La política va a tal velocidad que, en solo 72 horas, el independentismo catalán ha pasado de recibir un varapalo histórico en las elecciones europeas a conseguir un trofeo inesperado como el de la Mesa del Parlamento autonómico y, sobre todo, proyectar la posibilidad real de que Carles Puigdemont sea investido presidente de la Generalitat. Euforia en el partido del fugado de la Justicia española desde 2017. Felicidad contenida en ERC. Y nervios y preocupación disimuladas en la sede del PSC, que el lunes cosechó un gran fracaso al perder la presidencia y la mayoría de la Mesa parlamentarias.Con este viento de cola que da el control de la presidencia de la Cámara legislativa, en manos de Josep Rull, que determina los tiempos de la investidura, desde Junts ya plantean su próximo objetivo: derrotar a Illa. Un propósito que lleva implícito que Puigdemont vuelva al despacho de la plaza San Jaime y sustituya a Pere Aragonès. La estrategia arrancó ayer, en público, al cambiar el paso de los socialistas y abrir la puerta a que sea Illa el primero que se presente a una investidura, para el 25 o el 26 de junio. En 14 días. Tiempo insuficiente, en principio, para que ERC dé su «sí» al exministro.Noticia Relacionada estandar Si Feijóo pone en alerta a sus barones para que «mantengan la maquinaria engrasada» ante un posible adelanto electoral Emilio V. Escudero Tras las europeas, algunos dirigentes socialistas habrían transmitido ya la idea de que Sánchez «le dará una pensada»La negociación por la investidura entre Junts y ERC y entre el PSC y ERC no ha hecho más que empezar y será a contra reloj. Partidas de ajedrez simultáneas para los de Marta Rovira. Por su parte, los de Puigdemont necesitan tiempo para ver cómo se desarrolla la aplicación de la ley de Amnistía en el caso del líder de Junts. Además, su intención es que primero lo intenta Illa, y fracase, porque cuentan que los de ERC no le darán su apoyo. Será entonces cuando entre en juego el expresidente autonómico. La fecha límite, para evitar la repetición electoral en otoño, sería el 25 de agosto. Puigdemont quiere hacer valer su buena relación con Rovira, en Suiza desde 2017, que tiene hilo directo y buen ‘feeling’ político con Jordi Turull. Ambos desencallaron los últimos flecos de la ley de Amnistía, cuando la negociaban con el PSOE y los representantes socialistas trataban de engañarlos haciendo ver que Turull, por un lado, y Rovira, por otro, se negaban a llegar a acuerdos cruzados.Ahora, el estado de la cuestión lo resumió así Turull, secretario general de Junts, en TV3: «Si nosotros tenemos 59 o 55 votos –sin la CUP– y el señor Illa 42 o 48 con los comunes, ha de decidir si bloquea, o no, porque es tan bloqueador él como nosotros». Es decir, la llave la tiene ERC y así lo reconocen en Junts y el PSC. Los de Rovira no dan pistas y se limitan a defender que el reparto de los miembros de la Mesa «no predetermina» su votación en una investidura, sea esta de Illa o de Puigdemont.Illa: «No me abstendré»Por lo tanto, el primer paso lo tiene que dar Josep Rull, flamante presidente del Parlament, con una ronda de contactos con los líderes de los partidos políticos. Y esta no arrancará hasta la semana que viene. «De mayor a menor partido con representación», dijo Rull, en varias entrevistas radiofónicas, ayer. Primero, el PSC; después, Junts. Y seguidamente, ERC. El resto solo juega un papel de oyente. «He de escuchar a todo el mundo», apuntó Rull, y recomendó «prudencia y humildad» a Illa, que este martes insistió en que solo él puede ser presidente de la Generalitat. «Recomiendo estas virtudes porque ayer [por el martes] se constituyó una Mesa del Parlament que se aleja de estos parámetros tan rotundos que defiende Illa», añadió.Noticia Relacionada Sesión constitutiva estandar Si Rull, elegido presidente de un Parlament instalado de nuevo en la desobediencia con los votos de Junts, ERC y la CUP Daniel TerceroLa táctica para quemar políticamente a Illa es sencilla, sea pensando en una repetición electoral o en una legislatura corta. Aunque no sea fácil: ronda de contactos de Rull, dar paso a Illa (apoyo de 42 diputados en una investidura), ERC no apoya al socialista, nueva ronda de contactos de Rull, turno para Puigdemont (35 votos) y respaldo de los de Rovira (55 votos). Si este plan se cumple, la idea de los de Junts es que los socialistas se abstengan. Así vienen defendiéndolo desde el 12 de mayo, la noche electoral.Ayer, sin embargo, en una entrevista para TVE, Illa reiteró –en catalán, español, inglés y francés– lo que dice sobre este asunto desde la cita con las urnas de mayo: «Puigdemont no tiene los votos para ser presidente de la Generalitat, no me abstendré (en su investidura). ¿Conviene perder el tiempo? No saldrá, pero si el presidente del Parlament le deja (presentarse)…».Pero nadie sabe cómo reaccionaría Pedro Sánchez en caso de una investidura a dos o tres días para evitar una repetición electoral en Cataluña, cuyo adelanto a mayo ya ha retrasado la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. En Junts insisten en que si Puigdemont tiene más apoyos que Illa, el caso guarda similitudes con el del líder del PSOE, que perdió las elecciones del 23 de julio, ante Alberto Núñez Feijóo (PP), pero acabó consiguiendo La Moncloa. «No queremos hacer un Feijóo, queremos que Puigdemont sea presidente y con un Govern independentista», dijo Turull.En esta línea, el número dos de Junts recordó la fuerza del secesionismo en el Congreso y la dependencia que tiene el PSOE de ellos para seguir gobernando: «Los 14 votos de Junts y ERC en Madrid podemos condicionar muchísimas cosas y hay mesas de negociación por el medio». Por lo tanto, envió un mensaje al primer secretario del PSC: «El señor Illa tiene la credibilidad que tiene en muchos temas, en muchas cosas que ha dicho que ni hablar luego han sido. Él tampoco los tiene [los apoyos para una investidura]. Ayer [por el lunes] demostramos que los independentistas somos capaces de ponernos de acuerdo más que otros que se quedaron solos».«Que vaya mañana…»Los plazos son los que son y si el 25 o el 26 de este mes no hay un presidente de la Generalitat, o la constatación de que no hay un candidato, empezará a correr el reloj de la repetición electoral. Fecha límite: dos meses. ‘A priori’, ERC es el partido que vería con más preocupación volver a las urnas. Sin candidato y con una dirección en funciones bajo el mando de Rovira. Pero Junts podría ser partidario de lanzar la moneda al aire. El Parlament del 12 de mayo es de mayoría de izquierdas (PSC, ERC y los comunes suman 68 diputados, mayoría absoluta) y de mayoría constitucionalista (PSC, PP y Vox suman 68 diputados), opciones que no dan margen de maniobra a un Puigdemont que si sale derrotado ante Illa dejaría la primera línea política.Tras la derrota política socialista del lunes, solo unas horas después de que el PSC arrasase en las urnas el domingo, empieza la verdadera negociación. «Trabajaré por una mayoría progresista con ERC y los comunes. Este es el camino. Las otras opciones no las veo. Centro todos mis esfuerzos en la investidura del presidente de la Generalitat. Nuestra prioridad es la presidencia de la Generalitat», defendió en televisión un Illa más nervioso de lo habitual y con evidencias de que la derrota de la Mesa ha hecho mella.Desde Junts lanzan el órdago: «Preferimos ir a una investidura cuando veamos que podemos ganarla, otros dicen que lo tienen muy claro. Illa dice que lo tiene muy claro, que vaya a la investidura. Primero, que vaya él, y si no sale, que se olvide. Como dice que tiene tantos apoyos, que vaya él primero y veamos que hace. Que vaya mañana». El arte de la negociación.
Leave a Reply