El más Hermoso adiós de Pablo, rey de Navarra

Home People El más Hermoso adiós de Pablo, rey de Navarra
El más Hermoso adiós de Pablo, rey de Navarra

No recordaban los ojos pamplonicas tan desbordada emoción. Se despedía el rey a caballo de Navarra. «¡Pablo, Pablo!», coreaba la plaza antes de que los mariachis regalasen un final apoteósico, de gargantas rotas, de miradas encendidas y otras que se nublaban. Lloraba el caballero de Estella; lloraban los suyos; los fans de la andanada, completamente enloquecidos, alzaban la bota de vino, se desanudaban el pañuelico y lo ondeaban hasta el cielo que durante nueve días no verá nada más que mareas blancas y granas. Era el final de una era, aunque no el de la dinastía, que seguirá pidiendo titulares con Guillermo. A caballo se marcharon padre e hijo por la puerta grande pamplonesa, la primera –y la última– compartida. Histórica de principio a fin. Fue el más Hermoso adiós, con los tendidos repletos y apasionados en medio de aquellas notas mexicanas brindadas a Pablo, que se marcó un baile antes del abrazo con Guillermo, el heredero. Con una casaca de inspiración rondeña, de rojo sanferminero y plata en los bordados, se despidió de su tierra un rejoneador de oro: Hermoso I, dueño y señor de Navarra. Dijo adiós sin que se tuviesen noticias del encuentro más esperado de la afición, un cartel con Diego Ventura, tan injustamente tratado en el norte. Pero era el 6J de Pablo Hermoso de Mendoza, un día para rendir honores al gran maestro que puso el rejoneo en su sitio. Soberbia fue su primera faena, en la que impartió una inolvidable lección de toreo ecuestre con un bravo toro del Capea, que lidió una gran corrida (Guillermo invitaría a dar la vuelta al ruedo al mayoral tras arrancar con raza las dos orejas del sexto). Qué alegría y clase traía Presumido, al que Pablo enceló fenomenalmente a dos pistas, con temple infinito y un quiebro por los adentros imposible. Medio anillo recorrió por hermosinas para enmarcar: maravillosa la sinfonía. Puro corazón Berlín, que hundió el hocico y metió riñones en una trinchera majestuosa, de pletórico valor. No habría pasaje tan valioso en toda la tarde, aunque ahí quedó también ese cite al pitón contrario y unas piruetas en las que cabalgaban los sueños de chicos y mayores. Los del Pablo niño y los del Pablo maestro y padre. Cuánta emoción en un solo capítulo: en el primero, con lo difícil que es. Un carrusel de cortas puso el broche a la fiesta antes de enterrar un rejón. Defectuoso, sí, pero no era momento de sacar la escuadra y se desató una pañolada abrumadora. De dos orejas que premiaban la obra y toda una vida a caballo. «Adiós con el corazón…», le dedicó Pamplona en la anochecida tras el iluminado y mayúsculo ‘GRACIAS’. Imborrable despedida. San Fermín Monumental de Pamplona. Sábado, 6 de julio de 2024. Segunda de feria. Lleno. Toros del Capea y Carmen Lorenzo, de gran juego en conjunto. Pablo Hermoso de Mendoza, rejón contrario caído (dos orejas); cuatro pinchazos y medio rejón (vuelta al ruedo). Roberto Armendáriz, bajonazo contrario y descabello (vuelta al ruedo por su cuenta); rejón trasero y siete descabellos (vuelta al ruedo por su cuenta). Guillermo Hermoso de Mendoza, rejón muy trasero, rejón y cuatro descabellos (saludos); pinchazo y rejón contrario trasero y caído (dos orejas).

Leave a Reply

Your email address will not be published.