Durante años, el problema de las unidades adscritas al Ministerio de Cultura fue la falta de personal. La crisis, el olvido crónico por parte de la Administración y la falta de convocatorias de empleo público dejaron a las instituciones culturales públicas bajo mínimos. La crisis de vigilantes de los museos , que hasta hace un año estuvieron provocaron cierres de salas, fue una consecuencia de todo esto. A esta situación, que mal que bien empieza a resolverse por las nuevas plazas convocadas, se suma otra amenaza: el éxodo de conservadores, técnicos, archiveros y bibliotecarios a otros ministerios por la precariedad laboral. Varios trabajadores consultados hablan de «fuga de talento» en el departamento que dirige Ernest Urtasun . ¿La razón? El Ministerio de Cultura está entre los que peor pagan a sus funcionarios.Lo explica Alfonso, que trabaja en el Museo de América como parte del cuerpo de ayudantes de museos. «Siempre te dicen: oposita, que si eres un funcionario vas a tener estabilidad. Pero cuando entras en Cultura te das cuenta de que tú no la tienes, pero los compañeros de otros ministerios sí. Es verdad que no somos más precarios que la mayoría de la sociedad, porque somos funcionarios, pero comparados con otros cuerpos hay mucha precariedad. Hay mucha gente que de verdad no llega a fin de mes. Esto da una idea de la prioridad que le da la Administración a las personas que se dedican a la custodia y enriquecimiento del patrimonio. Cuando entré, me dijeron: tenéis que resignaros a saber que sois la subdirección peor pagada del ministerio y aceptar que esto es un trabajo vocacional». Este problema afecta especialmente a los museos.Corroboran esta denuncia datos recogidos por algunos trabajadores en el Portal de Transparencia. El cuerpo facultativo de conservadores, archiveros y bibliotecarios (A1), que se corresponde con los niveles más altos de responsabilidad y conocimientos especializados, es el segundo peor pagado de toda la Administración dentro de esa categoría. A su sueldo base (unos 27.300 euros comunes en todos los trabajadores públicos de ese nivel) se le suma un complemento específico de 6.479 euros. Ocupan el puesto 18 de los 19 rangos salariales que hay en este complemento. Un médico o un veterinario gana 2.500 euros más, y un técnico de instituciones penitenciarias, 8.300 euros más. Con los ayudantes de archivos, bibliotecas y museos (A2), que están un escalón por debajo del cuerpo facultativo, ocurre algo similar. Son los quintos peor pagados. Con un salario de unos 22.800 euros solo se les remunera con 5.312 euros más como complemento, cuando un ejecutivo del servicio de vigilancia aduanera gana por este concepto 9.192 euros.«No hay ningún criterio científico o técnico para asignar estos complementos, nada. Quizá tenga que ver con que somos uno de los cuerpos más feminizados de la Administración. No sé si está relacionado, pero es muy sintomático», denuncia Alfonso.Noticia Relacionada estandar Si Cultura bloquea la restitución de obras expoliadas por el franquismo a un alcalde republicano Jaime G. MoraIván estuvo trabajando como auxiliar de bibliotecario también en el Museo de América hasta el pasado mes de febrero, cuando consiguió otra plaza también como C1 -la tercera categoría después de facultativo y ayudante- en el Tribunal Constitucional. «Ahora gano un 90 por ciento más. El mío es un caso extraordinario, pero he pasado de un sueldo de nivel 15 a uno de nivel 26». Antes de ingresar en el Ministerio de Cultura, Iván era interino en el Ayuntamiento de Majadahonda. «Mi primera nómina en Cultura fue de unos 500 euros menos. En la biblioteca del Museo de América había un ayudante (A2) y se fue al Ministerio de Agricultura. Yo empecé a hacer sus tareas, pero al cumplir dos años empecé a mirar sitios». Desde su marcha, hace cinco meses, la biblioteca no presta servicio. «Con la nueva promoción cubrirán esa vacante. Pero, ¿qué va a pasar? Que con un sueldo de poco más de 1.200 euros me extrañaría que el próximo aguante mucho. A la mínima que podemos, nos vamos. En Cultura, olvídate de un complemento de productividad, de que te suban el nivel… olvídate de todo. Hay fuga de talento. O el ministerio espabila, o se van a quedar plazas sin cubrir, se van a cerrar bibliotecas y servicios».La falta de oportunidades para subir de nivel, una vez consiguen su plaza, es otra de las desigualdades que sufren estos trabajadores respecto a otros funcionarios de la Administración. «Nosotros entramos con un nivel 24», dice una archivera del cuerpo de facultativos (A1) que prefiere no dar su nombre. «Pues es muy raro que alguien logre subir del 24 [esto es, que suban de categoría y ganen más]. En otros cuerpos, como los inspectores de Hacienda, entran directamente con un nivel 26, y lo normal es que al año, o incluso a los seis meses, ya sean un 28. Yo conozco gente que lleva treinta años en su puesto de trabajo y no ha logrado subir de nivel. Estas diferencias no solo están dentro de la Administración General del Estado, sino también con las comunidades autónomas, donde la diferencia puede llegar a ser de 500 euros más al mes. Algo falla. Los archiveros somos los que garantizamos los derechos de la ciudadanía. Si faltan archiveros, no hay transparencia. Estos cuerpos que eran tradicionalmente femeninos son los peor remunerados de la Administración. Vas a un arquitecto o a un ingeniero, y tienen un sueldazo».Noticia Relacionada estandar Si Seis años después, Cultura solo ha conseguido impulsar el 30% del Estatuto del Artista Jaime G. Mora La Unión de Músicos presenta una guía con todas las medidas aprobadas desde 2018Según información recabada por un grupo de trabajadores de museos, en el Museo de América, de un total de 22 trabajadores en los cuerpos mencionados, se han marchado 7 en los últimos tres años; un 32 por ciento. En el Museo Sefardí, de 16 se han ido 4; un 25 por ciento. En el Museo Nacional de Artes Decorativas, de 25 se han ido 6; un 24 por ciento. En el Museo del Traje, de 20 se han ido 4; un 20 por ciento. Incluso en la propia Subdirección de Museos Estatales, donde las condiciones son algo mejores, de 25 se han ido 7; un 28 por ciento… «El problema está ahí: los museos se vacían y nos estamos quedando sin talento», resume Alfonso.En los museos que se encuentran fuera de Madrid la desbandada es, en ocasiones, más acusada porque pesa sobre ellos «la centralización de la cultura», comenta otra funcionaria consultada. «La mayoría de opositores son de Madrid o quieren estar en Madrid». Museos como el Sefardí o El Greco, en Toledo, lo sufren. Suelen ser la segunda opción. «Los que no nos movemos es por cuestiones de conciliación», asegura Henar, que trabaja como archivera en el Ministerio de Defensa, adonde accedió por las oposiciones que convoca Cultura. «Yo vivo y trabajo en Ávila, y por cuestiones familiares me interesa seguir aquí. Resulta paradójico que en unos ministerios se paguen unos complementos muy distintos a otros. Da la casualidad de que el movimiento es siempre de Cultura hacia otros ministerios. Yo tengo compañeros que se han ido a Barcelona con un sueldo de 1.200 euros. ¿Tú crees que se puede destinar a un chico de Valladolid o de Córdoba a Barcelona por ese sueldo?».Urtasun, desde que llegó al Ministerio de Cultura, ha incorporado a su discurso la necesidad de dar un marco laboral menos precario a los trabajadores de la cultura. «Hay que mejorar las condiciones de trabajo de los artistas, de nuestros creadores, que a veces la gente se piensa que el mundo de la cultura es un mundo de élite y no, hay muchos creadores que trabajan muy en precario», dijo en una entrevista. Pero se refería al sector privado, no al equipo que dirige como máximo responsable del ministerio. Jordi Martí , su secretario de Estado, sí afirmó hace un mes que le había «sorprendido» conocer esta situación. «Tenemos niveles salariales bajos, y los responsables saben que es difícil cubrir plazas».Noticia Relacionada estandar Si Mil documentos mojados y goteras: los daños en la Biblioteca Nacional que Cultura ha ocultado Jaime G. Mora ABC accede al informe que revela la gravedad de las afectaciones sufridas por las lluvias torrenciales de la DANA de septiembre de 2023De momento, la única solución que están encontrando desde Cultura es impedir las movilidades, que es otra forma que tienen los funcionarios de cambiar de puesto. «La consigna que tienen los directores de los museos es no permitir movilidades por comisiones de servicio», dice Alfonso. Así que cuando cumplen los dos años que necesitan para consolidar la plaza, optan por sacarse otros concursos. Eso no lo pueden impedir. «Y el problema, siempre, es que la gente nueva que entra no es suficiente para cubrir a la gente que se va».
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