Junto a Iribar y Sadurní era uno de los mejores porteros del momento. Miguel Reina (Córdoba, 1946) marcó una época en el Barcelona (1966-73) y en el Atlético de Madrid (1973-80), clubes en los que ganó dos Zamora. Los que le vieron jugar destacan una agilidad poco común, unos reflejos extraordinarios y su acierto a la hora de colocar la defensa, lo que también le llevó a la selección española. Padre del también guardameta y campeón del mundo Pepe Reina, el cordobés forma parte de una de las fotografías más icónicas del Barça de Cruyff , el gol imposible que le valió a la estrella azulgrana el apodo de ‘el holandés volador’. «Fue impresionante. Gracias a él, aún me recuerdan. Uno de los goles más bellos que me han hecho es el que me marcó él», recuerda divertido.Noticias Relacionadas reportaje No Se retiró a los 30 años Jota Peleteiro, de los campos de fútbol a líder del negocio agrícola Javier Asprón reportaje Si DESPUÉS DEL… WATERPOLO Dani Ballart, del bañador al ‘paleotraining’ Sergi FontReina atiende la llamada de ABC subido a una bici estática, con la que trata de mantenerse en forma. A sus 78 años goza de una vida tranquila en su Córdoba natal. «Ahora paseo, disfruto de mis amigos, juego al dominó, guiso en mi casa y valoro el placer de hablar con mis nietos», asegura, al tiempo que elogia a su hijo Pepe , su sucesor bajo los palos: «Es un ejemplo vivo de lo que hay que hacer en el deporte. Buena persona, honesto, entregado y buen compañero. Cada día doy gracias a Dios por la familia que tengo». Atrás ha quedado su etapa como futbolista, que recuerda con mucho cariño: «Cuando somos niños todos tenemos pensamientos de llegar un día a ser algo o emular a tus ídolos. Y yo he tenido la suerte de estar bajo los palos de quien fue mi ídolo durante mi niñez, que era don Antonio Ramallets».Reina supo desde que empezó a defender la portería del Córdoba, equipo con el que debutó en Primera división, que debería labrarse un futuro para cuando el balón dejara de rodar. «No eran los tiempos de ahora y yo ya me iba haciendo a la idea de que al dejar el fútbol tendría que seguir trabajando. Ya cuando estaba en activo me dedicaba al mundo de la representación comercial, era comercial», explica. Y con su gracejo andaluz desvela su adaptación a la vida laboral tras colgar las botas, en 1980. «Al día siguiente de retirarme, en lugar de ir al estadio del Manzanares me iba al número 112 de la calle Hermosilla, que es donde está la oficina de compra de El Corte Inglés», apunta. Y añade: «Representaba a varias firmas y le vendía productos al Corte Inglés. Joyería, confección… representaba también a personas que tenían sus propias empresas. Era agente comercial colegiado». «Ser futbolista me ayudó mucho», reconoce, pero advierte: «Como todo en la vida, hay que ser serio, formal y honrado. Eso son los tres pilares fundamentales que hay que tener para poder triunfar en la vida».MÁS INFORMACIÓN noticia Si Después del… snowboard: Regino Hernández, de la medalla olímpica a la nada noticia Si Después del… baloncesto: Nino Buscató, entre la canasta y la panadería noticia Si Alberto Berasategui: el drive más raro se pasó al pádel noticia No Sergio López: del bronce en Seúl al salón de la famaConocido y querido en Córdoba, recibió la llamada del PP para entrar en sus listas en las elecciones municipales de 2011. En 2013 era el concejal de Deporte s. «Yo encantado porque es mi ciudad y pensé que podía ayudar a algo más de lo que se estaba haciendo. Y así fue», comenta. «Cuando entré había un plan sobredimensionado, se debía un millón de euros… Valoré las necesidades que había, hice dos campos nuevos, mejoré las instalaciones, el césped y la iluminación de varios más, hice dos piscinas nuevas, se pagó la deuda del millón de euros y cuando me fui había un remanente de 780.000 euros. Mi labor no fue mala», asegura. Aunque advierte: «La política es para el político. Yo me brindé porque sabía que podía ayudar a la Córdoba de mi alma. Cuando vi que ya lo había hecho me fui».
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