Es el gran escollo en las negociaciones que desde hace dos años mantienen la Unión Europea (UE) y España con Reino Unido para dar una salida a Gibraltar, la última colonia que queda en continente europeo y que abandonó la Unión, junto a su metrópolis, en 2020 con el Brexit . Se trata el uso conjunto del aeropuerto de Gibraltar , unas instalaciones construidas sobre el Istmo y por tanto territorio neutral, pero de las que Reino Unido se apropió durante la Segunda Guerra Mundial sin que España moviera un dedo. Inaugurado en 1949, el Ejército británico lo usó en un primer momento como base de emergencia. Hoy es un aeropuerto militar y comercial.Según el Tratado de Utrecht (1713), España cedió a Gran Bretaña la ciudad y el castillo de Gibraltar con su puerto, defensas y fortalezas, pero no el istmo que la une con la vecina ciudad de La Línea de la Concepción, donde está el aeropuerto, ni las aguas ni el espacio aéreo adyacentes «que son espacios de soberanía española », según sostiene el Ministerio español de Asuntos Exteriores. Para España, la ocupación del istmo es «ilícita y contraria al Derecho Internacional», y reclama su devolución «sin condiciones».Pese a ello, el aeropuerto de Gibraltar es hoy una ocupación británica consolidada. Depende de la Real Fuerza Aérea (RAF por sus siglas en inglés) del Ministerio de Defensa de Reino Unido, que en su página web destaca que su posición lo convierte en un «punto de escala ideal para las aeronaves en operaciones y como base de apoyo para los principales ejercicios de la OTAN ». Pero también tiene un uso comercial con destinos británicos. Es el gobierno de Gibraltar el que explota la terminal aérea civil en el lado norte.El segundo más peligroso del mundoSu situación, entre dos localidades que suman unos 100.000 habitantes (La Línea de la Concepción y Gibraltar), y sus dimensiones lo convierten en uno de los más peligrosos del mundo sólo por detrás del de Madeira (Portugal). Tiene una única pista de aterrizaje y despegue de sólo 1.525 metros cuadrados y además es el único con una carretera que lo cruza al mismo nivel. Esta situación se ha solventado hace unos años con la construcción de un túnel por el que es derivado el tráfico rodado, aunque los peatones, ciclistas y quienes van en patinete o vehículos de movilidad reducida siguen cruzando la pista a diario en ambos sentidos.Desde La Línea se puede entrar caminando a la terminal del aeropuerto a través de la Verja o en vehículo, por lo que el acceso es de sólo unos minutos, salvo cuando hay retenciones de tráfico, algo frecuente. La nueva terminal fue inaugurada en 2012 por los condes de Wessex , —el Príncipe Eduardo y su esposa, Sophie Rhys Jones— algo que no fue bien recibido por España. La presencia de la familia real británica en el Peñón genera tensiones diplomáticas. España no renuncia a la soberanía de Gibraltar y este tipo de visitas es considerada un alarde del dominio británico en la colonia. El uso conjunto de este aeropuerto siempre ha sido una aspiración a ambos lados de la Verja por el revulsivo económico que conllevaría para la zona y por la conectividad que supondría para el Campo de Gibraltar, con un tren del siglo pasado y un red de carreteras y transportes muy deficiente. Los Acuerdos de Córdoba, firmados entre Reino Unido, España y Gibraltar en 2006 —lo que situó a la colonia al mismo nivel—, cuando José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) era presidente del Gobierno español, incluían este uso conjunto, una rúbrica sellada en el seno del Foro de Diálogo sobre Gibraltar que se creó. Fue rubricado por los entonces ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos; su homólogo británico, Geoffrey Hoon; y ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana. La cuestión de la soberanía quedó a un lado.Sólo dos añosEn sólo unos meses comenzaron a operar vuelos comerciales entre Gibraltar y Madrid , primero, y luego a Barcelona. El primer avión que realizó un vuelo comercial entre España y Gibraltar lo hizo el 16 de diciembre de 2006. Fue el del Airbus A-319 de Iberia , que salió de Barajas. El acontecimiento se vivió como algo histórico: en sólo una hora se podía viajar entre ambos destinos, algo que ahora sólo puede hacerse en avión desde los aeropuertos más cercanos, los de Jerez de la Frontera y Málaga, situados a una hora y hora y media de distancia, respectivamente, en coche. Luego llegaron vuelos a Barcelona.Las expectativas duraron poco. Dos años después, Iberia suspendió los vuelos entre Gibraltar y Madrid argumentando «motivos operativos». No era rentable ni competitivo. Vuelos muy caros y pocas conexiones estaban detrás de aquel fiasco.Ahora, las negociones post Brexit sobre Gibraltar quieren relanzar este uso conjunto, una cuestión que está tensionando el proceso. De hecho, sigue siendo el principal obstáculo. El Acuerdo de Nochevieja alcanzado ‘in extremis’ entre España y Reino Unido en 2020 contempla el derribo de la Verja para crear un área de prosperidad compartida a ambos lados. Gibraltar es la tercera renta per cápita del Mundo y el Campo de Gibraltar, con 300.000 habitantes, soporta un importante desempleo e importantes bolsas de marginalidad, algo agravado por el azote del narcotráfico. Ello supone que los controles actuales en la Aduana se realicen ya como controles Schengen en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar. Sin embargo, la presencia de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles en dichos puntos de control es rechazada por el Peñón. El objetivo es que durante el periodo de implementación del tratado que se firme, que durará cuatro años, habrá un apoyo de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), a la Policía española en dichos puntos de control. « Schengen funciona de una manera y no hay dos formas en las que pueda funcionar. En los puntos que se habiliten para entrar al Espacio Schengen desde Gibraltar, como ocurre en otras partes, tiene que haber un agente europeo para realizar los controles que, en este caso es la Policía Nacional española la habilitada para ello», aseguró a principios de mes el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.Las negociaciones a nivel político entre la Unión Europea, España y Reino Unido están paralizadas tras las elecciones europeas celebradas el pasado día 9 y las que ha convocado Reino Unido, que tendrán lugar el 4 de julio. Sin embargo, España sostiene que las conversaciones continúan a nivel técnico para cerrar un acuerdo. La armonización de impuestos en Gibraltar una vez desaparezca la Verja es otro de los baches en este tortuoso y largo camino hacia un tratado sobre Gibraltar tras el Brexit. De nuevo, es la colonia británica la que está poniendo más obstáculos a este punto del tratado.
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