El campo de minas abierto por Emmanuel Macron, convocando elecciones anticipadas, el 30 de junio y el 7 de julio próximos, tras los resultados de las elecciones europeas del 9 de junio , ha precipitado la crisis más grave de la historia de la derecha tradicional , la que fundó la V República y fue mayoritaria en Francia durante más de treinta años.La derecha tradicional, hoy, está representada por Los Republicanos (LR), el partido heredero del general Charles de Gaulle, patriarca fundador del régimen, entre 1958 y 1962; el partido de Jacques Chirac, líder conservador durante dos décadas largas; el partido de Nicolas Sarkozy, el último presidente de la derecha francesa.Éric Ciotti, actual presidente de LR, anunció el martes que desea un pacto o alianza electoral con Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), la formación que lidera Marine Le Pen. Y la noticia cayó como una bomba , precipitando enfrentamientos sin precedentes.Jean-Marine Le Pen, fundador del Frente Nacional (FN), que su hija, Marine Le Pen, transformó en Agrupación Nacional, fue un enemigo absoluto y radical del general Charles de Gaulle, de Chirac y de Nicolas Sarkozy. Le Pen fue simpatizante y colaborador muy activo de partidos neonazis. Y De Gaulle encarnó la resistencia nacional contra el nazismo, tradición respetada por todos sus herederos, durante más de medio siglo, hasta hoy.Noticia Relacionada estandar Si Francia ve a Le Pen vencedora en los comicios adelantados por Macron Juan Pedro Quiñonero Tras la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, el país se asoma a dos escenarios antagónicosEn su día, Chirac declaró, refiriéndose a la familia Le Pen: «No puedo aceptar la banalización de la intolerancia y del odio». Nicolas Sarkozy, por su parte, dijo en repetidas ocasiones: «No votaré jamás por Marine Le Pen». Y en esta línea, Gérald Darmanin, ex portavoz oficial de Sarkozy y actual ministro del Interior de Emmanuel Macron, ha reaccionado de este modo a la previsible alianza de LR y AN: «Éric Ciotti se hunde en el deshonor a la familia gaullista, que fundó nuestra República. Charles de Gaulle y Jacques Chirac lo repitieron en muchas ocasiones: debemos construir un futuro común rechazando los extremos de izquierda y derecha».DivisionesLa decisión de Ciotti divide profundamente a su propio partido, sus diputados y senadores.Gérard Larcher, presidente del Senado; Valérie Pecresse, presidenta de la región Isla de Francia; Laurent Wauquiez, presidente de la región Ródano-Alpes-Costa Azul; Michel Barnier, ex ministro y ex miembro de la Comisión europea; o François Baroin, ex primer ministro, entre otra decena de personalidades históricas del conservadurismo francés , han publicado una tribuna colectiva en el matutino conservador ‘Le Figaro’ que puede resumirse con estas sentencias: «La posición de Ciotti es un callejón sin salida. Ciotti no es digno de presidir el partido de la derecha francesa. Debe dimitir inmediatamente».Diciendo contar con «apoyos» dentro del partido y su muy modesto grupo parlamentario, Ciotti justifica se decisión personal por estas razones: «Francia está amenazada por el inmovilismo de Emmanuel Macron y el crecimiento de las izquierdas. Ante esas amenazas, Francia necesita otra política. Podemos formar una nueva mayoría parlamentaria con el partido de Marine Le Pen. Se trata de un combate difícil, pero indispensable».No sin cierta ironía, Marine Le Pen agradeció la «decisión valiente» de Ciotti , afirmando que «asume su deber con mucha responsabilidad». La presidenta de Agrupación Nacional, estima que Ciotti podría ser ministro cuando su protegido y gran triunfador de las elecciones europeas, Jordan Bardella, consiga el cargo de jefe de Gobierno en un hipotético Ejecutivo de cohabitación ‘podrida’ con Emmanuel Macron.Antes de ser una realidad definitiva, el pacto entre LR y AN, deseado por Ciotti, debe conseguir que todas las instancias de su partido ratifiquen el acuerdo. No está claro cuándo ni cómo pudiera conseguirlo, confirmando la crisis más grave de la historia de la derecha francesa en la V República.Marine Le Pen agradeció la «decisión valiente» de Ciotti, afirmando que «asume su deber con mucha responsabilidad»Hay otras víctimas caídas en el campo de minas abierto por Macron. La extrema derecha de Le Pen y la ultra derecha de su sobrina Marion Marechal Le Pen, no han conseguido negociar un acuerdo electoral. Las izquierdas –extrema, socialista, comunista y ecologista– dicen estar unidas en un «frente popular», pero saltan a la vista las diferencias entre europeístas (socialistas) y euroescépticos o anti UE (extrema izquierda).Triunfo excepcionalLos sondeos siguen anunciando un triunfo excepcional de Le Pen : su partido tiene un 35 % de intención de voto, según el sondeo de ‘Le Figaro’, cuando los macronistas tienen 16%, el PS 13%, la extrema izquierda 11%, la derecha tradicional 8%, los ecologistas 6%, la ultra derecha 3,5 % y el PCF un 2%.Saliendo al paso de esas previsiones, catastróficas para su partido y aliados, Emmanuel Macron declara, sin pestañear, al semanario ‘Le Figaro Magazine’: «La campaña que comienza demostrará que el partido de Le Pen no está preparado para gobernar. Estaré muy presente en la campaña. Vamos a ganar».Ante tal optimismo, el jefe del Estado se instala voluntariamente al borde de un precipicio: si gana su temeraria apuesta, su mandato presidencial estará a salvo y podrá seguir en el Elíseo, en una Francia muy difícil de gobernar; si los sondeos se confirmasen, y Le Pen tuviese una mayoría absoluta, Macron tendría que dimitir o aceptar una cohabitación envenenada para Francia y para Europa.
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