Creó un edén con la única intención de pintarlo, de inmortalizar en el lienzo el paso del tiempo, los efectos de la luz a cada hora del día y sus reflejos en el agua. Claude Monet alquiló en 1883 una casa en Giverny (Normandía) , que acabó adquiriendo en 1890. Allí se instaló con su segunda mujer, Alice Hoschedé, y sus ocho hijos. Tres años después compró el terreno anexo a la vivienda para crear su propio paraíso particular: un idílico jardín de 15 hectáreas plagado de un centenar de especies de flores y árboles exóticos, con un puente japonés –amaba el arte oriental– y un estanque de nenúfares. «Mi más bella obra maestra es mi jardín», decía.Pero más allá de Giverny, a lo largo de su carrera Monet pintó obsesivamente los mismos temas, distribuidos en series: los almiares del campo junto a su casa de Giverny, una hilera de álamos a orillas del río Epte, el Parlamento británico, las iglesias y palacios de Venecia, el puente japonés de su jardín, los nenúfares del estanque… y la catedral de Notre Dame de Ruan . «Es tan hermosa como Venecia», decía Pissarro de la capital normanda. Monet se desplazó hasta Ruan para pintar la bella catedral, de estilo gótico, en dos ocasiones, a principios de la primavera de 1892 y de nuevo en primavera de 1893. Los primeros lienzos representan el patio de Albane. Son los únicos realizados al aire libre. Noticias Relacionadas reportaje Si Impresionismo: 150 años de la gran revolución pictórica Natividad Pulido estandar Si ¿Quiénes fueron los fundadores del impresionismo? Natividad PulidoLuego se trasladó a la plaza de la Catedral, donde trabajó en la fachada occidental desde tres puntos de vista diferentes. Se instaló en un local en el segundo piso de la Oficina de Finanzas y en una lencería . Hoy, es la oficina de información turística de Ruan. Desde este edificio, pintó sus catedrales más luminosas y coloridas. Hizo hasta catorce versiones a la vez , pasando de un cuadro a otro, según la luz de cada hora del día. Muchas pinturas de la serie, considerada la cumbre del impresionismo , las acabaría en su estudio de Giverny en 1894. La mayoría están firmadas y fechadas ese año. Cuentan que el pintor no entró en la catedral hasta que acabó su serie.Monet se desafió a sí mismo en estas bellísimas pinturas. « Estoy trabajando sin descanso , no puedo pensar en nada que no sea la catedral», escribió a su mujer. Inmortalizó la catedral desde distintos lugares, a distintas horas del día y con unas condiciones climatológicas muy variadas, por lo que ninguna pintura se parece a otra. Hay vistas frontales y más laterales. La más repetida es la cara oeste de la catedral. Dependiendo del reflejo de la luz, ésta adquiere unos tonos azules, malvas, verdes, rosas, naranjas, ocres o grises.A la izquierda, la catedral de Ruan. A la derecha, una de las versiones de Monet ABC«Todo cambia, incluso la piedra» . Claude Monet escribió estas palabras en una carta y las plasmó en sus pinturas, transmitiendo una maravillosa combinación de permanencia y mutabilidad a medida que el sol transformaba diariamente la fachada de la catedral de Ruan. Aunque Monet pintó varios grupos de obras en los que exploraba el color, la luz y la forma de un mismo tema en distintos momentos del día, su serie de la Catedral de Ruan fue su trabajo más intenso en un solo lugar. Representa un cambio de rumbo del pintor. «Cada vez tengo mayor necesidad de reflejar lo que siento o experimento», decía.En mayo de 1895 el maestro impresionista seleccionó los que consideraba los veinte mejores cuadros de la serie para exponerlos en la galería parisina de su marchante, Paul Durand-Ruel . Pese al elevado precio para la época (15.000 francos), sus mecenas adquirieron ocho lienzos. Colegas impresionistas como Degas, Cézanne, Pissarro y Renoir visitaron la muestra y elogiaron la serie. Años después también se rindieron ante ella maestros como Kandinsky y Lichtenstein . En 2000, una de las catedrales de Monet, ‘Le Portail (Soleil)’, fue subastada en Sotheby’s de Nueva York por 24,2 millones de dólares . En 2018 la National Gallery de Londres expuso cinco de ellas en una sala, con motivo de la exposición ‘Monet & Architecture’. Fue una oportunidad única, pues ningún museo posee más de tres de obras de la serie. En la actualidad, las 31 pinturas están repartidas por todo el mundo y contribuyen a la fama mundial de la catedral de la capital normanda. En Francia se conservan siete, incluida una en el Museo de Bellas Artes de Ruan, que fue donada por un mecenas local como regalo a la ciudad en 1909.Incendios y bombardeosLa catedral de Ruan fue construida y reconstruida a lo largo de un periodo de más de 800 años y presenta rasgos que van desde el gótico temprano hasta la arquitectura flamígera tardía y renacentista, informa Reuters. Es famosa por sus tres torres, cada una de ellas construida en un estilo diferente. En 1822, un rayo provocó un incendio que destruyó la aguja renacentista de madera y plomo de la torre central. La nueva aguja de hierro no se terminó hasta pasadas seis décadas. Con sus 151 metros de altura, la catedral se convirtió durante un breve periodo en el edificio más alto del mundo. Fue parcialmente destruida por los bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial, antes del desembarco de Normandía. Los trabajos de restauración no concluyeron hasta la década de 1980.
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