Joe Biden busca colocar al Tribunal Supremo en el centro del debate político para las elecciones presidenciales, en un intento de impulsar su campaña a través de su principal baza : las consecuencias de que quien gane no sea él, sino Donald Trump.El presidente de EE.UU. protagonizó este fin de semana el acto de recaudación de fondos más despampanante en lo que va de ciclo electoral: una velada en Los Ángeles, en conversación con Barack Obama, con el humorista Jimmy Kimmel como maestro de ceremonias y con la participación de estrellas como George Clooney, Julia Roberts, Jason Bateman y Kathryn Hahn.Allí Biden se hinchó a recaudar dinero para su campaña -según el Partido Demócrata, 28 millones de dólares, la cifra más alta de la historia para un candidato en una sola noche- y atacó a Trump por un flanco estratégico: la conformación del Supremo. El alto tribunal tiene nueve jueces, que gozan de mandatos de por vida . En el caso de vacantes por retiro o fallecimiento, la prerrogativa para la elección de uno nuevo recae en el presidente, y su nominado debe ser confirmado después por el Senado. Trump tuvo la fortuna de nominar a tres jueces, con lo que logró imprimir un marcado carácter conservador al tribunal, con una mayoría de 6-3 entre magistrados elegidos por presidentes republicanos y demócratas.Noticia Relacionada estandar Si El equipo de Trump investiga que los candidatos a vicepresidente no tengan escándalos David Alandete | Corresponsal en WashingtonEl actual presidente aseguró que la posibilidad de que su rival vuelva a nominar a más jueces «es uno de los asuntos más peligrosos» de un posible regreso de Trump a la Casa Blanca. Biden dijo que «es probable que el próximo presidente tenga que elegir a dos nuevos nominados al Supremo» y que, si es Trump el que lo hace, reforzará más la línea conservadora del tribunal.Probabilidad exageradaEs una previsión con probabilidad exagerada. Los dos jueces más veteranos y con más posibilidades de dejar la toga durante los próximos cuatro años son conservadores: Clarence Thomas, que cumplirá 76 años en octubre, y Samuel Alito, que ha cumplido 74 el pasado enero. Y si Biden gana la reelección, se esforzarán por seguir en el cargo cuatro años más y confiar en que haya un presidente republicano en el siguiente mandato.Las alusiones de Biden al Supremo no son habituales . El presidente ha buscado mantener la institucionalidad desde su cargo, en especial en los tiempos polarizados que vive EE.UU. Pero ahora copia el libreto de Trump de 2016, cuando el entonces candidato republicano encontró en el Supremo una de sus grandes bazas electorales . Buena parte del electorado conservador miraba con recelo a un neoyorquino lenguaraz, un ligón casado en terceras nupcias con una modelo eslovena, envuelto en el final de la campaña en escándalos sexuales. Trump se vendió como la garantía de colocar magistrados conservadores y cumplió con creces.Ahora Biden trata de hacer lo mismo con el electorado contrario: colocarse como la única forma de salvar conquistas sociales desde la capacidad de nominar jueces, con la lección de la sentencia de 2022 que desmanteló las protecciones federales al acceso al aborto, dictaminada por el Supremo heredado de Trump.Los dos jueces más veteranos y con más posibilidades de dejar la toga durante los próximos cuatro años son conservadores«Nunca el tribunal ha estado tan desconectado de la sociedad como ahora»; dijo Biden en Los Ángeles, donde advirtió de que Trump colocaría en el Supremo jueces «que ponen banderas invertidas» . Era una referencia evidente a Alito y las polémicas revelaciones de dos banderas de signo extremista en sus propiedades, una de ellas con la bandera de EE.UU. invertida, un símbolo de protesta que algunos vinculan con el nacionalismo de extrema derecha. El presidente también atacó de forma directa a Thomas. En aquella sentencia del aborto, el magistrado abrió la puerta a «reconsiderar» otras decisiones anteriores como las que establecen protecciones federales al derecho a la contracepción o al matrimonio entre personas del mismo sexo.Son asuntos clave que pueden servir a Biden para ganar terreno entre republicanos moderados o votantes independientes, en un momento en el que el presidente necesita remontar en los sondeos , en especial, en la media docena de estados clave que decidirán la elección.
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