La Francia que se dispone a vivir un cambio histórico muy profundo e imprevisible para su futuro, el futuro de la Unión Europea, el euro, la Alianza Atlántica y su organización militar integrada, la OTAN, estará gobernada por la generación de políticos más faltos de preparación, como gestores, de la historia de la V República, creada entre 1958 y 1962. Esa tragedia tiene dos orígenes bien conocidos pero silenciados por la marea negra populista de todas las familias políticas nacionales, que han preferido dejarse dirigir por perfiles maduros sin formación ni escrúpulos, y jóvenes tan ambiciosos y faltos de miramientos como alejados de la práctica de la gestión en la vida pública, estatal y privada. Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si ‘La tiranía de la mediocridad’, de Sophie Coignard: cuando es más importante la gimnasia que las matemáticas César Antonio MolinaLa primera tragedia educativa que está viviendo Francia es la gran crisis de las dos grandes instituciones donde se formaron las élites políticas y gestoras desde el fin de la Segunda Guerra Mundial: la École Nationale d’Administration (ENA) y el Institut d’études politiques de Paris, conocido como Sciences Po. En su origen último, la ENA se fundó a finales del XVIII, con la Revolución de 1789-93, para cobrar su identidad definitiva en 1945, cuando se convirtió en una gran escuela nacional de formación de élites gestoras para el Estado y la gran empresa, pública y privada.Cuatro de los siete presidente de la V República, Valéry Giscard d’Estaing, Jacques Chirac, François Hollande y Emmanuel Macron, estudiaron en la ENA. Los otros tres presidentes del Régimen tenían una experiencia excepcional. Charles de Gaulle era un héroe nacional. Georges Pompidou fue un gran banquero de negocios. Por su parte, François Mitterrand fue ministro en muchas ocasiones antes de llegar al Elíseo. Se cuentan en decenas los ministros, diputados y personalidades políticas influyentes que pasaron por la ENA, durante varias décadas. Baste recordar a Ségolène Royal, Jean-Pierre Chevénement, Jean-François Copé, Élisabeth Gigou, Pierre Moscovici, Valérie Pécresse, Laurent Wauquiez. Ellos, entre muchos otros, ocuparon y siguen ocupando puestos políticos y de gestión de primera importancia. Y pudieron ‘reciclarse’ en puestos de gran influencia una vez concluida su carrera política.Ante esa historia única y excepcional, Emmanuel Macron decidió cerrar la ENA, para convertirla en Institut National du Service Public (INSP), a partir del 1 de enero de 2022, trasladando su sede central a Estrasburgo, con una ‘sucursal’ en París. La formación de altos funcionarios del Estado quedaba asegurada, pero el nuevo Instituto perdió y no es fácil que recobre el ‘glamour’ histórico de la ENA.La decadente Science PoPara un joven ambicioso, con aspiraciones políticas, París es la matriz única de todas las carreras, en Francia. Así es reconocido por la gran literatura (Balzac), la historia política y la más pura evidencia práctica. Un diploma de la ENA fue una carta de visita única. Un diploma del INSP inspira una cierta piedad pública y política. Sin el ‘glamour’ legendario de la ENA, pero con una fama bastante equiparable, el Institut d’études politiques de Paris (Sciences Po), fundado en 1872 , refundado en 1945, es otro de los grandes viveros donde se han formado, con éxito, varias generaciones de políticos franceses de primera importancia.Estudiaron y fueron fieles a su escuela de formación política primeros ministros, ministros de asuntos exteriores, personalidades históricas, como Simone Veil, Michel Rocard, Pierre Mauroy, Alain Juppé, Lionel Jospin, Laurent Fabius, Georges Pompidou, Michel Debré, Maurice Couve de Murville, Raymond Barre, Jacques Chapan-Delmas, Édouard Balladur… No se puede escribir la historia política de Francia de las últimas décadas sin esos personajes, entre otros. Ellos escribieron las páginas más brillantes del socialismo y la derecha clásica de Francia.La matanza del 7-O convirtió Science Po en un campo de batalla entre moderados e izquierdistas J.P. QuiñoneroSciences Po entró en crisis hace años. Y la matanza terrorista de Hamás, el 7 de octubre del año pasado, agravó todas las crisis de fondo, convirtiendo la institución en un campo de batalla entre estudiantes izquierdistas, minoritarios, y estudiantes moderados, mayoritarios, pero desbordados por las ocupaciones con banderas y pancartas defendiendo las tesis de Hamás. Esa crisis estuvo precedida por la irrupción de chicas musulmanas partidarias de llevar velos islámicos en un recinto que fue, en otro tiempo, un sanctasanctórum de la cultura política laica y republicana. Las crisis de la ENA y Science Po ha coincidido con la irrupción en el campo de minas de la vida política francesa de jóvenes y muy jóvenes lobos, con pocos escrúpulos y muy escasa formación cultural, política y gestora.Bardella, la talla de hoyEl modelo canónico de la nueva generación que se dispone a conquistar el poder, hoy, es Jordan Bardella (28 años), presidente y líder de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen. Si los pronósticos se confirman, Bardella podrá ser primer ministro de cohabitación con Emmanuel Macron, presidente y jefe del Estado. Bardella solo tiene un certificado de bachiller. No consiguió aprobar el examen de ingreso en Sciences Po , abandonó los estudios de abogacía sin llegar a tener un título. No ha trabajado nunca, no tiene ninguna experiencia de gestión de ningún tipo. Pero es un político profesional desde hace ocho años. Toda su carrera política se confunde con su sucesión de compañeras sentimentales de extrema derecha, para culminar como pareja de hecho de una nieta de Jean-Marie Le Pen. Con esa trayectoria, Bardella puede ser el jefe de gobierno de una de las grandes economías de la zona euro y la OCDE, tercera potencia atómica mundial, con puesto permanente en el Consejo de seguridad de la ONU.La matanza terrorista de Hamás agravó todas las crisis de fondo, convirtiendo la institución en un campo de batalla entre estudiantes izquierdistas y moderados, mayoritarios, pero desbordados por las ocupaciones con banderas y pancartas defendiendo las tesis de HamásSu protectora y aspirante a la presidencia de la República, Marine Le Pen (55 años), sí consiguió un título de abogada, pero no ha ejercido nunca ni tiene ninguna experiencia de gestión. Como europarlamentaria está perseguida por el Parlamento Europeo por presunta extorsión de fondos públicos europeos. Según las estimaciones por confirmar, la segunda gran fuerza política francesa, hoy, es el Nuevo Frente Popular (NFP), donde se integran sin entenderse completamente La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, el PCF y los Verdes. El líder fundador del NFT, Jean-Luc Mélenchon (75 años), tampoco tiene estudios particulares. Nació en el seno de una familia murciana que emigró al norte de África. Antes de llegar a secretario de Estado para la educación profesional, Mélenchon trabajó como corrector de imprenta, en una estación de servicio, para conseguir un certificado de literatura moderna, compatible con el periodismo de provincias y el periodismo militante. Con ese bagaje, Mélenchon propone la «refundación» de la V República. Pero no consigue convencer al resto de las izquierdas. En LFI, Mélenchon está rodeado de media docena de hombres y mujeres, con pocos estudios y escasa experiencia.Los CV que vienenEn el PS hay dos figuras ascendentes. Olivier Faure (55 años) y Raphaël Glucksmann (43 años). Faure tiene un diploma de derecho económico, pero no ha trabajado nunca. Es un profesional de la política desde poco más de los veinte años. Glucksmann, hijo de André Glucksmann, gran figura del pensamiento francés, estudió en Sciences Po sin llegar a terminar los estudios. Prefirió el periodismo ‘independiente’, sin trabajo en ningún medio profesional, con una vida política y amorosa muy intensa en Georgia y Ucrania, antes de convertirse al liberalismo económico y europeísta, para aceptar cabeza de lista del PS en las europeas.L promoción de 1948 del ENA, después de su refundación tras la II Guerra Mundial ABCEn la tercera fuerza, los aliados de Macron, destaca el actual primer ministro en funciones, Gabriel Attal, que estudió con éxito en Sciences Po pero no consiguió acabar la carrera de Derecho en la Sorbonne: abandonó esos estudios para dedicarse a la política como consejero de varios gabinetes socialistas. Tampoco ha trabajado nunca en la empresa privada. Está al frente de un gobierno donde abundan las personalidades con muchos títulos y experiencia: todos están renegando o abandonado a Macron a su incierta suerte.Al frente de Los Republicanos (LR), derecha tradicional, François-Xavier Bellamy (38 años) estudió Filosofía en la Sorbonne, pero no ha trabajado nunca y lo tiene muy difícil para salvar a su partido del hundimiento histórico.A la ultraderecha de Reconquista, su líder, Éric Zemour (65 años), solo ha trabajando como polemista político en radio y televisión. Abandonó a su esposa e hijos para fugarse con una joven, Sarah Knafo (31 años), con pocos estudios pero mucha ambición sin experiencia profesional de ningún tipo.
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