El pasado 10 de junio se daba a conocer la sentencia de Chiquita Brands , una empresa multinacional dedicada a la producción y distribución de bananas. Fue condenada por un tribunal de Florida por su implicación en ocho asesinatos cometidos por paramilitares en Colombia. Más de 7.000 personas han interpuesto acciones legales contra ella. Ya en 2007, la empresa reconoció haber entregado más de un millón de dólares a los mercenarios Autodefensas Unidas de Colombia. La compañía no pudo probar que habían sido coaccionados con la amenaza de hacer daño al personal, pese a ello señalan que las reclamaciones no tienen base legal.Todo esto puede parecer una sentencia más dentro de las noticias internacionales, pero su etiqueta con la ‘Señora Chiquita’, inspirada en la cantante brasileña Carmen Miranda y su sombrero de frutas tropicales, ha llegado a la mesa de millones de hogares . Pocos pueden sospechar que detrás de esta marca hay una historia menos conocida.Esta empresa es la heredera de United Fruit Company (UFCO), que está en el origen de lo que ha pasado al acervo común con el nombre de repúblicas bananeras . Se le atribuye un papel clave en masacres y en un golpe de Estado que la CIA llevó a cabo solo para salvaguardar la presencia de esta empresa.Los documentos desclasificados revelan que esta operación se llamó ‘ PBSuccess ‘ y supuso el comienzo de una dictadura. John Soluri, profesor de la Carnegie Mellon University, sostiene que United Fruit Company fue un patrocinador de golpes de Estado para reunir aliados .La historia de UFCO es la de un poder rampante que superaba a muchos gobiernos, al punto de que recibió el apodo de ‘Rey sin corona de Centroamérica ‘. ‘El pulpo’El expresidente Bill Clinton llegó a pedir perdón a Guatemala por los actos de esta multinacional estadounidense. Sus injerencias a principios del siglo XX podían desestabilizar países, su complicidad y red de alianzas alcanzó las más altas esferas del gobierno estadounidense: John Foster Dulles, que fue secretario de Estado, y su hermano Alan Dulles que llegó a ser director de la CIA , fueron antes los abogados de la United Fruit Company. No es una exageración cuando Peter Chapman, reputado autor, titula su libro ‘Bananos: cómo la United Fruit Company moldeó el mundo’. Al fin y al cabo, para Chapman se trataba de la primera multinacional moderna , de ahí que su apodo fuese ‘El Pulpo’.Noticias Relacionadas El precio de la seguridad con Bukele Españoles en El Salvador: «Nos semidesnudaron para ver si éramos de las maras» Alexia Columba Jerez Discoteca, zoo, estadio… Conoce las cárceles de los narcos en Latinoamérica, ‘microestados’ con negocios globales que llegan a Europa Alexia Columba JerezLaura Cepeda Emiliani, del colombiano Centro de Estudios Económicos Regionales, señala que los aliados políticos de la UFCO llegaron incluso a manipular las votaciones en la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas para cumplir con las formalidades que le permitieran invadir Guatemala, además de apoyar la invasión de Bahía Cochinos , en Cuba, impulsada desde EE.UU.Sus kilómetros de ferrocarriles, su flota de barcos de vapor, ya fuera para transportar correo o bananas, sus líneas telegráficas y las millones de hectáreas de tierras baldías a su nombre le permitieron tener a los gobernantes en su bolsillo y el control de las comunicaciones y el transporte . Con sus anuncios, adelantados a su tiempo, por su capacidad para atraer la mirada de todos, consiguió que la banana fuera un producto codiciado .Su historiaSu historia empieza en 1899, y como indica el Massachusetts Institute of Tecnology (MIT), solo en Estados Unidos la banana pasó de ser un producto exótico que apenas se compraba a consumirse 16 millones de racimos de bananas al año. Promocionada como la merienda ideal recetada por médicos y disponible todo el año.UFCO tuvo plantaciones en Colombia, Cuba, Jamaica, Nicaragua, Costa Rica, Panamá o Santo Domingo. Honduras, El Salvador o Belice. «De repente, la compañía terminó acumulando un poder considerable y se convirtió casi en un gobierno autónomo «, declaró Chapman a la BBC. Su fundador fue Minor Keith, que vio un filón en la importación de las bananas para sufragar la construcción de su ferrocarril en Costa Rica. Su fusión con otra empresa la convirtió en la compañía más grande de bananas del mundo. Su exitoso recorrido entraría en un punto de inflexión bordeando la quiebra que se zanjó con el suicidio de su presidente, Eli Black, tirándose por la ventana de un rascacielos de Nueva York, en 1975. Sin embargo, UFCO no desapareció, sino renació como ‘Chiquita Brands’.UFCO era ‘tu hombre’ para todoEl término república bananera se refiere a los países centro y suramericanos con instituciones débiles, gobiernos inestables y corruptos que sirven a los intereses de una multinacional. Y esa descripción, que parte del escritor estadounidense William Sydney Porte en su obra ‘El Almirante’, se hace realidad con la tónica marcada por esta empresa. La revista ‘Fortune’ , refiriéndose a la compañía, llegó a decir: «Si el ministro de finanzas quería un sobregiro o el arzobispo quería traer seis monjas de Alemania; si la esposa del presidente quería extraerse los cálculos biliares, o a la esposa del ministro le gustaba el apio fresco de Nueva Orleans o el presidente quería cruzar tres vacas finas con un toro fino; si cualquiera quería casi cualquier cosa, el ‘intermediario’ de la United Fruit era el hombre que lo podía conseguir rápidamente». El dueño de UFCO cerraba acuerdos, que vistos a priori parecían beneficiosos para ambas partes. La realidad es que la compañía obtenía innumerables terrenos a cambio de crear empleos, levantar casas o colegios y subvencionar infraestructuras que podían no llegar nunca, tener deficientes cimientos o ser completamente demolidos en caso de que el gobierno de turno desairase a UFCO. Las jerarquías laborales eran racistas y con un control total de los empleados.La masacre y el golpe de EstadoPrecisamente las pobres condiciones de sus plantaciones hicieron que estallase una huelga nunca vista antes, con más de 25.000 trabajadores en Colombia, en 1928. UFCO se negó a dar su brazo a torcer y pidió ayuda al gobierno. El saldo fue un baño de sangre que se llamó ‘la masacre de las bananeras’ y se saldó con más de mil muertos . UFCO tenía el camino despejado para seguir creciendo.Pero el culmen llegaría en los cincuenta. Capitalizó el temor al comunismo reinante para que EE.UU. interviniera contra el presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz . Lo acusaban de conspirar con la Unión Soviética. El verdadero error de Árbenz fue intentar expropiar las tierras que no usaba la compañía para dárselas a los agricultores. Básicamente quería acabar con los privilegios que tenía la empresa, que entre otras cosas le habían permitido no pagar impuestos durante 99 años . A cambio, los gobiernos locales económicamente apoyados por UFCO aterrorizaban a sus ciudadanos y obtenían beneficios. United Fruit Company, amenazada por las pretensiones de Árbenz, alzó su queja hasta el presidente Dwight D. Eisenhower . Y se inició una campaña de desprestigio contra Árbenz orquestada por el genio de las relaciones públicas, Edward Bernays, con su manejo de las emociones del público. El terror rojo se impuso y con ello el golpe de Estado, en 1954 . Su éxito se tradujo en una represión de treinta años.De cuadros y lemas del siglo XXIDe hecho, el afamado Diego Rivera recibiría el encargo de pintar un cuadro, ‘Gloriosa victoria’, para recordar esta operación de la CIA. La obra recoge todas las pistas de los implicados en el golpe. El coronel Carlos Castillo Armas , que sustituría a Árbenz, saluda a John Foster Dulles, que aparece sosteniendo una bomba con la cara de Eisenhower, mientras su hermano le susurra al oído. En segundo plano, el pueblo protesta rodeado de un paisaje lleno de niños muertos y de bananos .El cuadro ‘Gloriosa victoria’ Diego Rivera-ccUFCO ya contaba con práctica, la asistencia de sus miembros a dictadores tenía precedentes en Honduras, con Manuel Bonilla , en 1910, como destaca en su libro Chapman. Y la experta Cepeda apunta: «Es interesante notar que, con la caída de Árbenz, Ernesto ‘Che’ Guevara -que estaba entonces en Guatemala- se convenció de que la única salida para Latinoamérica era la lucha armada ». Los actos de UFCO empezaron a volverse en su contra, y le acusase de dar razones a la gente para ser comunistas, esto supuso el principio del fin de la empresa, pero solo en apariencia.MÁS INFORMACIÓN El manual de instrucciones del tirano: cómo convertirte en dictador y sobrevivir en el proceso, ¿por qué la mala conducta es casi siempre buena política? UFCO ha movido los hilos y ha estado implicada en importantes acontecimientos del siglo XX. Reconvertida en Chiquita Brands, hoy está presente en 70 países. Y por lo visto su historia con más de cien años sigue viva y aún dispuesta a entrometerse en asuntos ajenos. Su lema es «si alguien piensa en bananas, dirá Chiquita», en qué pensarás tú ahora si te nombran a Chiquita.
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