Nacido en la pintoresca isla de Froya, en el corazón del Mar de Noruega, Gustav Magnar Witzøe (31 años), conocido popularmente como ‘el Príncipe del salmón ‘, se ha erigido como una de las figuras más adineradas de Noruega y del mundo. Sin embargo, aunque su riqueza es impresionante, no puede acceder directamente a ella. ¿El motivo? Su fortuna está bajo el control de su padre, el magnate del salmón Gustav Witzoe , quien es el fundador de Salmar, una de las empresas líderes en el cultivo de salmón a nivel mundial.En 2013, el padre de Gustav decidió transferir el 53% de las acciones de Salmar a su hijo, asegurando así su futuro financiero. A pesar de ser el heredero universal de la empresa, Gustav Magnar ha optado por no asumir aún el control de la compañía. En su lugar, ha elegido seguir su pasión por la moda y disfrutar de una vida llena de lujos y experiencias únicas.TE RECOMENDAMOS El lado más personal de Cristiano Ronaldo: su mujer, sus hijos y sus lujosos intereses Daniella Bejarano Marta Riesco, eufórica con el «tío increíble» de ‘La Voz’ que es su nueva ilusión sentimental A.B. BuendíaSu pasión por la moda y los lujosTras completar sus estudios secundarios, Gustav, conocido cariñosamente como Gus por sus amigos, se mudó a Nueva York para perseguir su sueño de convertirse en modelo. Con el apoyo de su fiel amigo Jan Thomas , logró firmar con la prestigiosa agencia Next Models Worldwide , marcando el inicio de su ascendente carrera en el mundo del modelaje.Con más de 133.000 seguidores en Instagram, Gus se ha convertido en una celebridad en Noruega. Su vida está marcada por viajes exóticos, coches de lujo y una devoción por la moda de alta gama. Entre su impresionante colección de vehículos, destaca el Lamborghini Urus, uno de los SUVs más codiciados del mercado. Sin embargo, su amor por la velocidad le ha jugado malas pasadas: una vez fue arrestado por conducir a 116 km/h en una zona con límite de 60 km/h, lo que le costó dos semanas en prisión. «Fue una experiencia extraña. Me sentí muy mal cuando sucedió. Ahora conduzco mucho más tranquilo», confesó a la revista ‘Dagbladet Magasinet’.Además del modelaje, Gustav Magnar ha demostrado tener un ojo agudo para los negocios, invirtiendo en el mercado inmobiliario y en diversas startups tecnológicas. Su inclinación por la moda quedó evidenciada en la MET Gala , donde lució un diseño que capturó la atención de la prensa internacional, reafirmando su ambición de convertirse en un modelo de renombre.El futuro de Gustav Magnar Witzøe parece tan brillante como las luces de Nueva York, mientras continúa navegando entre su legado familiar y sus propias pasiones. Su historia es la de un joven que, aunque nacido en la opulencia, busca forjar su propio camino en el mundo del glamour y la moda.
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