Hace menos de dos años, recién fichada por Antena 3, Sonsoles Ónega fantaseaba con la posibilidad de mantener las audiencias de su franja y que su nueva casa fuera también la de su novela. No imaginaba que el futuro era tan corto y que le tenía reservados un puñado de premios. Terminada su segunda temporada presentando ‘Y ahora Sonsoles’, la periodista madrileña es el epítome de un año redondo, sin fisuras, líder una vez más en las tardes, con un Planeta por ‘Las hijas de la criada’ y con su adaptación recién firmada para una serie de Atresmedia TV. «Ni cuando empecé a trabajar en una agencia pequeñita de Manu Leguineche pensaba yo que el periodismo me iba a dar tantas satisfacciones y alegrías. No lo he soñado ni en los mejores días de mi vida», cuenta a ABC.El programa que presenta la periodista amplió este curso su horario, reforzando la apuesta de la cadena por la información en directo. El movimiento funcionó, y ni otros programas vespertinos ni el popular concurso ‘El cazador’, a las puertas de lograr el doble dígito, consiguieron hacerle sombra. ‘Y ahora Sonsoles’ se ha convertido en el magacín más visto de la televisión, con más de 3,1 millones de espectadores únicos y un 12% de cuota de pantalla, según datos de Barlovento Comunicación. Y eso que Telecinco le colocó enfrente a quien antes le daba el paso cada mañana, Ana Rosa Quintana. «Ha sido una rival importante», reconoce Sonsoles Ónega. Además de la corona, en su paso a las tardes, sin embargo, Quintana se dejó por el camino casi siete puntos de cuota de pantalla. Todo lo contrario que el programa de Antena 3, que ha liderado en el 84% de sus emisiones frente a sus rivales y le saca a ‘TardeAR’ 1,4 puntos de ventaja. Noticia Relacionada estandar No Ana Rosa Quintana estalla contra el programa de Sonsoles Ónega: «No todo vale compañeros» ABC «Cuando empezamos teníamos más dudas que certezas, la historia podía salir mal, pero creo que ese riesgo también es la sal de la vida. Pensar que te puedes equivocar es lo que te hace pelear para que no ocurra», dice Ónega, que reconoce cierto «pudor» a la hora de «hablar de los datos», pero recurre a ellos para poner en valor la dimensión de lo conseguido. «Solo puedo arrodillarme ante la audiencia, que es la que te coloca y te apaga. La tele tiene un mecanismo muy perverso de aniquilación, con un simple movimiento de mano en el mando a distancia te reduce a la nada. Soy muy consciente de lo que cuesta ganar cada uno de los espectadores que nos sigue por la tarde y también sé que es muy fácil perderlos, así que en esa lucha estamos», admite la periodista madrileña. Arma de doble filoTambién es consciente de que en la tiranía de las audiencias, a veces basta con un nombre o un rostro para salvar los muebles. Y el suyo, por mucho reparo que le siga dando, va hasta en el título del programa aunque, afirma, su «presencia en la televisión es accidental». «De hecho, te costará encontrar un trocito o alguna palabra mía refiriéndome al programa por su nombre. Me sigue costando. Pero bueno… Es verdad que identifica mucho el programa conmigo, pero eso es una doble responsabilidad y un arma de doble filo», sentencia Sonsoles Ónega.
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