática y sin preguntas, a la que llegaba tras ser una de las grandes ausentes de la noche electoral previa.La última buena noticia para Sumar fue la formación del nuevo Gobierno de coalición, el 21 de noviembre de 2023. A partir de ahí todo ha ido de mal en peor: la ruptura con Podemos, que se fue al Grupo Mixto el 5 de diciembre y que el 10 de enero tumbó el decretazo de la vicepresidenta Yolanda Díaz. «Había que herir a Podemos, no matarlos», lamentan desde dentro del movimiento de Díaz situando en esa decisión el origen de la actual situación.Fue entonces cuando Sumar se empezó a convertir en un polvorín. En esos meses, la vicepresidenta no ha controlado ninguno de los partidos principales de su organización y el maratón electoral autonómico (gallegas, vascas, catalanas) no le ha salido bien ni a ella ni a Sumar. En medio, la decisión de los Comunes de tumbar los presupuestos catalanes que el 13 de marzo propició que Pere Aragonès adelantara las elecciones catalanas, y el consiguiente aumento del enfado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con su vicepresidenta: ¿es que Yolanda Díaz no controla su propio movimiento? La respuesta siempre ha sido no, pero fue ayer cuando todo estalló por los aires.Noticias Relacionadas estandar No Yolanda Díaz arrastra a Compromís en su caída libre Alberto Caparrós estandar No Una candidata de Sumar justifica las manifestaciones en Galapagar contra Iglesias y Montero: «Pues no te lo compres» P. A.Cuatro fiascos electoralesEl origen de esta situación se sitúa antes de las elecciones gallegas, del 6 de febrero. La bronca se inició antes del batacazo (cero escaños) porque en ese conglomerado llamado Sumar hay dos almas en contraposición «de una manera brutal». Lo resume así alguien de dentro: está el alma ético-ecologista y el de Comisiones Obreras, que es la izquierda clásica. En Galicia, su tierra natal, Yolanda Díaz apostó fuerte para colocar a su candidata, Marta Lois. No ayudó que recurriera al dedazo para nombrarla siendo muy poco conocida y teniendo en contra el criterio de CC.OO., que tenía ya en mente a un dirigente sindical de La Coruña. La gente del sindicato se la envainó por orden del secretario general, Unai Sordo, que ordenó silencio al respecto. Después llegaron las elecciones vascas del 21 de abril , donde el escenario fue bien distinto y permitió observar otro de los problemas que amenazaban a Sumar. En el País Vasco la gente de Unai Sordo está muy dividida porque se estaba produciendo un movimiento hacia el PSOE. De hecho, el resultado en votos fue que el PSE subió dos escaños hasta 12, mientras que Sumar consigue solo uno, cinco menos que Podemos en 2020. «La gente histórica a la izquierda del PSOE se está yendo al PSOE: ven una formación política que pone el peso fundamental en la ética y la ecología, y eso no es de izquierdas. Los verdes son los verdes, y no son de izquierdas», revela a ABC otro dirigente histórico a medio pie entre el sindicato y la política. Y llegó la tercera elección autonómica en dos meses, Cataluña, con el agravante de que el desencadenante fue la negativa de los Comunes a aprobar los presupuestos de esta comunidad. Allí, en este duelo entre las dos facciones se impuso el sindicato, lo que propició un nuevo problema para Yolanda Díaz: Ernest Urtasun , su portavoz y ministro de Cultura. El resultado fue, de nuevo, malo para Sumar: de ocho escaños hace tres años a seis. No obstante, la aritmética les dio la posibilidad de participar en las negociaciones.Y así llegaron las europeas: con Yolanda Díaz desaparecida y Podemos cada vez más presente. En los últimos meses, Irene Montero y Ione Belarra han ido poco a poco ganando protagonismo en los medios a base de radicalizar su discurso y ocupar los espacios que Sumar ha ido dejando mientras el PSOE iba poco a poco absorbiendo sus tesis.¿Sucesor o sucesora?Con el paso atrás de Yolanda Díaz la pregunta es una:¿quién toma el mando en Sumar? Las respuestas son tantas como partidos en liza, lo cual plantea un escenario diabólico con cuatro problemas. El primero es que en los Comunes hay una bronca importante con malas relaciones personales entre Jessica Albiach, bien relacionada con Urtasun, y Ada Colau, bien relacionada con Díaz. Y en cualquier caso, en Izquierda Unida no quieren saber nada de que el ministro de Cultura coja el mando. Es más, y este es el segundo problema, en Izquierda Unida están presionando para que la candidata de las europeas, Estrella Galán, asuma el mal resultado de las europeas. ¿Por dignidad? No, porque en IU quieren que corra la lista y uno de los suyos sea elegido eurodiputado. Se trata de Manu Pineda, el numero cuatro, la prueba. El tercer obstáculo tiene que ver con el grupo parlamentario en el Congreso. Una vez que Yolanda Díaz ha renunciado a su cargo como coordinadora, «el grupo estalla en pedazos, esto va a ser un sálvase quien pueda», aseguran desde dentro. Por último, el papel que ha jugado Comisiones Obreras. Como informó ABC, en el sindicato saltaron las alarmas el día que organizaron el acto de apoyo del mundo de la cultura a Pedro Sánchez cuando el presidente decidió pasar cinco días reflexionando sobre su futuro. Aquella mañana en la organización que dirige Unai Sordo percibieron que ese evento, inicialmente previsto para apoyar a Sánchez, había mutado en un sarao de exaltación el Partido Socialista . Los resultados electorales han ido confirmando esta tesis y vaticinan tiempos difíciles para ese espacio político.De momento, Yolanda Díaz ha decidido dar un paso al lado en Sumar, pero sigue con la cartera de ministra y vicepresidenta. También siguen Ernest Urtasun; Mónica García en Sanidad; Pablo Bustinduy, en Derechos Sociales y Agenda 2030; y Sira Rego, Infancia y Juventud. Su futuro ahora mismo es una incógnita, porque con la implosión de Sumar el presidente del Gobierno tiene la sartén por el mango. «Si el PSOE convoca elecciones anticipadas se va a llevar todos nuestros votos», afirman temerosos de que sea así, aunque nada hace indicar en este momento que tal hipótesis esté en los planes del jefe del Ejecutivo. De momento .
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