En un país con más de 100.000 desaparecidos, la activista Cecilia Flores , líder de las Madres Buscadoras , ha logrado encontrar vivos a más de 1.300 y ha localizado los restos mortales de otros 1.500. Tres de sus hijos también desaparecieron, aunque consiguió recuperar a uno de ellos. La de Flores es una historia de vida que muestra una de las caras más atroces del México actual y que ha hecho de ella una celebridad: es buscada y reconocida por la prensa nacional y extranjera. Sin embargo, su empeño le ha llevado a enfrentarse a Andrés Manuel López Obrador , uno de los presidentes más populares de la historia del país y que el 1 de octubre dejará definitivamente la presidencia en manos de Claudia Sheinbaum , su pupila y ganadora de las últimas elecciones .Para Cecilia Flores la pesadilla comenzó el 30 de octubre de 2015 en Los Mochis , ciudad de Sinaloa en la costa del Pacífico . Ese día, un grupo del crimen organizado secuestró a Alejandro Guadalupe Islas Flores , hijo de Cecilia. «Me lo llevaron cuando tenía 21 años y a él no lo he podido encontrar. Se lo llevó un cártel de la droga que secuestra a jóvenes para luego obligarlos a trabajar para ellos», explica Flores a ABC.La activista da por cierto un hecho sobre el que el Gobierno mexicano nunca se ha pronunciado, y que alimenta todo tipo de teorías y especulaciones: que, en ciertos estados del interior del país, el narco cuenta con grandes extensiones de tierra productiva que a su vez es trabajada por jóvenes que allí viven recluidos contra su voluntad y en condiciones de esclavitud .Noticia Relacionada estandar Si El futuro canciller de Sheinbaum buscará normalizar las relaciones de México con España Milton Merlo | corresponsal en ciudad de méxico Entre las principales designaciones de la presidenta electa para su futuro gabinete se encuentran dos exministros del Gobierno de López Obrador«Hasta que secuestraron a mi hijo, teníamos una vida normal en Sinaloa. Yo era vendedora de ropa de mujer y completaba mis ingresos con cosméticos. Cuando se lo llevaron, todo cambió : yo empecé a buscarlo y el que era mi marido me abandonó», cuenta Flores.En los cuatro años que siguieron a la desaparición de Alejandro Guadalupe, la vida familiar de Cecilia Flores se hundió , pero ella empezó a comunicarse con otras madres que estaban en su misma situación, que también habían perdido a sus hijos. Lentamente, iniciaron incursiones con grupos de seis personas, de modo precario, con picos y palas y sin medidas de seguridad, para encontrar fosas donde, según les informaban generalmente por vía anónima, podía haber restos de personas desaparecidas .En 2019 se constituyó formalmente el colectivo Madres Buscadoras y, ese mismo año, volvió a golpearle la tragedia: en el estado de Sonora , vecino de Sinaloa, otros dos hijos de Flores fueron secuestrados. Marco Antonio , de 32 años, y Jesús Adrián , de 15, fueron raptados por una camioneta con hombres armados. «Fue una pesadilla. Al día siguiente, fui a la casa de una persona del cártel que yo sabía que se había llevado a mis hijos y le dije que, si mis hijos no volvían, yo iba a hacer que otro cártel le matara a toda su familia. A los tres días fue liberado Jesús Adrián», recuerda.Actualmente, más de 2.000 madres de todo México integran el colectivo de Flores. Cuando montan sus brigadas de búsqueda, avisan solo a las policías locales para que las protejan de ser interceptadas por grupos criminales o espantadas de ciertas áreas a balazos , como ya ha ocurrido en alguna ocasión.Un forense trabaja en una fosa clandestina en Jalisco AFPEl consuelo de la religiónFlores menciona que la religión ha sido un motor elemental para recuperarse de la pérdida de sus hijos e impulsar el colectivo de madres: «Hay un párroco con el que mantengo comunicación permanente y que me ha ayudado mucho. Yo estuve muy enojada con Dios por lo sucedido , pero él me hizo entender que todo lo que me pasó obedece a un propósito que yo tengo que cumplir».La notoriedad de su trabajo y los grandes riesgos que implica la han convertido en una figura pública que incluso la llevó hasta un ránking de la revista estadounidense ‘ Forbes’ . Una presencia cada vez mayor en el debate cotidiano que la subió al ring con otro coloso en el terreno de la celebridad, como es el presidente López Obrador: cada mañana habla con la prensa, entre dos y tres horas, desde el Palacio Nacional.El presidente ha dicho que la labor de Flores es de tintes políticos y busca desprestigiar a su Gobierno con un asunto tan delicado como el de los desaparecidos. «El presidente es insensible y no reconoce que su Gobierno ha manipulado las cifras de personas desaparecidas . Ellos los han vuelto a desaparecer para que su Gobierno no quede mal», sostiene la madre buscadora.Curioso: López Obrador, tan hábil para el sentir popular, no ha logrado establecer una relación de empatía con un colectivo de mujeres cuya labor ya es reconocida internacionalmente. De hecho, ha elegido enfrentarse a ellas y ni siquiera las ha recibido todavía.«No se debe administrar la desgracia, no se debe traficar con el dolor humano , porque eso, además, no les ayuda», sentenció el presidente en mayo, cuando las madres buscadoras anunciaron que habían encontrado una fosa con restos humanos en la Ciudad de México . Además, López Obrador acusó a Flores de formar parte de una estrategia de la oposición para atacarle.Apelando como mujer a la nueva presidentaEn octubre, México tendrá en Claudia Sheinbaum a su primera presidenta. Flores cree que, de momento, la futura mandataria tampoco muestra interés en las madres: « Hasta ahora no ha sido empática , pero vamos a esperar a ver qué sucede cuando sea presidenta».Ceci, como la conoce todo México, considera que, para ella, quien gobierne el país no cambia las cosas. Todos los días surgen casos de desaparecidos , historias desesperadas, relatos macabros de fosas ubicadas en parajes inhóspitos en cuyo interior habita el horror. «Aunque perder un hijo es un poco como morirse en vida , hemos encontrado 1.320 personas. Nuestro trabajo es útil, pero dos de mis hijos aún no han vuelto».
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