Las órdenes eran explícitas y venían directas de Madrid. Todos los consejeros de Vox en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Región de Murcia y Aragón tenían la obligación de formalizar la dimisión en sus respectivos gobiernos autonómicos «antes de las 22:00 horas para que el PP no tenga margen», tal y como adelantó ABC. A pesar de ello, hay quienes decidieron rebelarse y no obedecer las directrices de la cúpula del partido tras el «incomprensible», según muchos, movimiento de su líder nacional. Santiago Abascal «dinamitó» anteayer todos los acuerdos regionales en las cinco comunidades en las que Vox gobernaba con los populares desde hace alrededor de un año. Un divorcio con el que el derechista venía días amagando y al que los populares apenas daban credibilidad a la par que restaban importancia en caso de consumarse. Lo hizo escudándose en el hecho de que Alberto Núñez Feijóo ha roto de forma «unilateral» todos los pactos firmados entre ambos partidos, dando luz verde al reparto solidario de alrededor de 400 menores inmigrantes hacinados en el archipiélago canario entre el resto de territorios. Mismo argumento esgrimido ayer por los barones populares, pero al revés, ya que apuntan a Abascal.Una vez se produjo la dimisión de tres vicepresidentes de Vox -Juan García-Gallardo, Alejandro Nolasco y José Ángel Antelo- y el cese del cuarto – Vicente Barrera -, dio comienzo ayer el goteo de disidencias en la formación derechista. Un tercio de los consejeros dejaron las siglas y dos de ellos mantuvieron su puesto en los gobiernos del PP, anticipando más salidas de directores generales y otros cargos públicos que se irán conociendo durante los próximos días. La formación tiene alrededor de 200 personas entre consejeros, directores generales, asesores y demás puestos de responsabilidad repartidos entre los cinco territorios que hasta ahora cogobernaban con el PP, calculan fuentes internas. Noticia Relacionada estandar Si Vox consuma su amenaza al PP y abre un cisma en la derecha Emilio V. Escudero Rompe los cinco gobiernos regionales con los populares y amaga con extender el divorcio a los ayuntamientosEl único consejero de Vox en la Junta de Extremadura , Ignacio Higuero, fue el primero en anunciar en rueda de prensa a primera hora de la mañana, arropado por la presidenta popular María Guardiola, que no dimitía y que continuaba al frente de Gestión Forestal y Mundo Rural rodeado del mismo equipo que hasta la fecha. Higuero se dará además de baja en el partido «la semana que viene»: «Ahora mismo no representa mis ideales […] Entiendo el giro que ha tomado Vox, pero no lo comparto. Nos han cambiado las reglas del juego a mitad de partido», denunció Higuero a la par que confesó que el movimiento de la cúpula de Vox no le parece «honrado». «Dejar el carné fuera»El mismo Higuero, cabe recordar, que apenas 24 horas antes se había mostrado dispuesto a acatar «con total lealtad» lo que estableciese Abascal con respecto a la continuidad de los pactos de Vox con el PP : «Estoy a lo que me remita mi presidente y a lo que me digan desde Madrid», había defendido con firmeza. Un día después, cambió de criterio y agradeció a Guardiola la «confianza» que le brindó «desde el primer momento» en que entró a formar parte de la Junta y gracias a la cual se ha sentido «muy arropado» por todo el PP: «Lo que hice siempre fue dejar el carné fuera». Pese a reconocer el consejero que la decisión ha sido «complicada, dura y muy meditada», consideró haber hecho «lo mejor» y prometió a Guardiola «lealtad» y «compromiso». El partido tiene unas 200 personas entre consejeros, directores generales y demás cargos repartidas entre los cinco territoriosEn Castilla y León hubo, además, tres díscolos. Uno de ellos es el ya exconsejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones; el otro, Gerardo Dueñas, responsable de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Ambos habían comunicado su baja a Vox y tenían la intención de continuar en su puesto, pero fueron cesados por el presidente de la Junta Alfonso Fernández Mañueco, que, en cambio, sí mantuvo en su puesto a un tercer consejero de Vox, reorganizando así su equipo, pasando página y diciendo adiós a la coalición.Mañueco confía sólo en unoEl que sigue es Gonzalo Santonja, independiente, quien, según fuentes de su entorno, ya había trasladado que no tenía intención alguna de dimitir. Lo hace a la cabeza la Consejería de Cultura. Su continuidad dependía de la decisión de Mañueco, que finalmente le mantiene en el puesto por la «confianza personal» que tiene depositada en el consejero, ha podido saber ABC.García-Gallardo, que a partir de ahora asumirá la portavocía del Grupo Parlamentario de Vox en las Cortes, había expresado su deseo de que los tres consejeros dimitieran, pero se trataba de «una decisión personal» , admitió, a la par que precisó que «cada uno actuará con su sistema de valores». En cualquier caso, sí creía que Dueñas y el de Empleo se marcharían: «Me trasladaron que vinieron conmigo y también se irían», pero el de Cultura «no me trasladó una decisión clara».En Aragón, la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana no hubo sustos. En esta última, el presidente Carlos Mazón se anticipó a la cascada de dimisiones y cesó a un total de veinte altos cargos de Vox de la Generalitat. Abascal ya dijo el jueves que romper era «con todos y con todo» lo que ello acarrea, incluida la pérdida de rédito económico, el despido de trabajadores o la aparición de posibles detractores. Pese a mostrarse de nuevo comprensivo con los desertores -«entiendo perfectamente la situación», expresó-, dejó claro ayer que los díscolos ya no formarán parte del partido. « Tengo toda la comprensión humana y política de esas situaciones», dijo sobre aquellos que dejaron su anterior empleo para incorporarse a las filas regionales de Vox. Ahora bien, sentenció, «si esas personas se quedan, no serán de Vox».
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