Retumbó el «¡gooooool!» en la Monumental pamplonica y se abrieron las compuertas del cielo navarro en un tremendo aguacero mientras planteaba faena Chicharro. Transcurría entonces el segundo capítulo del estreno de la Feria del Toro. Pero cuando tocaba la hora del tercero, la tormenta creció y el presidente aguantó sin asomar el pañuelo varios minutos para ver si aquello cesaba. Mientras, Samuel Navalón pedía y pedía que saliera el novillo de Pincha. Noticia Relacionada estandar Si Jarocho o cómo cambiar la vida por naturales Rosario Pérez El debutante, sensacional con la izquierda, desoreja al último de una exigente novillada de Fuente Ymbro y sale por la Puerta Grande; oreja para Peñaranda y MartínEl de Ayora, uno de los novilleros más prometedores, no quería perder su oportunidad en el escaparate más internacional. De imagen cinematográfica la estampa del torero, con la montera calada, el cuerpo empapado y las ilusiones intactas. Diluviaba en Pamplona, el público se resguardaba en gradas y andanadas -apenas unos valientes permanecieron en el tendido-; los diálogos se sucedían en el callejón entre los toreros y, uno, Navalón, continuaba en la arena con la mirada clavada en toriles. Pero ya no se abrirían más, pues el presidente, con buen criterio y poniendo sensatez, suspendió el festejo pasadas las nueve de la noche. El ruedo era entonces una piscina imposible. Sólo un estoico quite por caleserinas pudo dejar Navalón en su turno de quites frente al segundo. Se cantó el «gooool» nada más aparecer Sonámbulo, tan chico y justo de trapío. Marcaba España, caían las primeras gotas de agua y se plantaba de hinojos con un farol Alejandro Chicharro, que se arrodilló también en el inicio de faena, deslucido por el desarme. Traía movilidad el animal, al que le dio fiesta por ambos lados, por delante y por detrás. Sobrado y buscando la conexión con los tendidos, en un pase por la espalda acabó siendo prendido en un feo momento. Empapado bajo el aguacero, remató por bernadinas antes del desacierto con la espada. El acero fue la cruz también de Jarocho, que pinchó y pinchó al Pincha que inauguraba la arena. A las ocho y ocho, Daniel, el torilero protagonista del cartel de San Fermín, abría por primera vez la puerta de los miedos. De rodillas, con una larga cambiada, saludó el triunfador de San Isidro a a este Pícaro, astifino, altote y estrecho, al que cabían unos cuantos kilos más. Toreramente arrancó Roberto Martín con ayudados por alto e imprimió gusto en cada serie, con unos naturales de notable tono frente a un animal que desarrolló muy buen y noble fondo. Con una ovación en el arrastre lo despidieron. Ya sólo veríamos luego a Sonámbulo, mientras sus hermanos de Pincha se quedaban con su bravura dentro y los novilleros con el sueño de Pamplona por cumplir. Qué disgusto se llevó Navalón, al que no llegó su hora. Feria de San Fermín Plaza de toros de Pamplona. Viernes, 5 de julio de 2024. Primera de la Feria del Toro. Dos novillos de Pincha, de justa presencia y nobles los dos; mejor el 1º. Jarocho, de azul cielo y oro. Tres pinchazos, estocada que hace guardia, otra que asoma y descabello (silencio). Alejandro Chicharro, de azul rey y oro. Pinchazo, bajonazo y tres descabellos (silencio). Samuel Navalón, de grana y oro. Suspendido el festejo antes de que saliese el tercero.
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