Los críticos con Yolanda Díaz exigen «cambios reales» y las cabezas de Errejón y Galán

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Los críticos con Yolanda Díaz exigen «cambios reales» y las cabezas de Errejón y Galán

Yolanda Díaz llegó ayer a primera hora de la mañana escoltada por los cuatro ministros de Sumar, una puesta en escena que buscaba mostrar una unidad que no existe en torno a su figura. «Lo que me faltaba a mí a esta hora de la mañana», murmuró tras esquivar a los periodistas a la entrada del hemiciclo justo antes de la sesión de control al Gobierno de los miércoles. Su intervención telemática y sin preguntas del pasado lunes para anunciar la decisión de dar un paso a un lado en Sumar ha caído como una bomba de racimo en el espacio político que ella misma ha tratado, con escaso éxito, de aglutinar. Las derivadas son múltiples y los problemas, diversos. El más urgente, aunque tal vez no el más importante, tiene que ver con el grupo parlamentario. ¿Por qué? Si la vicepresidenta del Gobierno pierde el control de su equipo en el Congreso –ya de por sí mermado tras la pronta salida de Podemos– y sus 27 diputados empiezan a ir por libre, el problema ya no es de Yolanda Díaz: es de Pedro Sánchez y del Ejecutivo de coalición. Por eso, Díaz salió públicamente el martes a matizarse a sí misma, y lo hizo hablando de ella en tercera persona. «Yolanda Díaz sigue formando parte de la ejecutiva de Sumar. Yolanda Díaz no se va, lo que ha hecho es política de la buena». ¿Se va a o no se va de sus responsabilidades en el partido? No queda claro y eso contribuye a apuntalar una falta de liderazgo que lleva a reposicionarse a esa amalgama de partidos que se sumaron con entusiasmo a ese proyecto hace sólo catorce meses.Noticias Relacionadas estandar Si El Gobierno sopesa retirar su segunda ley en un mes para evitar su tercer revés Juan Casillas Bayo estandar No Yolanda Díaz relativiza ahora su renuncia al frente de Sumar: «No me voy, me quedo» Patricia RomeroNueva etapaEl jueves se reunirá la coordinadora del partido, de la que forma parte la vicepresidenta entre otras 80 personas, y promete ser una sesión tensa. Compromís: «No formaremos parte de ninguna reagrupación de la izquierda española». Izquierda Unida: «Sumar está superado como proyecto aglutinador». Más Madrid: «Es tiempo de dejar atrás las hipótesis que no funcionan y, con humildad y responsabilidad, comenzar una nueva etapa». Y Podemos, que ya salió en diciembre: «Decidimos abandonar Sumar en diciembre y esto no va a cambiar».Ante estas evidencias, desde el interior de Sumar, donde cunden el silencio y las evasivas, la primera reacción es que Yolanda Díaz «no puede dejar la presidencia del grupo parlamentario, porque la contestación interna que tiene es tan grande que tendría que dimitir de vicepresidenta y eso no lo quiere ni en broma». Llevar a término este movimiento supondría perder lo que más le importa políticamente: seguir en el Consejo de Ministros. No obstante, los críticos con Yolanda Díaz exigen «cambios reales», y el primero es muy concreto: la cabeza de Íñigo Errejón , portavoz del grupo tras la salida de Marta Lois a las elecciones gallegas tras el dedazo de Yolanda Díaz. «La cabeza de Errejón está bailando» aseguran.En la mañana de ayer, mientras en el Congreso de los Diputados se estaba debatiendo una moción de Vox precisamente para reprobar a la vicepresidenta por sus posiciones sobre Palestina, Yolanda Díaz celebró una reunión con sus dos portavoces: Ernest Urtasun, de Sumar; e Íñigo Errejón, del grupo parlamentario. El primero en salir fue Urtasun, que a los veinte minutos abandonó a la carrera el palacio de la Cámara Baja sin atender a los medios de comunicación. El encuentro con el portavoz parlamentario se extendió unos minutos más y, a la salida, Errejón se limitó a informar de que lo que hubiera que comentar se haría público al día siguiente tras la reunión del grupo coordinador de Sumar, que tendrá lugar hoy por la tarde en el rastro (Madrid). Presión de IULa segunda clave, también urgente e importante tiene que ver con la presión que Izquierda Unida está trasladando a la número uno de la lista en las elecciones europeas, Estrella Galán, para que asuma su responsabilidad por el mal resultado (tres escaños) y renuncie a recoger el acta. No es esta una cuestión de alta política, sino de dejar paso a Manu Pineda, el primero de IU, donde se guarda cierto rencor a Yolanda Díaz por su falta de generosidad con ellos al elaborar las listas. Algo parecido a lo que sucedió con Podemos en noviembre. Fuentes del movimiento consideran que si Yolanda Díaz consigue que dimita Galán, «se calmará a Más Madrid, ganará tiempo y además tendrá a IU calladita ».Por último, según informan desde fuentes internas Yolanda Díaz va a intentar «por todos los medios» que no haya convocatoria de elecciones generales, entre otros motivos porque Compromís va en serio en su amenaza de no permanecer en una estructura como la que actualmente tiene Sumar, al menos tal y como ahora está concebido: Este partido no va a formar parte de ningún espacio a la izquierda más allá de pactos electorales puntuales. En todo este contexto, salta a la vista que la relación entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz está lejos de ser buena. Todo empezó cuando la vicepresidenta fue incapaz de controlar a los Comunes cuando decidieron tumbar los presupuestos catalanes y así desencadenó la convocatoria electoral en Cataluña, con todos los efectos que eso tiene en la estabilidad del Gobierno de coalición en Madrid. Desde entonces, la relación es tensa y Yolanda Díaz lo quiso escenificar. Ayer, en el Congreso, la tensión era más que patente. Entretanto, en Podemos siguen frotándose las manos. Pablo Iglesias vaticinó el «fin de Sumar» y culpó al presidente del Gobierno: «Sánchez convirtió a Sumar en un socio cómodo, pero al hacerlo ha dejado a Sumar demasiado débil ».

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