La financiación autonómica es ahora mismo un cubo de Rubik en manos del Gobierno. La sesión de control en el Congreso evidenció este miércoles las dificultades que tendrá para amarrar apoyos a una reforma que satisfaga a todas las partes y que, a la vez, permita a Salvador Illa, el líder del PSC, contar con los votos de ERC para ser investido presidente de la Generalitat de Cataluña. De momento, los independentistas mantienen su condición de contar con «soberanía fiscal» para respaldar al dirigente socialista, mientras el PP, clave en cualquier negociación regional, exige equidad en todo caso.Las preguntas al Ejecutivo, y una interpelación posterior del PP a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dejaron claro que el camino iniciado hacia una reforma del sistema de financiación autonómica , una promesa pendiente desde el año 2014, estará lleno de obstáculos. La mayoría de comunidades están gobernadas por los populares, cinco de ellas en coalición con Vox, por lo que no parece inteligente sacar adelante un modelo ignorando al principal partido de la oposición. Pero es que a la vez ERC exige un precio altísimo para la investidura de Illa, con la amnistía ya aprobada y el referéndum ahora mismo muy lejano, y reclama algo parecido al concierto económico vasco y navarro; un cupo catalán.Montero asumió este miércoles dos preguntas del PP y una de ERC sobre la financiación autonómica —también el presidente Pedro Sánchez respondió a una del BNG al respecto— y la vicepresidenta, a la defensiva, no pudo aclarar qué propuesta tiene el Gobierno. Tampoco en la interpelación que le dirigió después el popular Juan Bravo, y eso que ese formato permite mayor pausa y extensión en las respuestas. La ministra de Hacienda comenzó echando balones fuera en su cara a cara con la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y le echó en cara que algunas de las regiones donde gobierna su partido, en un claro dardo al supuesto ‘dumping’ fiscal de la Comunidad de Madrid, «bajan los impuestos al 0,2 por ciento de la población».Noticia Relacionada estandar Si El PP condiciona el reparto de menores inmigrantes entre comunidades a que no se exima a Cataluña Patricia Romero Los Gobiernos central y canario anuncian una conferencia sectorial, con todas las autonomías, de la que saldrá el texto final del acuerdo de modificación de la ley de ExtranjeríaUsada ya la carta de los beneficios fiscales a los ricos, con la que el Gobierno responde a la bonificación de los impuestos de sucesiones y donaciones, entre otros, Montero sacó su segundo comodín frente al también popular Elías Bendodo: «Es curioso que la única propuesta que tienen en materia de financiación sea la nada, cero». «No pretenda que la oposición le haga el trabajo al Gobierno. No nos pida una propuesta, usted es el Gobierno: haga la propuesta, la valoraremos y la votaremos», contestó el diputado, después de que Gamarra le preguntase a la ministra, sin obtener respuesta, cuándo convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera ( CPFF ), previsto para julio, para debatir este asunto.Tras la embestida popular, el republicano Francesc-Marc Álvaro tachó de «injusto e ineficaz» el actual modelo de financiación y reclamó que los impuestos que pagan en Cataluña repercutan en servicios públicos en esa comunidad autónoma. «Queremos recaudar todos los impuestos, traspasar al Estado una cantidad por los servicios que preste y pactar una cuota de solidaridad razonable», dijo el diputado de ERC, en una petición implícita de su propio concierto económico, como el que tienen reconocido por la Constitución, por sus derechos forales, País Vasco y Navarra. «Sin soberanía fiscal no facilitaremos ninguna investidura», amenazó el parlamentario independentista.«Tras comprar la Presidencia del Gobierno con una amnistía, se disponen a comprar la Presidencia de la Generalitat con una agencia tributaria propia» Cuca Gamarra Secretaria general del PP«A ver si somos capaces de abandonar posiciones extremas para llegar a un punto de coincidencia y a un punto común», respondió Montero, trasladando ese mensaje a la vez a ERC y al PP. «Saben perfectamente que el PSOE no comparte el modelo de concierto económico que ponen encima de la mesa, pero sí creemos que se tienen que contemplar las singularidades. Le invito a avanzar en este debate», apostilló la vicepresidenta primera. El problema, claro está, es qué entiende cada uno por singularidad y si debe o no traducirse en privilegio.El diputado del BNG, Néstor Rego, advirtió precisamente a Sánchez que si alguna comunidad necesita «un sistema de financiación singular», esa es Galicia por la dispersión poblacional que tiene. El presidente le prometió dar a su región «trato análogo» al resto de territorios. Después, Bravo volvió a la carga contra Montero y le recordó que los separatistas llaman «cupo» a esa singularidad que les promete la Moncloa. «El PP juega a una confrontación permanente con parte de España. Tiene obsesión con que los debates se centren en Cataluña. Sentémonos con discreción y lleguemos al acuerdo de un modelo para el conjunto de España», emplazó Montero, con una mano tendida a su derecha y otra a su izquierda. El dilema es que cada mano empuja en una dirección opuesta.
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