‘Lucrecia’, la historia «inquietantemente actual» del primer crimen racista

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‘Lucrecia’, la historia «inquietantemente actual» del primer crimen racista

¿Existe un George Floyd español? Esa era la pregunta que llevó a los documentalistas David Cabrera y Garbiñe Armentia a recuperar la historia de Lucrecia, una joven dominicana que fue asesinada a tiros por un guardia civil y tres menores de edad en el madrileño barrio de Aravaca en 1992 . Le tocó a ella, pero podía haber sido cualquiera de los inmigrantes con los que vivía en las ruinas de la discoteca Four Roses. El fiscal dijo que la asesinaron «por ser extranjera, negra y pobre» , y el suceso pasó a la historia como el primer crimen racista que hubo en España, un país que entonces aspiraba, gracias al impulso de las Olimpiadas y la Expo, a dar el salto definitivo a la modernidad. «Este suceso tuvo una gran repercusión social, hubo manifestaciones contra el racismo, pero quedó opacado por todo lo que pasó aquel año», recuerda Cabrera, codirector de ‘Lucrecia: un crimen de odio’, una serie documental de cuatro episodios que llega el jueves a Disney+. «Además, nos llamó la atención lo inquietantemente actual que es toda la historia».Noticia Relacionada estandar No ‘Cabezas rapadas’: así sembraban el pánico los neonazis de Madrid en 1993Entonces se percataron de que para reconstruir los poco más de 30 días que Lucrecia pasó en España sólo contaban con una fotografía , la de su pasaporte, que publicaron todos los periódicos el día después de su muerte. Por eso, recurrieron a esas primeras inmigrantes dominicanas , amigas y conocidas de Lucrecia, que sobrevivían trabajando en el servicio doméstico. «Había muchos paralelismos entre ellas, una vivencia compartida. Muchas trabajaban como internas y se sentían aisladas, vulnerables», señala Armentia, codirectora de un documental que guioniza y coproduce Justin Webster (‘ El pionero ‘, ‘Muerte en León’). También viajaron al pueblo natal de la protagonista, Vicente Noble, donde Lucrecia es «una figura icónica».Límites del ‘true crime’Todos los que aparecen en esta producción (conocidos de Lucrecia pero también policías, jueces, periodistas…), resaltan sus directores, son testigos de lo que sucedió. No buscaban expertos. La única excepción es su hija Kenia, que tenía 6 años cuando se quedó huérfana y el único recuerdo que tiene de su madre es el beso que le dio la noche antes de abandonar su casa rumbo a España. «Ella conecta la historia con el presente, porque años después hizo el mismo viaje que realizó su madre para ofrecer a su hijo una vida mejor», puntualiza Cabrera. Hoy, colabora con el Movimiento Contra la Intolerancia y, a veces, cuenta su experiencia en conferencias y aulas. «Es admirable, porque ella podría haberse dejado arrastrar por la rabia y el odio y ha conseguido sobreponerse a ello y hacer su vida», puntualiza Armentia.También intentaron acercarse, en los dos años que pasaron investigando las raíces y consecuencias del crimen, a los condenados , hoy todos en libertad. «Pero todos declinaron directa o indirectamente participar en el documental. Y hay una cosa clara: fueron juzgados, cumplieron su pena y han comenzado otras vidas», resume Cabrera. No les interesa, afirman, el morbo, o el crimen por el mero hecho de serlo. No creen que se pueda generalizar en el debate sobre el dilema ético de recordar algunos crímenes, sino que depende del caso y de la perspectiva desde la que se aborde: «A nosotros, al menos, nos interesan los casos que tienen una historia más allá del propio suceso».

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