Los hijos no reconocidos del famoso resultan un orfeón de huérfanos transitorios, hasta que dejan de serlo, porque el padre se pliega a una demanda, o porque el hijo desmaya finalmente en su causa . O bien, incluso, porque el padre dice que sí, que venga, que no se hable más, que él es el padre. Ahí tenemos el ejemplo en curso de Bertín Osborne , que reconoce a un hijo de menos edad que sus nietos. Pero suele ocurrir, más bien, el pleito de fortuna. O sea, el pleito que acaba reconociendo al hijo de su padre, por ley. No hace tanto, tuvimos a Manuel Díaz en la brega de litigio por ser reconocido hijo de Manuel Benítez, ‘El Cordobés’, y ganó. Ganó, con todas las garantías. Pero el padre, ya no padre supuesto, se empeñaba mucho en seguir mirando a otro lado, no sabemos si con cabreo, o con indiferencia, pero siempre con todo ese empaque del matador al que le asoma, ya veteranísimo, el bronceado interior de haber toreado mucho en Las Ventas, y en la vida. Manuel Díaz fue huérfano transitorio, pero ya no . El huérfano transitorio es figura de cierta frecuencia, en los papeles de populares. MÁS miembros de la tribu dorada noticia Si Peter Lindbergh, el geómetra de la espontaneidad noticia Si Antonio, que estás en los cielos noticia Si Marisol, una leyenda que se llama Pepa noticia Si El nuevo oficio de ser abuela noticia Si Cómo ser una chica KardashianY esto es como decir que es también figura de cierta frecuencia el caso del padre pendiente, del padre olvidadizo, del padre que no se entera, o no quiere enterarse. Ya sabemos que se aúpa en la semana la noticia de la paternidad reconocida de Bertín, después de retranquearse al respecto. Alberto de Mónaco , por ejemplo, anduvo en lenguas por un hijo con carácter retroactivo. Aquel hijo hubo de certificarlo don Alberto tras las porfías de su madre, la togolesa Nicole Coste. Se supo entonces que entre don Alberto y la tal Nicole hubo tema, años atrás. Y hubo hijo reconocido. Le pasó a Mick Jagger, le pasó a Maradona, le pasó a Boris Becker. Y citamos deprisa. Jagger reconoció a su séptimo hijo , de nombre Lucas, tras someterse a las pruebas de ADN. Las pruebas venían exigidas por la modelo brasileña Luciana Giménez, y Jagger ganó un hijo, y perdió una esposa , Jerry Hall, que no celebró la noticia, precisamente. Maradona reconoció, de modo no alegre, a su hijo Diego Jr, fruto de una relación esporádica con una italiana. La emocionante Liv Tyler, hija del líder de Aerosmith Steven Tyler, se enteró de quién era su padre a los 14 años. Parece, con las demandas de paternidad, que los reivindicantes quisieran completar la biografía de un niño, pero también quieren completar la propia, porque les falta siempre un abrazo, y porque igual les falta también una prueba de ADN. El relevo del caso de Manuel Díaz lo tomó en su momento Javier Sánchez , que logró una prueba de ADN, y presentó demanda de paternidad a Julio Iglesias. Yo a Javier le conocí, en los 90, cuando estaba en Madrid a ver si hacía carrera de cantante, siempre bajo el reojo de su madre, María Edite, bailarina portuguesa. María Edite era una mujer de amabilidad, y Javier era un chico majo que se daba un aire a Julio José, pero en versión levantina. Eran, hijo y madre, dos criaturas de poca reivindicación, y ninguna trifulca. Pero la vida es la vida. Y la vida, a veces, hace un bolo en los Juzgados. Ahí donde toca esclarecer el padre que ya se tiene, el padre que a lo mejor no se va a tener nunca.
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