Vestido con un traje gris y sandalias, George Smoot (1945, Florida) se muestra contento de visitar España. «Ha estado varias veces por aquí, pero más que en Madrid, por la periferia del país», explica sin perder la sonrisa. Sabe que estos viajes son ‘gajes del oficio’ del Nobel, un premio que recibió en 2006 por descubrir que, justo después del Big Bang , surgieron unas irregularidades en el Universo, unas ‘semillas’ a partir de las cuales se crearon las galaxias que Hoy nuestros observatorios escudriñan en el cielo. No fue fácil: el instrumento con el que las halló, el Explorador del Fondo Cósmico COBE (Cosmic Background Explorer), estuvo a punto de no despegar nunca después del desastre del Challenge. Pero todo salió bien y algo más de una década después, la Academia de las Ciencias de Suecia pronunciaba su nombre y le convertía en una celebridad. Conferencias, congresos, ruedas de prensa, entrevistas e incluso cameos en series de televisión, Smoot dice que aceptó encantado esta parte del trabajo. También la de las críticas, que encajó con el mismo talento que hoy muestra justo antes de participar en una nueva edición de ‘Nobel Prize Conversations’, la iniciativa de la Fundación Ramón Areces que invita a charlar en la capital a científicos de primer nivel.El encuentro, que comparte con Katalin Karikó, Premio Nobel por el desarrollo de las vacunas ARNm, y Mara Dierssen, experta mundial en síndrome de Down, se titula ‘Lo imposible lleva más tiempo’. Él ha aprendido bien esa lección.-Usted demostró que la radiación de fondo de microondas, o el ‘eco’ del Big Bang, no era homogénea como se pensaba. ¿De dónde surge esta teoría y por qué se pone a investigarla?-Había varios científicos pensando acerca de esta idea. Pero yo siempre estuve interesado en la pregunta de cómo surgió el universo y por qué se expandía desde un estado caliente y denso. También estaba en el aire la cuestión descrita por un artículo del físico británico Dennis Sciama en el que planteaba que, si el cosmos estaba rotando, se vería un extraño patrón en el cielo. Pensé que sería genial hacer un experimento para probarlo. Hicimos pruebas en tierra, en cima de montañas… Y más tarde con COBE, en el espacio, probamos que aquella radiación venía del Big Bang. Después pensé que ese instrumento podía servir también para buscar las semillas de las galaxias. Aquí es donde encontramos esas variaciones que, en realidad, eran cúmulos y supercúmulos de galaxias. -Porque su trabajo probó que la teoría del Big Bang, de la gran explosión al principio de todo, era la válida, ¿no es así?-Se puede decir que está muy bien confirmada: si pones un modelo muy simple del cosmos con materia ordinaria, materia oscura, energía oscura, y demás ingredientes del Big Bang, y lo ejecutas en tus programas de ordenador, consigues hacer un gemelo del universo que se ajusta a la realidad mejor que tu ropa a tu cuerpo. Todo encaja como un puzle, formando un todo. Así que ahora no es tan fácil como cambiar una sola pieza. De haber otra teoría, debería transformar todo el puzle.-Es un poco, salvando las distancias, como la Teoría de la Relatividad de Einstein, que por mucho que se ponga a prueba, siempre sale airosa.-El problema de la cosmología es que solo tienes un solo universo sobre el que hacer los experimentos. Y para ver cosas que no están relacionadas, debes mirar en partes muy diferentes que no están en contacto. Y, en ese caso, necesitas más y más verificaciones para saber qué está pasando. Además, tienes que tener en cuenta que la gente comete errores en las observaciones, en las interpretaciones o en análisis de datos, es algo humano. Y puede que nos hayamos dejado fuera alguna respuesta importante que eventualmente descubramos. O no. Es como ese nuevo continente sumergido que han descubierto en Australia que nos cuenta una nueva historia. Eso nos dice que lo que vemos ahora va a desaparecer, porque no es un escenario estático. Lo mismo pasa con el universo. Espero que llegue el momento de que hayamos mapeado tan bien el cosmos como para no encontrarnos algo parecido a un nuevo continente. Si acaso algo así como pequeñas ‘islas’…-Hay quien plantea que el universo no es uno solo, sino que puede haber varios… -Culpo a Marvel de esto (se ríe). Pero cuanto más lo pienso y más leo sobre el tema, más me viene esta pregunta a la cabeza: ¿es realmente necesario que haya múltiples universos? Quiero decir, me parece que hay mucho esfuerzo en cada cosa que sucede en el Universo como para que luego eso se ramifique en otro, y luego en otro… Yo pienso en el cosmos como un paquete único, más complicado de lo que pensamos, pero que sigue, sigue y sigue…Noticia Relacionada Al ‘otro lado’ del Big Bang estandar Si Proponen la existencia de un ‘antiuniverso’ en el que el tiempo fluye al revés José Manuel Nieves Un nuevo modelo trata de explicar la expansión acelerada del Universo sin necesidad de recurrir a la misteriosa y aún inexplicada ‘energía oscura’-Hablando de cosas complicadas, ¿no pensó en renunciar después de que la NASA le dijera que no podía enviar su satélite COBE al espacio tras el desastre del Challenger?-No. No tenía otra opción entonces. Quería respuestas y, además, no tenía otro trabajo. Había invertido tanto esfuerzo en idear y construir COBE que darme por vencido no era una opción. Y me metí en problemas por acudir a la Agencia Espacial Europea y a los rusos. En la NASA se enfadaron mucho. Pero, por otro lado, les hizo pensar que era algo importante y que debíamos ser los primeros, porque la carrera espacial seguía, aunque se había convertido en algo distinto. Aún así, aquello fue complicado. Sin embargo, creo que no fue nada comparable a la vida diaria de mucha gente que se levanta y hace lo que tiene que hacer, aunque sea difícil y tengan problemas. Lo que pasa que lo suyo no tiene tanta visibilidad como lo mío. -En su caso, al final todo salió bien: gracias a sus descubrimientos ganó el Nobel y se volvió un personaje público. Tanto que incluso hizo un par de cameos en la famosa serie ‘The Big Bang Theory’. ¿Cómo vivió este cambio de vida?-¡He aparecido dos veces en la serie! Fue una gran experiencia. Al principio lo tomé como algo divertido. No niego que también fue abrumadora toda aquella atención. Ya tenía en marcha grandes trabajos de investigación pero, de repente, me convertí en portavoz de la ciencia, y encajarlo fue complicado. El primer año, cuando recibes el Nobel, es todo muy intenso: todos los reporteros quieren hablar contigo. Cuando pasan diez años, a nadie le importa. -También hubo algunas críticas. ¿Se arrepiente de aquella famosa frase de que su descubrimiento era ‘como ver a Dios para las personas que son religiosas’?En aquella rueda de prensa dije que habíamos encontrado las estructuras más grandes y antiguas jamás vistas en el universo. Pero muchos periodistas que estaban allí no tenían conocimientos científicos, así que me pidieron algunos ejemplos. Y entonces dije aquello de que, si eres religioso, este hallazgo era como ver a Dios. Uno de mis colegas, que era el presidente del grupo, se quitó la pipa de la boca y dijo: «Ojalá no hubieras dicho eso», lo que a mí me hizo mucha gracia. Por supuesto, aquel ejemplo fue el que saltó a los titulares. Así que sí, a veces también recibes críticas (dice con una sonrisa de oreja a oreja). Algo parecido le ocurrió a Peter Higgs, cuando la prensa bautizó su bosón como ‘la partícula de Dios’.-Sí, él quería que le llamaran la partícula de Higgs Yo lo conocía: era un tipo agradable, un poco tímido. Hay ámbitos de la ciencia, como las matemáticas o la química, que son más complicados de entender. Pero también te dije que, de joven, pensaba que el camino correcto era explicar el funcionamiento de la ciencia y cómo puede mejorar la vida de las personas. Pero después de hablar durante muchos años con mucha gente, me he dado cuenta de que hay quien no quiere la respuesta, la rechazan. Porque los humanos somos mucho más complicados. Sí, es triste, muy triste. Todos los días vemos ejemplos de personas que toman las mismas decisiones una y otra vez, aún sabiendo que no son buenas para ellos. ¿Por qué? No lo sé, tiene que haber otro mecanismo de recompensa interna que lo provoque. Por eso digo que somos tan complicados.-Es una visión algo pesimista. -Yo siempre digo que hay tres tipos de problemas: los problemas bien definidos, que pueden abordarse como científicos; los problemas moderadamente definidos, en los que con la ciencia puedes afinar esa definición; y problemas perversos, en los que no hay una solución bien definida y no hay forma de probar que lo que estás haciendo es lo correcto. Adivina cuáles involucran a las personas de lleno: los problemas perversos. Porque hay algunas personas perversas. Sí, por eso tenemos cárceles.
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