Todos en hombros en el entrañable adiós de Ponce a Alicante

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Todos en hombros en el entrañable adiós de Ponce a Alicante

Dijo Enrique Ponce adiós a Alicante de modo emotivo y entrañable. Sincera y cariñosa la respuesta del público a uno de los toreros con mejor hoja de servicios en esta plaza, y brillante la postrera lección del torero de Chiva en la Terreta. David Galván y Tomás Rufo, dos toreros de la nueva generación, acompañaron a hombros al maestro después de imponerse a una corrida terciada y chica de Daniel Ruiz, muy medida de clase, raza y empuje. Elegante en las formas, preciso en la técnica y parsimonioso a la hora de poner en práctica su tauromaquia, ya le cortó Ponce una oreja al primero, toro bien hecho, con cara, que no terminó de entregarse y al que buscó las vueltas con paciencia y sin crispación. Pero fue en el cuarto, que brindó a su hija, donde salió a relucir el Ponce científico. Contrarrestó el maestro con inteligencia el medido empuje del animal, lo llevó siempre cosido al engaño y le estiró con paciencia y recursos su escueta embestida. Todo revestido de porte, estética y dominio de la escena. Se echó de rodillas en las postrimerías, abrió al toro en lugar de cerrarlo para entrarlo a matar en los medios, y después de media estocada recogió en la doble vuelta al ruedo todo el cariño que le dispensó este público durante las más de tres décadas que ha hecho el paseíllo en Hogueras. Junto a Ponce salieron en hombros Galván y Rufo. El primero, que sustituía a Morante y al tiempo debutaba en esta plaza, toreó maravillosamente bien con el capote al descompuesto segundo. Lances con el mentón hundido, jugando los brazos con embrujo, incluso se atrevió a mirar al tendido en dos ocasiones en medio del embroque. Fue faena pródiga en detalles, que, aún sin amalgamar, llegó al tendido por su improvisada estética. Cortó una oreja, igual que haría luego en el soso quinto, si bien esta vez su obra fue más larga y ceremoniosa. A cargo de Rufo corrió el toreo de mayor poso del espectáculo. Ya tuvo plomada y poso su toreo al noble tercero, del que perdió premio con el acero, y luego al más bravo sexto le ligó una serie muy apretada y reunida con la derecha, y dos de naturales de trazo poderoso, rematados detrás de la cadera, de gran rotundidad. El espadazo no fue el más ortodoxo, pero no merecía otro final la última tarde del maestro valenciano a la vera del Mediterráneo. Ni soñada hubiera salido mejor. Feria de Hogueras Plaza de toros de Alicante. Domingo, 23 de junio de 2024. Cuarto festejo de la Feria de Hogueras. 8.124 espectadores. Toros de Daniel Ruiz, de terciada anatomía, dispares de hechuras, nobles, pero medidos de raza y empuje. Enrique Ponce, de gris plomo y oro: media estocada en la yema (oreja); media estocada y descabello (oreja tras dos avisos). David Galván, de verde pino y azabache: pinchazo y estocada (oreja tras aviso); estocada y descabello (oreja tras aviso). Tomás Rufo, de lila y oro: dos pinchazos y estocada (ovación); media estocada desprendida y perpendicular (dos orejas tras aviso).

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