En espera de juicio en Rumania por trata de blancas, violación y pertenencia a organización criminal, Andrew Tate tuiteó ayer que la libertad de Julian Assange añade «una explosión de color al infierno gris de injusticia que actualmente azota el mundo». El influencer misógino más famoso del globo está siendo estrangulado por la Matrix, como llama al sistema, al igual que Llados, nuestro gurú mazado patrio (que le ha plagiado parte del imaginario), y ahora un documental en Filmin, ‘ Yo soy Andrew Tate ‘, reconstruye sus turbias andanzas.Hijo de 1988 de un ajedrecista de Estados Unidos y madre británica, admira a su progenitor, diagnosticado de narcisismo, hasta que sus padres se separan por los ‘fianchettos’ del ‘pater fucker’ y se tiene que ir con la madre a los suburbios de Luton a vivir de las ayudas sociales. Tras su exitosa travesía en el kickboxing, ocurre su momento manzana de Newton para forrarse: « Me paso al proxenetismo ». Y llama a sus seis novias, aunque solo dos le siguen, que no está mal dado el plan seminal: las tías enseñan en una cámara web y él chatea en la sombra cebos lascivos. Estafaban a hombres de paja, vamos.Noticia Relacionada estandar Si Qué dura es la vida del portero, Arconada Javier Villuendas Hace cuarenta años, en 1984, España jugó contra Francia la final de la Eurocopa con un fallo que marcó injustamente una carrera inmensaCon gran ascendencia entre los incels, Tate juega extra fuerte como comunicador. Que me perdone una día más la defensora del lector, pero es una cita del propio ‘coach’: «No puedes tener una relación profesional con una chica, te la tienes que follar. Y, si no lo haces tú, lo hará otro y tendrá el control de su mente». Sus seguidores le alaban: «Misoginia = realismo». Y le amparan porque son declaraciones, dicen, sacadas de contexto o sátira. La Matrix, que no sabe echarse unas buenas risas.Tate quería ser famoso, y llegó a ser la tercera persona más gugleada en 2023 por delante de Mbappé. Estuvo en Gran Hermano, en donde se jactaba de su don para manipular hasta que le echaron por un vídeo de fuera en el que azotaba a una de las mujeres de su webcam. Esta dijo que era consensuado. Y él zanjó: «Cualquiera con experiencia sabe que ella quiere eso, no que la traten como una princesita». En el documental también hay declaraciones de estrangulamiento de presuntas víctimas de violación en su época ‘british’, pues luego emprende en Bucarest donde monta el emporio sexual y de cursos de autoayuda, Bugattis y puros de su marca personal. Los casos de estas mujeres no prosiguieron, pero se quieren reabrir.«Aprendí a convertir la nada en la gallina de los huevos de oro. Y todos los betas del mundo enviaban su dinero a mi cuenta bancaria», afirma ufano Tate. Y: «Creo al 100% que soy el hijo de puta más malo de este mundo». ¿Dios estrangula pero no ahoga? Veremos qué decide la Matrix en el juicio rumano.
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