Albert Rivera: «El discurso del 3-O fue impecable y los constitucionalistas nos vinimos arriba»

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Albert Rivera: «El discurso del 3-O fue impecable y los constitucionalistas nos vinimos arriba»

Albert Rivera (Barcelona, 1979) no quiere hablar públicamente sobre la política actual, y no es por falta de peticiones. Hoy hace una excepción con ABC porque le parece adecuado recordar lo que sucedió en España con el desafío soberanista de 2017 y lo que significó para el constitucionalismo el discurso de Felipe VI en defensa de la Carta Magna y de las instituciones catalanas. —Siete años después, ¿cree que se respondió bien a los separatistas?—Obviamente se podía haber hecho mucho mejor. El 155 era una incógnita. El Gobierno tenía muchas dudas y los juristas también, pero yo le dije al presidente que quizá lo más pragmático sería una aplicación parcial: Educación e Interior.—El 6 y 7 de septiembre fue la ruptura formal. ¿Saltan ese día las alarmas?—Saltan antes. Yo recuerdo conversaciones que tuvimos tanto dentro de mi partido como con el gobierno antes del verano. Estábamos a la expectativa de si realmente aquello se iba a producir. Yo era de los que pensaban que sí. Ojalá me hubiera equivocado.Documental de ABC que revela cómo se gestó el discurso del Rey para frenar el golpe separatista el 3-O JUan Fernández-Miranda, David del Río y Javier Nadales—¿Qué conversaciones había mantenido usted con el gobierno?—Defiendo las conversaciones con el presidente Rajoy, pero es verdad que nosotros empezamos a pedir la aplicación del 155 semanas antes. —¿Cómo vivió usted el 1 de octubre?—Personalmente, fue durísimo. Los que somos catalanes y además defendemos la Constitución en Cataluña teníamos un plus emocional. Lo recuerdo con mucha tristeza y con dureza. Estuve allí con Inés (Arrimadas) y con mi equipo en la sede de Ciudadanos.—¿Cómo fue el día 2?—Fue un día raro. Una especie de silencio después de una tormenta emocional, de imágenes y de ruido político. La verdad es que los separatistas, construir no construyen, pero destruir, destruyen muy bien. El 1-O entra en una espiral de difícil retorno. Hay un antes y un después, pero la mitad de catalanes no estábamos con el golpe, estábamos con la Constitución, pero secuestrados políticamente por una Generalitat en rebelión. —El 3 de octubre usted está en Madrid. ¿Cómo vivió el discurso del Rey?—En primer lugar, con emoción y alivio al ver al Rey pronunciar un discurso tan claro, tan nítido para invocar a los poderes del Estado a actuar en Cataluña. A mí me alivió porque pensé «se ha tomado conciencia por parte también de la Corona del momento que vivimos». Los constitucionalistas catalanes necesitábamos un clic. El 8 de octubre fue un gran éxito porque salió el Rey. Te aseguro que si no sale, esa manifestación no tendría ni la mitad de éxito, así como el simbolismo, la fuerza y la liberación que representó para muchos catalanes aquel día.El exlíder de Ciudadanos defiende que el Rey actuó «correctamente» ante la declaración unilateral de independencia ABC—La iniciativa surgió de la Casa del Rey con el refrendo del gobierno y el apoyo de Ciudadanos.—Yo creo que no se le puede pedir al Rey que sople y sorba a la vez. El Rey actúa correctamente ante una declaración de independencia unilateral. Pedirle que solvente lo que no solventamos los demás no me parece justo. El Rey actuó ante una situación de urgencia, excepcional. El discurso me pareció necesario, firme, impecable y entonces se produjo un clic.—¿Qué efecto tuvo ese discurso?—En Cataluña el constitucionalismo estaba preocupado, asustado y perplejo. Necesitaba cierto amparo. Y esa salida del Rey produce una especie de cobijo, la gente se viene arriba. Paradójicamente, el 8 de octubre fue uno de los días más bonitos de mi vida, no sólo de la política, porque fue una sensación de abrazo colectivo. Fue un día histórico con mayúsculas. —¿Es el día que se consolidó el Rey?—El Rey se consolida precisamente porque le tocó hacer algo excepcional, que a lo mejor a un Rey no le toca hacer nunca, que es frenar un golpe o una rebelión frente a la Constitución. Pero le tocó.En Cataluña el constitucionalismo estaba preocupado, asustado y perplejo. Necesitaba cierto amparo. Y esa salida del Rey produce una especie de cobijo, la gente se viene arriba—En el 27-O se consuma la amenaza.—Pues si el 1 de octubre fue duro, emocionalmente el 27 fue quizá más triste si cabe. Estábamos preparados. La escalada no cesaba y sabíamos que esto iba a pasar. Como líderes de la oposición, también habíamos hablado con Rajoy. Yo lo vi en el despacho del Congreso. Quise estar solo y puse la tele. Cuando aprueban la declaración de independencia reconozco que se me escapó alguna lágrima, y es que fue algo muy duro.—Fue el momento de reaccionar.—Racionalmente sabía clarísimamente que había que actuar rápido, estar coordinados con el gobierno. Y PP, PSOE y CS debíamos unirnos en la aplicación rápida del 155, que se hizo ese mismo día. También tenía hablado con Rajoy que, obviamente, eso no podía desembocar en un periodo sine díe, porque internacionalmente tampoco era fácil de explicar. —¿Costó mucho esa unidad o después del discurso del Rey fue más sencillo?—Aquí había un pacto muy natural con Rajoy, era un pacto de investidura y estábamos muy coordinados. Pero el PSOE, con Sánchez al frente… No estaba exactamente en la posición que está hoy, pero ya había tenido sus titubeos y sus pactos con los partidos separatistas. El PSOE no quería sumarse en todo a la imagen de ir con el PP y Cs. Por suerte, entró en razón y me consta que tuvo sus debates internos. —Puigdemont y Junqueras.—Si vemos las caras que tenían cuando se está votando la declaración de independencia, observamos que el lenguaje no verbal es totalmente contradictorio con la supuesta euforia. Si realmente tu propósito en la vida es la declaración de independencia de Cataluña, el día que la estás votando, ¿por qué estás con esa cara y con ese semblante? ¿Por qué no es el día más feliz de tu vida? Sabían que esto era fruto de una escalada entre ellos a ver quién era más independentista. Y acaba como acabó, como el rosario de la aurora.

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