Los dos años de infierno helado de Shackleton

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Los dos años de infierno helado de Shackleton

Tenacidad y perseverancia. Sus mejores cualidades le costaron la vida a Ernest Henry Shackleton , mascarón de proa de la Edad Heroica de la Exploración de la Antártida. En 1921, este aventurero de cejas pobladas y mentón cincelado orquestó una expedición, la cuarta en la que participaba, al continente helado. El viaje era una suerte de bálsamo con el que pretendía paliar el escozor de las derrotas previas; la dulce medicina que le quitaría el mal sabor de boca. Pero no vivió lo suficiente para ver cauterizadas sus heridas en el orgullo. Unos meses después, a los 47 años, un defecto congénito conocido como ‘agujero en el corazón’ logró acabar con él; lo que el frío no había conseguido.Se despidió de la vida el genio osado durante la Expedición Shackleton-Rowett, y a la vera del que fue su último navío, el ‘Quest’. El mismo que ha sido hallado hace unas horas en Terranova. Sin embargo, el buque que hizo pasar a la historia a nuestro anglo-irlandés no fue este vapor de baja potencia, sino otro coloso de los mares: el ‘Endurance’. En él partió hacia el territorio antártico en 1914, y de él se tuvo que despedir en los meses posteriores cuando quedó encallado y se fue a pique en las profundidades del mar de Weddell. La guinda a este pastel de incertidumbre fueron los dos años y medio que los 28 tripulantes resistieron por esos lares hasta regresar a casa.Infierno heladoHoy no nos adentramos en la historia del que fue su último viaje, sino en la expedición que le llevó a la fama; esa en la que Shackleton pretendía cruzar la Antártida –¡casi 3.000 kilómetros!– con el objetivo de superar a su gran adversario: Roald Amundsen . Si el noruego la había recorrido en trineo, él y sus colegas lo harían a pie. La idea del anglo-escocés, para ser más concretos, era cruzar el continente de extremo a extremo y atravesar territorio desconocido, desde el mar de Weddell hasta el Polo. Ahí es nada. Y para ello contaba con un bajel a la altura: el ‘Endurance’.Noticia Relacionada estandar Si Adrien de Gerlache: sobreviviendo en la noche polar Pedro García Cuartango Su barco quedó atrapado por el hielo durante un año en su viaje a la Antártida en 1898Este navío fue diseñado como un pequeño –y resistente– palacio flotante. Ideado en un principio para servir de buque de transporte de ricos inquilinos a través de las más gélidas temperaturas árticas, contaba con una decena de camarotes, un salón, una cocina, una sala para fumadores y hasta un cuarto oscuro en el que se podían revelar fotografías. En un intento de demostrar parte de su grandeza, fue bautizado en principio como ‘ Polaris ‘. Sin embargo, Ernest Shackleton prefirió cambiarle el nombre por el de ‘Endurance’ en honor al lema de su familia: ‘Fortitudine vincimus’; o ‘Resistir es vencer’, que diríamos en la península.El objetivo del ‘Endurance’ no era otro que acceder al continente helado por el mar de Weddell y lanzar desde allí la travesía. Su par, el ‘ Aurora ‘, debía acceder por el Mar de Ross, al otro extremo del continente, e instalar en la zona depósitos de aprovisionamiento. Para ello, cada baje contaba con una tripulación de 28 hombres. Llega el caosTras un año de preparativos, Shackleton partió de Londres con el ‘Endurance’ el 1 de agosto de 1914. Y no le detuvo ni la Primera Guerra Mundial , pues el alto mando inglés le ordenó continuar con su expedición a pesar del estallido del conflicto. Los mares le llevaron a Buenos Aires y, desde allí, hacia la historia. El 5 de diciembre de ese mismo año partió hacia la Antártida, y lo hizo a sabiendas de que sus grandes enemigos no eran los asaltantes o los caníbales, sino las placas de hielo que flotaban sobre las aguas. Al final ocurrió lo que todos esperaban: la noche del 18 de enero de 1915, en buque quedó atrapado sin remedio en aquel paraje helado sobre el mar de Weddell. De nada sirvieron los intentos por liberarlo. Encallado, el ‘Endurance’ pasó a convertirse en refugio durante el invierno. Era su único dique de contención en contra de las temperaturas de hasta 30 grados bajo cero. Así pasaron nueve meses, hasta que el bajel se hundió hecho pedazos y engullido por las aguas. El mismo Ernest Shackleton dejó sobre blanco en su diario cómo el hielo devoró las esperanzas de la expedición aquel 27 de octubre de 1915, un año después del comienzo de la expedición:«Una vez más comenzó la presión y, a las cinco de la tarde, tuve la sensación de que las cubiertas se rompían bajo mis pies, las grandes vigas se doblaban y, finalmente, se rompían con un ruido que parecía de fuertes disparos. Fue algo horrible. Antes de partir miré por la claraboya de la sala de máquinas mientras estaba parado en la cubierta, que temblaba. Vi los motores, cayendo de lado. No puedo describir la impresión de destrucción implacable que tuve mientras miraba hacia abajo. Los témpanos, con la fuerza de millones de toneladas de hielo en movimiento tras ellos, estaban aniquilando el barco».Desamparados, los tripulantes consiguieron escapar de aquel paraje helado en tres botes salvavidas y arribar a la Isla Elefante , entre el Paso de Drake y el Mar de Weddell. Para ello, fueron necesarios siete días completos. Poco después, Shackleton y cinco miembros de la tripulación zarparon de nuevo en busca de ayuda hacia Georgia del Sur. Llegaron a tierra, pero no a su destino, sino a la bahía del Rey Haakon, una zona deshabitada trufada de montañas nevadas a 1.300 kilómetros de su punto de salida. Una vez más, el explorador se armó de valor y, con dos de sus chicos, atravesó la zona para buscar socorro. Esta vez si halló el premio gordo: la estación ballenera de Stromness.Noticias Relacionadas estandar Si El misterio del submarino nazi hundido en Calpe: ¿transportaba el oro perdido de Hitler? Manuel P. Villatoro estandar No Contra la mentira más extendida de la Guerra Civil: ¿fue la ayuda militar de Hitler a Franco gratuita? Manuel P. VillatoroSi contamos las operaciones de rescate del ‘Aurora’, también en problemas, la misión se extendió hasta enero de 1917. Dos años y medio de pesadilla que terminaron con aplausos y que picaron el orgullo lo bastante al explorador como para organizar una nueva travesía. Esa en la que murió.

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