La historia de la recuperación de las Reales Atarazanas de Sevilla , un antiguo astillero de unos 12.600 metros cuadrados y cuyo origen se remonta al siglo XIII, es lo más parecido a un camino tortuoso , lleno de obstáculos y cuyo final, quince años después de que la Junta de Andalucía cediera su uso durante 75 años a La Caixa a cambio de su restauración, sigue siendo, como si una novela policiaca se tratara, un misterio. La inauguración de este espacio estaba prevista para finales de mayo o primeros de junio, según afirmaron en octubre de 2023 el presidente de la Junta, Juanma Moreno , y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz . Sin embargo, ni desde el Gobierno andaluz ni desde la Fundación Cajasol , que gestionará el nuevo centro cultural y definirá su contenido, siguen sin facilitar una fecha concreta de reapertura. La Fundación continúa trabajando en definir los usos, que serán los que permitan rematar la obra y propiciar su inauguración.De hecho, el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra , responsable de las obras, ha reconocido que dejará las plantas superiores del edificio sin terminar, a la espera de que se concluyan de acuerdo al destino final que dé la Fundación Cajasol al centro cultural.La intervención del arquitecto sevillano en este Bien de Interés Cultural ha generado la más irreconciliable controversia que ha rodeado la recuperación del monumento, alabada por el Centro Pompidou parisino de arte contemporáneo, pero sumamente criticada por conservacionistas e historiadores de prestigio , que consideran que el proyecto está reinventado el espacio el sello de su autor en un espacio que, añaden, debería mantener su aspecto original de astillero medieval .Decisiones, entre otras, como no excavar a la cota original del siglo XIII, comprometida en el último modificado del proyecto, la elección de un elemento metálico como el zinc para algunas de las cubiertas del edificio y la ubicación de escaleras mecánicas , han motivado una nueva denuncia de la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) ante el mismo juzgado que paralizó las obras en 2016.Incógnitas y polémicasTodas estas incógnitas y polémicas enmarcan todavía a un proyecto que echó a andar en 2009, cuando la Junta de Andalucía, propietaria del inmueble desde 1993, llega a un acuerdo con La Caixa, cediéndole las Atarazanas durante 75 años para la construcción de su CaixaForum en Sevilla. A cambio, la entidad financiera recuperaba el edificio, comprometiendo una inversión de veinticinco millones de euros.Para ello, La Caixa organizó un concurso restringido que ganó Guillermo Vázquez Consuegra en octubre de 2009, con idea de comenzar las obras en el último trimestre de 2012. Para esas fechas, el proyecto contaba con el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio y solo faltaba la licencia de obras de la Gerencia de Urbanismo .Entonces se produce el primer gran revés que sufre el proyecto, cuando el Ayuntamiento de Sevilla decide en septiembre de 2012 que no da licencia de obras hasta que no cuente con un plan especial para las Atarazanas que nueve meses antes no consideraba necesario. Qué había cambiado: los primeros pronunciamientos de Adepa, amenazando con llevar la intervención a los tribunales si se le da una licencia sin el mencionado plan especial .Interior de las Atarazanas, actualmente en obras Víctor rodríguezLos retrasos hacen que en noviembre, La Caixa decida el traslado a los bajos de la Torre Sevilla del CaixaForum, que inaugurará en marzo de 2017. La restauración de las Atarazanas quedaba de nuevo en el aire. Pero marzo de 2013 la entidad financiera y la Junta cierran un nuevo acuerdo , que sigue contemplando una cesión de 75 años, pero una menor cuantía económica para su recuperación, unos diez millones de euros, aunque finalmente la inversión total en el monumento va a superar los doce millones de euros .Gestión de la Fundación CajasolLas Atarazanas, por este acuerdo, pasan a ser gestionadas por la Fundación Cajasol, que pretendía erigir un centro cultural que tuviera una relación con Latinoamérica, resaltando su pasado como fábrica de naves que participaron en la conquista. Pero recientemente, desde la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte se deslizó la posibilidad de que acogiera un museo de arte contemporáneo , algo que ha sido rechazado por los historiadores, que apuestan por vincularlo al pasado americanista de Sevilla.Dos años después de ese acuerdo, Vázquez Consuegra presentó un nuevo proyecto. Los trabajos comenzaron en 2016 y casi en paralelo Adepa presenta un recurso contra la licencia ante los juzgados, que provocará que un magistrado paralice cautelarmente las obras en octubre de aquel año. La denuncia se basaba, entre otros puntos, en que el Plan del Arenal obligaba a excavar hasta la cota original del edificio en el siglo XIII y que no contemplaba usos de hostelería, en referencia a la construcción de una cafetería en una de las terrazas. Hubo que esperar a diciembre de 2017 para que se cerrara un pacto extrajudicial entre Adepa, la Junta de Andalucía y La Caixa, por el cual los conservacionistas retiraran la denuncia, a cambio, entre otras cuestiones, de excavar hasta la cota original en dos de las naves de las Atarazanas.El arquitecto vuelve a modificar el proyecto y tras su tramitación administrativa se reanudan los trabajos en agosto de 2022. El objetivo era que las obras se culminasen en mayo o junio de 2024. Sin embargo, la negativa a excavar hasta la cota del siglo XIII, por la aparición de aguas residuales, que según el arquitecto anegarían el recinto, y la utilización de unas cubiertas de zinc, muy criticadas por los conservacionistas, han motivado una nueva denuncia de Adepa ante el mismo juzgado que paralizó las obras en 2016.Prospere o no este el recurso, lo único cierto es que los sevillanos deberán seguir esperando para saber con qué centro cultural se van a encontrar cuando por fin se reabran las Atarazanas.
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